Ecodesarrollo Y Desarrollo Sostenible
Enviado por npocasangre • 23 de Marzo de 2015 • 711 Palabras (3 Páginas) • 284 Visitas
El ecodesarrollo y desarrollo sostenible, plantean las relaciones entre el hombre y la naturaleza esencialmente desde la perspectiva económica.
Las ecofilosofías humanistas, plantean que es el hombre el que debe construir un sistema ético que regule su relación con la naturaleza.
Fox, Sosa, Bellver y Riechman exponen las concepciones denominadas antropocéntricas, que consideran que el hombre es la sede de valor.
Estas antropocéntricas admiten dos interpretaciones: El Antropocentrismo Fuerte y El Antropocentrismo Débil.
• El antropocentrismo fuerte: en el que el hombre es la sede de valor y lo más importante en el mundo, le otorga a todo lo demás valor instrumental.
• El antropocentrismo débil: que otorga al ser humano capacidad de hallar su centralidad y responsabilidad en todos los actos.
El conocimiento de esta división es útil para analizar e interpretar las corrientes catalogadas con estos nombres, pero no es coherente con la definición de antropocentrismo.
Para que exista correspondencia entre el pensamiento y la acción, se limitan las preferencias humanas, porque se estima que no todas las decisiones del hombre son buenas; en este sentido, los antropocentrismos débil y fuerte representan los puntos extremos de una misma línea.
El respeto que el hombre debe tener por la naturaleza radica en que esta es el lugar donde cada persona puede establecer su identidad y replantear el sentido de su vida, para lograr la perfección.
El conservacionista Aldo Leopold (1887-1948), está enfocado en el aprecio hacia las riquezas naturales y la preocupación por la destrucción de los equilibrios ecológicos.
La relación con la tierra es estrictamente económica, se han establecido privilegios pero no obligaciones.
A Leopold no se le relaciona con la ideología ecocéntrica, porque la tierra para él es el conjunto de especies, sistemas ecológicos y comunidades, en el que están incluidos suelo, aguas, plantas y animales, es decir, la tierra contiene al hombre y a su hábitat, concepto que desde la perspectiva ecológica tradicional es sinónimo de medio ambiente, lo que no coincide con la concepción ecocentrada en la que la tierra es una diosa.
La ética de la tierra reconoce en la naturaleza valores no estrictamente económicos, reconoce en ella un valor en sí y una fuente de significado para el ser humano, y cuestiona el tratamiento despótico que la especie humana ha tenido con el medio ambiente; la sede del valor está en el hombre y no en la tierra, como lo plantea el ecocentrismo.
La ética de la tierra tiene como sujeto moral al hombre que debe admitir que la tierra no es solo la fuente de materias primas y el lugar donde los componentes físicos, químicos y biológicos se mezclan para dar vida, sino donde tienen lugar todas las actividades humanas, con sus dimensiones económicas, culturales y temporales.
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