Desinfeccion

Los desinfectantes constituyen una herramienta esencial para controlar la diseminación de agentes infeccioso. Estos son productos ampliamente utilizados para la destrucción de los microorganismos que habitan sobre una superficie inanimada , con excepción de las esporas bacterianas .

Las medidas para la prevención y control de infecciones odontológicas se plantean con el fin de disminuir los riesgos de transmisión.

El personal odontológico y los pacientes son expuestos a microorganismos que se trasmiten a través de la sangre y secreciones orales y respiratorias y especialmente los que infectan el tracto respiratorio superior.

Al igual que todos los artículos de atención directa, los instrumentos dentales deben ser higienizados constantemente para propiciar un estado de salubridad que no sería posible si estos procesos no se llevasen a cabo.

Antes de la desinfección el material debe ser lavado con métodos y productos que aseguren la eliminación de la materia orgánica. Dentro de los productos químicos utilizados para realizar dichas tareas encontramos el Formaldehído (CH2O), el cual actúa sobre la pulpa necrótica como antiséptico y coagulante debiendo ser colocado sin la presencia de agua, y eso es solo un ejemplo de los muchos desinfectantes disponible para la realización de estas tareas de limpieza. Sin embargo, algunos de ellos son bastante dañinos y corrosivos por lo que el personal que los maneje debe contar con una barrera de protección, tanto para evitar contacto con el químico como del material cortopunzante y fluidos corporales.

Todo equipo odontológico representa un foco de alojamiento de bacterias y virus, por lo que deben ser esterilizados rutinariamente después de cada uso.

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