EL RESCATE DEL AGUA

EL AGUA ES VIDA…….¡CUIDALA!

NARRADOR: Hubo una vez, hace mucho, muchísimo tiempo, tanto que ni siquiera existían el día y la noche, y en la tierra sólo vivían criaturas mágicas y extrañas, dos pequeños duendes que soñaban con saltar tan alto, que pudieran llegar a atrapar gotitas de agua.

INTENTALO

NARRADOR: Un día, la Gran Hada de los Cielos los descubrió saltando una y otra vez, en un juego inútil y divertido a la vez, tratando de atrapar unas ligeras gotitas de agua que pasaban a gran velocidad. Tanto le divirtió aquel juego, y tanto se rio, que decidió regalar un don mágico a cada uno.

NARRADOR: Y entonces el hada le dijo al primer duende.

HADA: - ¿Qué es lo que más desearías en la vida? Sólo una cosa, no puedo darte más.

NARRADOR: El duende, emocionado por hablar con una de las Grandes Hadas, y ansioso por recibir su deseo, respondió al momento.

DUENDE 1: - ¡Atrapar! ¡Quiero atrapar las gotitas de agua por encima de las montañas! ¡Por encima del el viento, y más allá del sol!

HADA: - ¿Seguro? - ¿No quieres ninguna otra cosa?

NARRADOR: El duendecillo, impaciente, contó los años que había pasado soñando con aquel don, y aseguró que nada podría hacerle más feliz. El Hada, convencida, sopló sobre el duende y, al instante, éste saltó tan alto que en unos momentos atravesó las nubes y atrapo gotitas de agua, empezando a jugar con ellas de una forma incorrecta, ensuciándolas y desperdiciándolas, luego siguió hacia el sol, y finalmente dejaron de verlo camino de las estrellas.

NARRADOR: El Hada, entonces, se dirigió al otro duende.

HADA: - ¿Y tú?, ¿qué es lo que más quieres?

NARRADOR: El segundo duende, de aspecto algo más tranquilo que el primero, se quedó pensativo. Se rascó la barbilla, se estiró las orejas, miró al cielo, miró al suelo, volvió a mirar al cielo, se tapó los ojos, se acercó una mano a la oreja, volvió a mirar al suelo, puso un gesto triste, y finalmente respondió:

DUENDE 2: - Estoy triste muy triste de ver como mi amigo se acaba el agua día a día y dándole mal uso. Mi deseo será hacer reflexionar a mi amigo sobre el cuidado del agua ya que sin ella, todos los seres vivos moriríamos.

NARRADOR: En ese momento, comenzaron a oír un ruido, como un gritito en la lejanía, que se fue acercando y acercando, sonando cada vez más alto, hasta que pudieron distinguir claramente la cara horrorizada del primer duende al ver como la ultima gotita sobre la tierra iba a desaparecer. Pero el hada sopló sobre el segundo duende, y éste pudo atrapar la gotita.

NARRADOR: Con el corazón casi fuera del pecho y los ojos llenos de lágrimas, el primer duende lamentó haber sido tan impulsivo, y abrazó a su buen amigo y entonces la gotita le dijo al duende:

GOTITA DE AGUA: Gracias duendecito por haberme salvado mi

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