Educacion
Enviado por ortegapina • 12 de Septiembre de 2012 • 419 Palabras (2 Páginas) • 253 Visitas
En la bidireccionalidad que debe caracterizar el proceso de aprendizaje-enseñanza; es
decir, a la reciprocidad intencionada y trascendente que se logra gracias a la
mediación. Todo proceso de mediación se basa en la premisa de que es posible
la modificabilidad de las estructuras cognitivas,y también afectivas, del sujeto
que aprende. Y éstas se propician con una dirección de la enseñanza de tipo no
frontal.
Una condición básica se logra la cooperación entre iguales
La C del ABC del aprendizaje cooperativo, alude a la cooperación entre las
personas para aprender en clase. Según Roger y David Johnson de la
Universidad de Minnesota son tres las formas de relación entre los alumnos para
aprender: la individualista, la competencia y la cooperación (Johnson, 1999).
En la forma individualista cada estudiante se ocupa de lo suyo, sin importarle el
otro. No interesa que unos y otros se comuniquen entre sí e intercambien sobre lo
que se aprende. La distribución frontal del salón y el método expositivo del
maestro se justifica por este modo de concebir la enseñanza.
Otra forma es la competitiva, en la que se observa cuando cada uno de los
miembros de un grupo escolar percibe que pueden obtener su objetivo de
aprendizaje si, y sólo si, el resto de los alumnos no lo obtienen.
Revista Electrónica de Investigación Educativa Vol. 9, No. 2, 2007 6Ferreiro Gravié: Una visión de conjunto a una de las alternativas…
El tercer tipo básico de relación para aprender es la cooperación que se da
cuando cada uno de los que integran el equipo percibe que puede lograr el
objetivo si, y sólo si, todos trabajan juntos y cada cual aporta su parte.
Si importante resulta que el sujeto participe en la construcción social de su
aprendizaje, también importantes son las relaciones que se establecen entre
iguales para aprender. La interdependencia social positiva garantiza, entre otras
cosas, el desarrollo de habilidades sociales que contribuyen al crecimiento
emocional y afectivo de los alumnos; base de lo que frecuentemente se conoce
como inteligencia emocional. Por otra parte, de no establecerse un modo de
relación que contribuya al aprendizaje puntual de uno u otro contenido, éstos no
incidirán como se puede pretender en el crecimiento personal –primero– y
profesional –más tarde– del sujeto que aprende. Además, es imposible la
educación en valores en un contexto formativo que no privilegia las relaciones de
cooperación entre iguales.
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