Ejemplo de la Neurotoxicologia del mercurio

LA VERDAD TRAS LA LOCURA DEL SOMBRERERO

María Belén Samaniego González

Seguramente todos conocemos los disparates del famoso personaje del sombrerero, en la clásica obra del escritor Lewis Carroll, “Alicia en el país de las maravillas”. Y es posible, que más de uno piense que el desorden mental de este personaje se debe a azares de la vida, o a un capricho del autor. Lo que no conocíamos es que en realidad su locura, era una consecuencia de su profesión.

Para entenderlo, es necesario conocer un detalle importante acerca de este antiguo oficio, el material principal del cual se elaboran los sombreros es el fieltro, un textil no tejido, que se obtenía antiguamente al sumergir en una solución caliente de nitrato de mercurio Hg(NO3)2  pieles de roedores. Una vez obtenido el tejido, éste debía someterse a un proceso de secado, en el cual se desprendían vapores mercuriales, vapores que provocaban una intoxicación crónica, que fácilmente desencadenaba en efectos como: problemas en el aparato digestivo o una serie de trastornos psíquicos como la depresión, pérdida de memoria, insomnio, delirios, alucinaciones, e incluso irritabilidad violenta, síntomas comunes de la enfermedad denominada, eretismo mercurial. Exactamente!, la enfermedad que sirvió a Lewis Carroll como inspiración para crear a su peculiar personaje.

El mercurio (Hg), un metal pesado que se encuentra en estado líquido a temperatura ambiente, ha sido la causa de la intoxicación ocupacional en varios profesionales como por ejemplo dentistas, taxidermistas, fotógrafos, mineros entre otros.  Este elemento, se presenta en tres formas que son de importancia desde el punto de visto toxicológico: mercurio elemental, inorgánico y orgánico, dependiendo de la forma en la que se presente el elemento, éste puede llegar al organismo ya sea por vía inhaladora, oral o dérmica.

El mercurio elemental, se volatiliza fácilmente a temperatura ambiente por lo cual es captado por los organismos a través de la inhalación de su vapor, mismo, que queda absorbido en los pulmones, desde los cuales se distribuye en el torrente sanguíneo, desde ahí es fácil que atraviese la barrera hematoencefálica y alcance el cerebro, causando un severo daño al sistema nervioso central, provocando dificultades de coordinación y el deterioro progresivo de los sentidos visual y táctil.

El mercurio inorgánico, llega al organismo mayormente por medio de la ingesta y en menor grado por inhalación, ocasiona daño severo en el tracto gastrointestinal, daño hepático y se almacena principalmente en los riñones. El mercurio orgánico, llega al organismo debido a  ingesta, inhalación y exposición dérmica  sin embargo, este resulta mucho más tóxico debido a su liposolubilidad, lo que genera una bioacumulación. El mercurio orgánico, se acumula en el cerebro, y se presenta en la sangre en niveles elevados.

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