Crisis Del Sistema De Salud

UNIVERSIDAD DE CIENCIAS AMBIENTALES APLICADAS U.D.C.A

Crisis del sistema de salud en Colombia

Claudia Melo Alfaro

60920075

Septiembre de 2013

El presente ensayo es motivado por el texto denominado “La calidad de atención en salud, reto o sofisma”, de Juanita Chaves y Mariana Franco (2012). Allí se propone un análisis al desempeño de las Entidades Prestadoras de Salud, integrado a las condiciones actuales de la prestación del sistema de salud y seguridad en nuestro país, desde el prisma del sistema de control de calidad, en contraste con el principio de la salud como derecho fundamental. Nuestra reflexión intenta aportar una visión crítica a esta discusión.

En la década de los noventa nace la ley 100 para regular el sistema de salud en el país. La ley 100 sustituía a la empresa pública porque suponía que la empresa privada era mucho más eficiente y, adicionalmente, era incorruptible. La eficiencia y transparencia estaban sometidas a los sistemas de gestión de calidad para garantizar su adecuado funcionamiento y a la vez, “convertirse en una herramienta salvavidas pata tratar de desatar los puntos de quiebre del sistema” (Chaves y Franco, 2012). Después de más de dos décadas, la actualidad de la calidad de la salud no solo es un desastre anunciado, sino que nunca pudo superar lo que suponía la endemia del antiguo sector público: la corrupción y sus tentáculos. Hoy vemos hospitales en quiebra, paseos de la muerte, corrupción privada convertida en lujosas inversiones, campos de golf, excentricidades en manos de los gerentes y dueños de las EPS. Este panorama nos sitúa en el lucrativo negocio en el que se convirtió la salud en Colombia, haciendo a un lado el respeto y protección a la vida como principio fundamental (ver http://www.elespectador.com/noticias/salud/articulo-426865-ruta-de-muerte-el-sistema-de-salud).

Así las cosas, el asunto está más allá de un análisis a los modelos de control de calidad en salud. Se trata de situar a la salud no como un servicio, sino como un derecho fundamental. El estudio de Chaves y Franco se aparta de esta mirada. La salud como derecho obliga a Estado Colombiano a modificar los principios rectores para la prestación del sistema de salud y las políticas públicas de prevención que lo soportan. Lamentablemente este principio no hace parte de la nueva reforma a la salud que hoy se aprueba en el congreso y, por el contrario, agravan el actual estado de cosas. Veamos.

Los proyectos de ley estatutaria y de ley ordinaria en trámite en el Congreso mantienen intacto el modelo de la Ley 100 y de los negociantes de las EPS. Por ejemplo, la ley ordinaria les cambia el nombre a las EPS; pasarán a llamarse Gestoras de Servicios de Salud (este sí un sofisma) –de EPS a GSS, pero resultan siendo lo mismo, ya que continuarán con la intermediación financiera porque sus enormes ganancias seguirán dependiendo de lo que NO gasten en la salud de los colombianos. Como sucede ahora con las EPS, cuanto menos medicamentos, menos hospitalizaciones y menos médicos especialistas les brinden a los colombianos, más plata

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