¿Cómo Trabaja El Cerebro Después Del Nacimiento?

Las células del cerebro se llaman neuronas y son las encargas de “pensar”, es decir, cada neurona se va conectando con las que tiene cerca de manera que forman una especie de red en la que se van atrapando las imágenes, los sonidos y las experiencias del niño desde su nacimiento y durante todo el resto de su vida. Dicho de otra manera, esas “chispas o conexiones” son las mismas que estamos utilizando en este momento para ir leyendo cada palabra de este articulo. La mayoría de las neuronas no están conectadas entre sí y no pueden funcionar por sí solas. Para funcionar, deben organizarse y “especializarse”. De manera que unas se organizan para comprender lo que miramos, otras nos ayudan a expresar nuestras emociones de alegría, tristeza, enojo o sorpresa. Otra parte se organiza para decir y comprender las palabras que utilizamos para conversar. La cantidad de neuronas que tenemos en nuestro cerebro es enorme, para que nos demos una idea, si pudiéramos contar estas células tendríamos tantas como estrellas miramos en el cielo durante la noche. Todas reciben, guardan y utilizan la información del mundo exterior para procesarla y generar lo que llamamos “aprendizaje”. A pesar que desde el nacimiento ya contamos con un cerebro, al principio se tiene que ir organizando para que el bebé primero pueda controlar sus movimientos, aprender a sentarse, luego a pararse y, después, empezar a caminar. Al principio el desarrollo del cerebro es muy acelerado, ya te habrás dado cuenta lo rápido que aprenden los niños y como de un día para otro, saben hacer nuevas cosas. Una buena alimentación durante el embarazo o la lactancia durante los primeros meses, el cuidado y la protección son elementos influyen en la capacidad de aprendizaje en los primeros años. Cada caricia, cada emoción, cada movimiento, cada sonido que el bebé escucha se convierte en un nuevo chispazo que ayuda a fortalece la red en la que se van acumulando los aprendizajes, muchos doctores, maestros y psicólogos han demostrado la importancia de la estimulación durante los primeros cuatro años de vida de cada persona. Algo importante de aclarar es que crecer, pensar y aprender no depende solamente del cerebro o del número de neuronas. Ya mencionamos antes que las experiencias que vivimos cada día nos proporcionan aprendizajes y conocimientos, en la primera infancia pues desde que nace un bebe, inicia la construcción de todas sus capacidades, se desarrolla la personalidad; y las relaciones de afecto con los adultos fortalecen su rendimiento y oportunidades a futuro.

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