Ctos Electricos
Enviado por alonsovallejo • 9 de Octubre de 2012 • 385 Palabras (2 Páginas) • 370 Visitas
¿Qué significa eso de «haz lo que quieras» como lema fundamental de esa ética hacia la que vamos tanteando? Pues sencillamente que hay que dejarse de órdenes y costumbres, de premios y castigos; en una palabra, de cuanto quiere dirigirte desde fuera, y que tienes que plantearte todo este asunto desde ti mismo, desde el fuero interno de tu voluntad. No le preguntes a nadie qué es lo que debes hacer con ti vida: pregúntatelo a ti mismo.
El autor pone como ejemplo a dos personajes de la Biblia: los hermanos Esaú y Jacob. Uno viene de trabajar, en cambio, el otro ha hecho una rica comida y le dice al hermano que si quiere comer le tendrá que entregar su herencia, a lo que el hermano hambriento contesta que sí, ya que pensó que tal vez pase mucho tiempo hasta que su padre se muera.
Por ello, Savater explica que lo que en verdad quería el hermano hambriento era la herencia, pero lo que le apetecía en ese momento era la comida. Por eso hay que saber distinguir y pensar las consecuencias de lo que vamos a hacer dos veces. Es importante ser capaz de establecer prioridades y de imponer una cierta jerarquía entre lo que de pronto me apetece y lo que en el fondo, a la larga, quiero.
Entonces podríamos transformar el lema de «haz lo que quieras» por un «date la buen vida». Pero, eso sí, una vida humana, lo que significa tener relaciones con otros seres humanos.
Aunque pudieras tener todo el dinero del mundo, pero luego no consigues disfrutar de la compañía de nadie, de poco sirve ese dinero. Para ser realmente humano se depende de los demás, como cuando uno nace y aprende a hablar. El proceso de humanización es un proceso recíproco: para que los demás puedan hacerme humano, tengo yo que hacerles humanos a ellos. Por eso darse la buena vida no puede ser algo muy distinto a fin de cuentas que dar la buena vida.
La película Ciudadano Kane trata sobre un multimillonario que todo lo que posee lo ha conseguido sin importarle los demás. Al final de su vida, se vio rodeado de lujo y soledad y sin cariño; sus últimas palabras fueron el nombre de su trineo que le recordaba a su niñez cuando daba y recibía cariño.
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