Educación para una vivienda saludable

Educación para una vivienda saludable

La educación pública y profesional es una herramienta fundamental para mejorar la salud en el hogar. Los responsables de las políticas, planificadores, gestores de desarrollo y funcionarios de la administración local deben comprender las implicaciones sanitarias de la vivienda para poder tomar decisiones que estén a favor de la salud. La educación se tiene que ver reflejada en distintos niveles: 

Ocupantes de las viviendas: El grupo mayor y más importante ya que incluso son ellos mismo los que crean su hogar. Se enfoca en hacer que comprendan mejor: la salud de la familia, prácticas de higiene personal y doméstica, mantenimiento, reducción de riesgos y prevención de accidentes que permiten a las personas crear su propia salud y bienestar.

Arquitectos, los constructores y los fabricantes y proveedores de materiales: Necesitan educación sobre los aspectos del diseño y la construcción que promueven la salud y reducen los riesgos.  La información sanitaria debe integrarse desde los programas académicos para que llegue a los profesionales como un ejercicio de educación continua y puedan colaborar entre profesionales.

Los agentes de salud: Comprende los riesgos sanitarios de manera profunda que puedan tener las viviendas e integrar actividades educativas y otras medida oportunas que puedan guiar a la población.

Para que en realidad exista una educación sanitaria eficaz, son necesario líderes competentes que tengan la capacidad de formar a otros para transmitir los mensajes a cada rincón. A demás de la enseñanza académica es necesario el uso de redes comunitarias y medios informativos para crear una opinión favorable.

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