Dibujo De Mahoma, Atienza

Las caricaturas de Mahoma y la libertad de expresión

Existe la problemática ante la idea de qué tiene más valor dentro del pensamiento social, si la libertad de expresión o las creencias religiosas. Un ejemplo claro de esta dicotomía de opiniones viene a partir del gran revuelo que se levantó ante el periódico que publicó caricaturas de Mahoma. A partir del evento, esta problemática aparentemente aletargada surgió a la luz con bastante fuerza, oponiendo la idea de si acaso se está desestimando uno de los derechos fundamentales del hombre –derecho a la libertad de expresión o derecho a la libertad de culto- o si acaso se está abordando erróneamente el tema, puesto que el criterio cultural afecta la manera en que se entiende lo sagrado.

Independientemente de las diversas posturas que han surgido a raíz del tema, Atienza se basa en los antecedentes presentados ante el TEDH y las ejecuciones del mismo para deducir una postura. Él propone que, más allá de anteponer la libertad de religión ante la libertad de expresión, debería considerarse necesario proteger, en todo caso, las creencias tanto religiosas como filosóficas o de cualquier otro tipo. Acusa de irrelevante el problema por la evidente falta de sustento en las sanciones establecidas, las cuales se ocuparon sólo de no herir sensibilidades más que de analizar la problemática. En última instancia, las sanciones legales en favor de la libertad religiosa se basan en juzgar expresiones gratuitamente ofensivas que no contribuyen a un debate de ideas ni tienen especial mérito artístico. Incluso si con lo anterior parece plausible la limitación de expresión o, mejor dicho, la erradicación del derecho de expresión en favor de una necesidad social aparentemente imperiosa, la realidad es que el derecho en favor de la libertad de culto desobedece a los principios laicos del estado y atenta contra los derechos de los no creyentes. Atienza propone que la única manera de no producir discriminaciones por razón religiosa es considerar a la libertad religiosa como una libertad negativa que se satisface sólo si el estado es estrictamente laico y cuidarse de no situar a la creencias (no las personas que las poseen) en el mismo plano que los hechos históricos y las teorías científicas.

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