Cuales son Los medios de comunicacion y la mujer

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Índice

1. Introducción                                                                        3

1. La violencia masculina: un grave problema social y político                             6

1. Planteamiento del problema ante los medios de comunicación                8

1. Los medios de comunicación en la historia de las mujeres                        10

1. Cuándo y por qué los medios visibilizan el problema                                    12

1. Los medios de comunicación, involucrados en la construcción                16

de identidades de género                                                        

1. Representación de las mujeres en los medios: cuántas y quiénes                        

son                                                                                20

1. Representación de la violencia masculina en los medios                        24

1. Referencias bibliográficas                                                           32

1. Introducción

“Antes muerta que gorda”. Este comentario era el de una participante anónima, sobre un artículo periodístico que planteaba que el estereotipo de delgadez sobre la mujer, era considerado, por las mujeres una forma de violencia hacia ellas. En efectividad, en nuestra sociedad cada vez hay más personas, una gran mayoría de niñas y mujeres que siguiendo esta idea, se dejan morir.

Los medios de comunicación que son los principales socializadores, no son los únicos emisores que difunden y potencian el paradigma de la delgadez y la estigmatización de la obesidad. Sin embargo, debido a su introducción hacia la sociedad y por la credibilidad que se les otorga (sobre todo por parte de la población adolescente, que es el grupo de mayor riesgo en enfermedades de la conducta alimentaria), es necesario que sean considerados como un factor determinante, es decir,  como los principales de la transmisión de una identidad de género que deriva en aspiraciones estéticas inalcanzables. De ahí, proviene la relación de causa-efecto entre las representaciones de extremada delgadez, permanente juventud, y la vulnerabilidad de las mujeres.

2. Metodología

El presente artículo se establece en una revisión documental que se aproxime a los datos sobre Trastornos de la

Conducta Alimentaria (TCA), obesidad, e impacto sobre los estereotipos de belleza y delgadez sobre la salud de las mujeres. Se ha asistido a artículos y monografías que abarcan los conceptos de género, bienestar y belleza. Por último, se han explorado foros y artículos de opinión a través de la bibliografía sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria, para así acercarnos a las producciones espontaneas de los/as usuarios/as de la red, y a la normalización habitual de este tipo de violencia.

3. Delgadez como norma, peso como estigma

Más allá de una expresión cultural de la belleza, ahora la delgadez, está traducida como una muestra de nivel de inteligencia y un grado de competencia básica: de elegancia, de fortaleza, de éxito… “La delgadez ofrece a las mujeres una posibilidad única para exhibir públicamente que han conseguido las dos metas, tanto la belleza como el autocontrol” (Rojas en Figueras, 2004). En ellas se encuentra un peso fuera de la norma- más aún sobrepeso y obesidad- se muestra un nivel de ineptitud, de carencia competencial: de vulgaridad, de inestabilidad, de rudeza, de falta de autocuidado, de compulsión, de falta de feminidad… de incapacidad para saber ser y vivir como mujeres. Pero la atención del cuerpo de las mujeres no se impone hacia el de los hombres, ni tampoco otras debilidades humanas. Se pueden fumar tres cajas de cigarrillos diarias, se puede beber hasta la inconsciencia cada fin de semana, se puede conducir peligrosamente, tener relaciones sexuales de riesgo, jugar compulsivamente, incluso haber sido condenado

por violencia de género; nada de eso supondrá un obstáculo en una entrevista de trabajo: el exceso de peso, sí.

El exceso de peso de una mujer, puntualmente. Un “exceso” de grasa está traducido en el imaginario de la sociedad, es decir, colectivamente, es interpretado por cualquier persona; pero sin embargo interpretado con diferentes consecuencias para mujeres y hombres. Son devastadoras consecuencias si se trata más que nada de las mujeres.

Esto produce que haya prejuicios sociales respecto a la obesidad y la presión familiar por la figura, acá es donde empieza a tener sentido las cifras de sobre cirugía estética a nivel mundial. Esto sitúa a España entre los primeros países en número de intervenciones, con un 87% aplicadas a mujeres en el 2014, y la liposucción es la segunda más frecuente.

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