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EL ambiente como catástrofe (Arnold)


Enviado por   •  23 de Abril de 2019  •  Resumen  •  2.718 Palabras (11 Páginas)  •  79 Visitas

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Libro: La Naturaleza como problema histórico (Arnold)

Resumen cap 4: EL ambiente como catástrofe

Continuidad y Crisis

En la historia al igual que en la ecología hay tensión constante entre la estabilidad y el cambio.

Alexander Von Humbddt, naturalista alemán y pionero en el pensamiento ecológico contemporáneo, describe el cosmo como “un todo ordenado armoniosamente” que combina unos con otros todos los seres de la creación. Pero reconoció, como Darwin em su “lucha por la existencia”, que en la naturaleza no todo era armonía y estabilidad.

Muchos ecologistas de tiempos recientes piensan que hay lugar para el cambio evolutivo lento y para las transformaciones rápidas, revolucionarias.

James Lovelock argumenta que “desde el punto de vista en gran escala de Gaia, la evolución del ambiente se caracteriza por tiempos de reposo marcados por tiempos de cambio abrupto y repentino”.

Lo que ocurrió en le ecología ha ocurrido en la historia. La sociedad es influida tanto por las condiciones locales como por las fuerzas generales del cambio. El clima, el suelo, la vegetación, los animales domesticados, la enfermedad y el uso de la tierra por los humanos se combinan para producir un paisaje físico y social distintivo, así como las formas culturales consonantes de dicho paisaje. Esta es la concepción de historia ambiental.

La segunda concepción de la naturaleza podría aceptar la significación a largo plazo de los factores ambientales como modeladores callados del carácter general de la historia humana; pero no se conforma con llegar hasta ahí. Las fuerzas de la naturaleza salen de las sombras de tiempo en tiempo para desempeñar un papel directo y temporalmente decisivo en los asuntos humanos. Ocurre la catástrofe y, el viejo orden es trastornado, quizás de modo definitivo.  Puede que el acontecimiento ecológico en si sea de corta duración, pero su efecto reverbera por generaciones.

En los enfoques de la naturaleza se ven estas dos actitudes diferentes y mas generales en la historia:

  1. La historia de la humanidad resumida o transformada por momentos de crisis más que por la evolución lenta y titubeante de ideas, instituciones y prácticas. Aquí son evidentes los cambios ambientales rápidos y las crisis incipientes. Es un enfoque cataclísmico de la relación entre la historia humana y el ambiente.
  2. Es una historia en cámara lenta, que poco a poco va desplegándose a lo largo del tiempo.

La historia ambiental también plantea complejos problemas de escala. Si bien es posible concentrarse en la relación microscópica de la gente con la naturaleza dentro de una sola localidad y un lapso de tiempo, muy a menudo los historiadores ambientales se sienten tentados a especular a escalas muchos mayores, haciendo muy difícil determinar la causa y el efecto; y evitar hacer generalizaciones a partir de pruebas limitadas.

Los terremotos, las inundaciones y las erupciones han sido identificados como acontecimientos que ejercen efectos profundos en la sociedad humana. Pero sigue siendo dudoso determinar hasta que punto tales episodios provocan realmente cambios significativos y duraderos como, por ejemplo, las prácticas agrícolas o la vida política.

Pero, aunque se sigue discutiendo si el clima es uno de los factores que posiblemente influyen en la historia del hombre en una escala vasta, tanto desde la perspectiva humana como la geográfica, es más común que los estudiosos recurran más a las epidemias que a las erupciones de volcanes remotos para representar a la naturaleza y su impacto sobre la historia. Los últimos dos mil años han estado marcados por epidemias y pandemias en números suficientes como para que haya ejemplos relativamente bien documentados de su capacidad de destrucción y dislocamiento a escala gigantesca. Con frecuencia, sus efectos han sido tan inmediatos y aún así de tan largo alcance, que ha sido imposible negar su repercusión sobre la historia.

Pero, al igual que ocurre con la valoración histórica de otros fenómenos, sigue siendo difícil evaluar los datos complejos y a menudo contradictorios relativos a las enfermedades epidémicas, así como hacer un balance de los que es “natural”, por un lado, y lo que es “factura humana”, por el otro. Algunos historiadores le dan precedencia a la naturaleza sobre la cultura; otros conservan el enfoque humano y subrayan la importancia de la experiencia y respuesta humana por lo que persiste el interrogante de que si incluso los más grandes “desastres naturales” no están determinados a fin de cuentas más bien por la cultura que por el ambiente.

La “mayor crisis ambiental” de Europa.

Se ha argumentado que la mayor crisis ambiental que tuvo Europa en los últimos 2000 años fue la Peste Negra; la epidemia de la peste bubónica. Entre 1346 y 1351 dejó una estela de mortandad desde el mar Negro hasta el Báltico y desde Egipto hasta Islandia.

Esta peste no fue la primer gran epidemia.

En el año 430 a.C. Atenas sufrió una “peste” causada por una enfermedad desconocida.

En 541 y 542 Constantinopla y el Mediterráneo Oriental sufrió lo que se llamo “la plaga de Justiniano”, brote de peste bubónica que parece haberse originado en África Oriental y la porción superior del Nilo; y persistió en pares de la cuenca del Mediterráneo durante 200 años.

Pero la Peste Negra azotó a Europa con intensidad sin precedentes y causo una mortandad excepcional en la historia que cualquier otra enfermedad.  Se estima que mató a la tercera parte de la población y en algunas áreas una porción aún mayor.

Los que más la padecieron fueron los puertos, los poblados grandes, las ciudades; así como la parte de mayor densidad de población y más actividad comercial.

En Génova murió entre el 30 y 40 % de sus habitantes; Siena perdió quizás el 50 % y Florencia la tercera parte o más en seis meses. En la totalidad de Italia murió quizás el 40% de la población.

En el sur de Francia se estima que tan solo el Languedoc, una de sus provincias más ricas, falleció la mitad de la población.

En el sur de Europa pereció entre el 35 y 40 % de la población.  En el norte se registro una mortandad de la tercera parte de la sino es que más.

En Inglaterra donde se ha examinado con más detalles, bien pudo haber muerto el 50 % de la población de Londres, el mismo número se estima en la ciudad de Bristol.

En totalidad en Europa el impacto demográfico fue demoledor: la tercera parte de sus 75 millones de habitantes resultó muerta en 5 años.

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