Cronica - Como crece un Gamer

Como crece un “Gamer”

Tenía solo 8 años y apenas recuerdo mi primera vez cuando le metía una moneda de dos cientos pesos a una “maquinita” y disfrutar 30 segundos de un apasionante videojuego llamado Tekino Faiter, no sé cuánto tiempo pasaba en esos lugares,  También estaba el Pole Position y sus manchas de aceite (un juego de carreras de autos) y uno cuyo nombre no recuerdo de fútbol: la técnica para meter un gol era tirar un centro por el costado izquierdo: entraba siempre.

Mi primo Leonardo varios años mayor, tenía la primera consola de juegos que vi. Una Atari 2600 en la que se metían unos bloques que podrían haber sido mágicos. Si bien era divertido tener juegos en casa, las casas de video juego todavía no tenían competencia

Aún tengo presente el día que mi papa me regalo mi primer consola, era un Play Station 1, la primera de la marca y por cierto la mejor en ese entonces, pasaba unas 10 horas diarias, aguantando mi padre dándome cantaleta las siguientes 14 horas del día, pero no me importaba, era feliz y cada vez eran más las ganas de jugar y avanzar en Gran Turismo, era mi juego favorito, que por cierto, soy amante a los autos también, a veces jugaba con amigos o primos en Extraturbo (un juego de futbol un poco rápido) y también Winning Eleven pero la verdad era pésimo y siempre terminaba apagándoles el aparato. Un tiempo adelante mi padre encontró mujer y por ende otro hijo y cambiaron las reglas del juego, ahora todo lo que me compraban a mi tenía que compartirlo con él, no fue nada fácil ya que yo era el hijo mimado. Luego tuve una Xbox y el cambio fue abismal en los gráficos y jugabilidad, aún seguía con mis gustos en los juegos de autos y en ésta siempre jugaba Forza Motorsport con mi hermanastro por supuesto, yo le ganaba en Forza y el me ganaba en PES, a veces seguía con la maña de que cuando me ganaba le apagaba la consola y salía a correr porque se le notaba en la cara las ganas de “asesinarme” pero al rato volvíamos a jugar.

Mi infancia cambio, cuando conocí Halo, adoraba jugar con el Inquisidor y matar Erejes, en eso estaba en 6to grado y llegue al punto de casi perder el año, desde eso me toco dejar un poco mi amor por los videojuegos, hasta que papa le pasara un poco la rabia de mis perdidas escolares. En mi primera comunión mi mama me regalo un Nintendo Wii, lo use no más de 1 mes y me canse, porque era una consola que requería esfuerzo físico y no era algo que me llamara la atención quemar calorías con un juego, ya era mucho quemando neuronas.

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