DISPERSANTE DE HIDROCARBUROS.

DISEÑO DE UN DISPERSANTE DE HIDROCARBUROS PARA DERRAMES EN EL MAR

Los derrames de petróleo afectan a todo el planeta. La mayoría de estos accidentes ocurren en el mar, especialmente cerca a las costas y dañando los ecosistemas. El petróleo derramado queda en la superficie del mar, obstruye el paso de la luz e impide el desarrollo de la vida en esas zonas. Es muy importante la creación de dispersantes ya que, como se ha mencionado, a nivel mundial han existido grandes problemas ambientales por el derrame de petróleo en el mar. Hoy en día las grandes industrias que explotan el crudo, por fallas en distintos aspectos, causan grandes daños ambientales y por eso es que hoy en día se está trabajando en estos proyectos. Pero el problema no es sólo ambiental, también se crea una problemática a nivel económico porque se estancan actividades como la pesca, que a su vez afectan a la comunidad al haber escasez de alimentos, teniendo en cuenta que los océanos representan el 60% de las fuentes de pescado para consumo humano. En el caso de Estados Unidos aproximadamente 3 millones de galones de crudo se derramaron en las aguas marinas cada año. Si bien las tendencias en el volumen y la frecuencia accidentes de derrames han ido disminuyendo, los derrames grandes se producen de forma intermitente. La contaminación del agua de mar por el petróleo ocasionada por accidentes u operaciones de perforación off-shore, resulta en la formación de una película o mancha de aceite que tiende a extenderse de forma continua. Cuando ocurren estos derrames extensos, los efectos ambientales y económicos, incluyendo la contaminación de los animales y las líneas de la playa, pueden ser devastadores. El caso más conocido es el del Golfo de México que ocurrió en el 2010, el cual acabó con la vida de muchos animales y alteró los ecosistemas. La solución a esto fue la creación de dispersantes, como el Corexit, para que el petróleo se dividiera en pequeñas partículas y fuera degradado naturalmente. El problema con esta solución fue que este dispersante es bastante tóxico  y cancerígeno ya que contiene el químico 2-butoxyetanol que puede afectar gravemente a la vida marina como al personal que trabaje con este producto y también contribuyó al deterioro de los ecosistemas. Específicamente, Colombia es un país que tiene costas y explota petróleo. Esto significa que un derrame de crudo no es indiferente y que se deben buscar alternativas efectivas en casos de una emergencia. Es por esta razón que se deben diseñar dispersantes que no solo sean efectivos y eficientes al momento de dispersar los derrames de petróleo,  sino que también generen el menor impacto ambiental posible.

Análogamente, un estudio que se realizó en la College of Chemistry and Chemical Engineering en China, se basó en la utilización de surfactantes no iónicos combinados con biosurfactantes glucolipídicos para producir un dispersante más efectivo y menos toxico que los convencionales. Los surfactantes derivados del sorbitol no iónicos están compuestos principalmente por los conocidos Tween 85 y GO440, dispersantes y disolventes, y los biosurfactantes por soforolípidos y ramnolípidos. Estos cuatro surfactantes componen el 50% del dispersante siendo el resto 2-Butoxietanol, el cual actúa como solvente. Los resultados tras distintas pruebas a este compuesto evidenciaron una efectividad alta de dispersión de petróleo, especialmente cuando el agua en la que se emplea tiene una temperatura superior a 5˚C. Además también se determinó que la proporción entre dispersante y petróleo para este producto en específico no excede 1:25. La metodología para utilizar este producto fue exactamente igual a la de los dispersantes convencionales, desde medios aéreos o marítimos. Finalmente, en el área de toxicidad se evidenció un nivel relativamente bajo, menor al convencional, tras pruebas hechas a distintas especies de pescados.

En otro estudio efectuado en la Universidad del Sur de California por causa del derrame Deepwater Horizon del Golfo de México, se descubrió que el mucílago del cactus Nopal puede ser una alternativa natural a los dispersantes creados en laboratorios. Lo que explica la científica Norma Alcantar es que al volver el mucílago en polvo, este se aplica a la zona donde se encuentra el petróleo, el cual el cactus absorbe para luego expulsarlo en pequeñas partículas, similarmente al trabajo de un dispersante.

Cabe mencionar, distintos productos dispersantes que ya existen en la actualidad, aprobados por la EPA (Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, por sus siglas en ingles), que están caracterizados por tener bajos niveles de toxicidad en sus componentes. Entre ellos, JD-2000 y Saf-Ron Gold, los cuales fueron propuestos para ser usados en el Golfo de México en 2010 ya que según confirma la EPA, tienen niveles muy bajos de toxicidad para la vida marina. En un estudio entre ocho dispersantes realizado por esta misma agencia se determinó que el JD-2000 y el Saf-Ron Gold eran los menos tóxicos, y el Corexit, el cual hacia parte del estudio y fue el dispersante usado en totalidad para el derrame en el golfo, se ubicó tercero más tóxico.

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