"EL ARTE DE LA GUERRA" SUN TZU
Enviado por Evelyseth • 16 de Diciembre de 2012 • 2.763 Palabras (12 Páginas) • 2.429 Visitas
EL ARTE DE LA GUERRA
Sun Tzu
RESUMEN
CAPÍTULO I. ESTIMATIVOS
Un general debe crear situaciones que contribuyan a su realización, es decir, debe actuar de acuerdo con lo que sea ventajoso, y así controlar el equilibrio.
Toda guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando seas capaz, finge incapacidad; cuando estés en actividad, inactividad. Cuando estés cerca del enemigo, haz que parezca que estás lejos; y cuando distante, que estás próximo. Ofrece un cebo para atraer al enemigo; finge desorden y atácalo.
Cuando el enemigo esté reunido, prepárate contra él; cuando sea poderoso, evítalo. Enfurece a su general y confúndelo. Simula inferioridad y estimula su arrogancia.
Mantén al enemigo bajo presión y desgástalo. Cuando el enemigo esté unido, divídelo. Ataca al enemigo cuando no se encuentre preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.
Con una evaluación cuidadosa, uno puede vencer; sin ella, no puede. Muchas menos oportunidades de victoria tendrá aquel que no realiza cálculos en absoluto.
CAPÍTULO II. HACER LA GUERRA
La victoria es el principal objetivo de la guerra. Cuando la victoria tarda en llegar, las armas pierden su filo, la moral decae y agotan las fuerzas y los fondos. Los gobernantes vecinos se aprovecharán de tus dificultades para actuar.
El equipo lo transportan desde casa, pero las provisiones dependen del enemigo. De este modo, el ejército está plenamente provisto de alimentos.
En donde se encuentra un ejército, los precios son altos; luego se agota la riqueza del pueblo, y posteriormente se oprime al campesino con apremiantes exacciones.
La furia es la razón por la cual una tropa da muerte al enemigo. Una tropa se apodera de un botín porque codicia riqueza.
Trata bien los prisioneros y preocúpate por ellos, de modo que nos puedan ser de utilidad. Esto se llama “ganar una batalla y hacerse uno más fuerte”.
CAPÍTULO III. ESTRATEGIA OFENSIVA
Capturar el ejército enemigo es mejor que destruirlo. Porque la suma de las habilidades es dominar sin lucha al enemigo, no alcanzar cien victorias en cien batallas.
Así, lo más importante en la guerra es atacar la estrategia del enemigo. Lo segundo es desbaratar sus alianzas y luego atacar a su ejército. Atacar ciudades es la peor política, sólo se hace cuando no existe otra alternativa.
Tu propósito debe ser el de apoderarte intacto de todo, De este modo, tus tropas no quedarán deshechas y tu ganancia será completa. Éste es el arte de una estrategia ofensiva.
Un ejército desconcertado conduce a la victoria a otro. Hay cinco circunstancias en las que puede predecirse la victoria:
Triunfan aquellos que:
El que sabe cuándo luchar y cuándo no.
El que comprende cómo usar fuerzas tanto grandes como pequeñas.
El ejército cuyas filas están unidas en un propósito.
El comandante que es prudente y aguarda a un enemigo que no lo es.
El comandante cuyos generales son capaces y que no tiene interferencias del soberano.
En conclusión: “Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; nunca te encontrarás en peligro en cien batallas”. Cuando sólo te conoces a ti mismo, tienes igual probabilidad de ganar o perder. Y si no conoces al enemigo ni a ti mismo, estás en peligro en todo combate.
CAPÍTULO IV. DISPOSICIONES
Años atrás, los guerreros expertos primero se hacían invencibles y después esperaban el momento de vulnerabilidad del enemigo.
Ser invencible está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario. La invencibilidad se funda en la defensa, la posibilidad de la victoria en el ataque.
El maestro logra sus victorias sin equivocarse, es decir, cualquier cosa que haga le asegura el triunfo; conquista a un enemigo que ya se encuentra derrotado.
Así un ejército victorioso alcanza sus victorias antes de buscar combate; un ejército condenado a la derrota pelea con la esperanza de alcanzar el triunfo.
Los elementos del arte de la guerra son: las medidas del espacio, el estimativo de las cantidades, los cálculos, las comparaciones y la probabilidad de la victoria.
Las medidas del espacio se derivan del terreno, las cantidades se derivan de las medidas, los números de las cantidades, las comparaciones de los números y la victoria de las comparaciones.
CAPÍTULO V. ENERGÍA
Manejar a muchos generalmente es lo mismo que manejar a pocos. Se trata de un asunto de organización. Y controlar a muchos es lo mismo que controlar a pocos, se trata de un asunto de formaciones y señales.
El que un ejército tenga certeza de que aguantará un ataque enemigo sin sufrir derrota se debe a operaciones de fuerzas extraordinarias y fuerzas corrientes. En las batallas emplea de ordinario la fuerza corriente para entablar combate, y la extraordinaria para lograr la victoria.
El ímpetu del experto en la guerra es aplastante, y su ataque es regulado. La confusión aparente es el resultado de un orden correcto; la cobardía aparente, del valor; la debilidad aparente, del vigor.
En el arte de la guerra no hay reglas fijas, éstas solo pueden formularse de acuerdo con las circunstancias. Un comandante hábil, en consecuencia, busca la victoria a partir de la situación y no la exige de sus subordinados. Antes de que el enemigo se organice debemos atacarlo inmediatamente, de modo que atemperemos su ventaja y estabilicemos la moral de nuestras tropas.
No encargues a la gente hacer lo que no pueden, selecciónalos y dales responsabilidad en la medida de sus habilidades.
CAPÍTULO VI. DEBILIDADES Y FORTALEZAS
Los que saben de guerra llevan al enemigo al campo de batalla y no se dejan llevar por él. Cuando el enemigo está tranquilo, debes ser capaz de fastidiarlo; cuando esté bien alimentado, de matarlo de hambre; cuando esté en reposo, de hacerlo mover. Aparécete en sitios a los cuales debe apresurarse; muévete velozmente hacia donde él no te espere.
Si puedo determinar las disposiciones del enemigo mientras al mismo tiempo oculto las mías propias, entonces yo podré concentrarme y él deberá dividirse. Y si yo me concentro mientras él se divide, podré usar mi fuerza entera para atacar una fracción de la suya. Allí yo seré numéricamente superior. Entonces, si soy capaz de usar
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