EL HOMBRE: PROBLEMA Y ESPERANZA DEL MEDIO AMBIENTE

EL HOMBRE: PROBLEMA Y ESPERANZA DEL MEDIO AMBIENTE

Preservar el medio ambiente, es la consecuencia de culparnos de algo que se nos olvidó, que nos tenía intranquilos. Esas incomodas “pequeñeces” se han convertido en un, no tan “pequeño”, problema de contaminación. Siendo el hombre el culpable de la contaminación del medio ambiente, es también su única esperanza. Por eso creamos parques como Megua, para que al caminar por sus senderos tengamos en mente el recuerdo de la existencia de sitios en los que aún no podemos meter la mano para lastimarlos.

El hombre es el único ser con la capacidad de razonar y discutir situaciones, para diseñar y ejecutar proyectos que aporten a la solución de la contaminación. La preparación conceptual del hombre le permite hacer frente a situaciones sociales y ambientales. Pero los animales del parque, como este pequeño mono, han demostrado ser mas inteligentes a la hora de aprovechar su vida en este entorno.

El Mariposario del Megua es dedicado a quien quiera conocer los secretos y encantos de las mariposas. En el Mariposario fue recreado el ambiente natural de estos insectos, estimulando en los visitantes reflexiones y descubrimientos. Es un espacio contemplativo y mágico, donde las mariposas viven en armonía con las plantas y las personas.

La creación en cautiverio de mariposas es una actividad legal. Sirve para programas de reintroducción de especie después la restauración de su ambiente. Pero también recuerda que el hombre puede vivir en armonía con la naturaleza. Si ves el mariposario, te daras cuenta de como pueden ser nuestras ciudades y como podemos convivir con el medio ambiente sin dañarlo en la interaccion.

Hoy, tenemos menos peces en los mares, más dióxido de carbono emitido a la atmósfera, más desertificación, más erosión de los suelos y la extinción de un número cada vez mayor de especies.

Nuestro modelo de desarrollo mismo es puesto en duda diariamente por el ecosistema de la Tierra del cual depende toda vida y toda actividad económica. No podemos permitir que nuestras pautas de consumo y producción continúen incontroladas. No podemos permitir que las especies como estas tortugas que llamamos “hicoteas”, sean cada vez mas numerosas en parques y zoológicos, y de paso en las ollas de las cocinas típicas, y menos en la naturaleza silvestre.

Los procesos naturales no tienen la capacidad de alterar la información química y/o biológica de los contaminantes. Por lo tanto, es necesario intervenir en estos procesos con catalizadores que apoyen la descontaminación natural. Es vital implementar un proyecto de gran magnitud, puesto que el monstruo químico-biológico-atómico que hay que combatir es muy complejo por la constitución de sus compuestos.

Hemos hecho parte del problema en el momento en que nos afanó el interés de tener cada vez más calidad de vida, entendiendo por calidad de vida como el bienestar, felicidad y satisfacción de un individuo, que le otorga a éste cierta capacidad de actuación, funcionamiento o sensación positiva de su vida. Y mas que todo por nuestro afán de aparecer con nuestros egoísmos y no ver que bajo nuestros pies, esta el polvo que es la realidad del planeta que habitamos. Nuestra vida se ha llegado a componer de fotografías en lugares a los que sinceramente no les damos el valor que merecen, sino el que creemos tiene.

Un modelo a seguir frente al interés de una sociedad con su entorno, los entornos protegidos, como estos parques, como Megua, donde los intereses propios no superan el respeto que ellos sienten por la naturaleza. El impacto que esperamos de lugares como este, es el de lograr un cambio de mentalidad en la gente, pero no imitar al animal por el nombre que tiene sino

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