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Ejercicio físico en la diabetes tipo 2


Enviado por   •  6 de Junio de 2020  •  Ensayo  •  1.047 Palabras (5 Páginas)  •  95 Visitas

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EJERCICIO FÍSICO EN LA DIABETES TIPO 2

Epígrafe: “Los hábitos no se operan y no se medican”

 Alejandro García – MD Especialista en medicina deportiva

En primer lugar, la diabetes tipo 2 (T2D) es considerada una enfermedad crónica progresiva, que se basa en la incapacidad del cuerpo para procesar el azúcar en sangre, en otras palabras, este suceso se ve antecedido por la resistencia a la insulina, donde se evidencia la falta de eficacia por parte de la hormona insulina, la cual es secretada por las células beta del páncreas,  para propiciar que la glucosa ingrese a las células y por ende esta se queda en la sangre. Se expone también que entre el 80% y el 90% de las personas con obesidad padecen T2D, y en consecuencia la mayor parte de los casos se producen en el contexto del síndrome metabólico (SM), dónde subyacen varios factores de riesgo cardio metabólicos que presagian el desarrollo de enfermedad a nivel cardiovascular y hepático (Tébar & Escobar, 2009).

Su prevalencia ha venido en aumento, a tal punto que la federación internacional de la diabetes estima que para el año 2040 el 10% de los adultos a nivel mundial presentarán la enfermedad, mientras tanto, erróneamente, se le ha dado la connotación de tener perspectivas de reversión escasas, y esto ha desencadenado una tendencia de solucionarla por medio de farmacoterapia, o cirugías como el bypass gástrico o cirugía bariátrica. (Fung, 2018)

Sin embargo, se considera que este tipo de intervenciones, son colocarle un parche al problema y no solucionarlo de base, de ahí que surge la necesidad por enfrentarla desde la intervenciones en el estilo de vida donde es importante un direccionamiento adecuado por parte del médico que se articule con el trabajo del profesional del ejercicio físico, en busca de un programa individualizado y complementado por nutrición y psicología, y de esta manera completar la asistencia multidisciplinar óptima.

En primer lugar, hoy se sabe que el problema no es de la azúcar per sé, sino, más bien de la falta de movimiento, Francis Holway, referente de la nutrición deportiva en Latinoamérica, exponía en vivo por Instagram que incluso los deportista de sumo, que aunque tienen una buena cantidad de masa muscular también poseen una gran cantidad de grasa corporal, no suelen presentar resistencia a la insulina, de ahí se concluye que el problema iniciaría en los excesos en la ingesta de alimentaria, tanto procesada como sana, complementada con una inactividad física marcada, así mismo, el nutricionista deportivo colombiano Andrés Zapata argumentaba cómo la ingesta de snacks procesados que se caracterizan por ser carbohidratos simples, son necesarios en atletas del alto rendimiento que necesitan energía de forma exprés intraentreno o sobre la competencia; de lo anterior surge el debate acerca de cómo se alimenta la gente, pues al parecer existiría la tendencia de alimentarse como un deportista de la élite cuando no se es ni deportista aficionado.

En torno, al manejo en el campo de los profesionales del ejercicio para la población con T2D y con otras comorbilidades, se considera pertinente la coherencia en el discurso, demostrada tanto en la apropiación teórica básica sobre las enfermedades, como en la aplicación práctica que este profesional contempla dentro de sus hábitos, puesto que, el ejemplo arrastra. A partir de ello, entra en juego el sentido común y la visión clínica para adaptar un trabajo óptimo para la persona, dónde se le apueste a la adherencia, y desde allí poder construir un hábito que se sostenga por toda la vida, esto demanda un análisis alrededor del contexto y los gustos de la misma, dónde esa actividad que le genere placer sea una constante en su programa de ejercicio, y dependiendo de esta, poder educar y crear conciencia acerca de la importancia del trabajo de la fuerza en cualquiera de sus manifestaciones, no solo para combatir la enfermedad sino para apostarle a la independencia en la adultez mayor. Lo beneficios potenciales, alrededor del ejercicio físico y la nutrición, se evidencia en una investigación de Larsen y colaboradores, dónde a través de una intervención de 12 meses dónde se realizaron ejercicios de fuerza y aeróbicos, más asesoramiento dietético, se  pudo revertir la diabetes tipo 2 en los 18 pacientes con sobre peso y obesidad del grupo de intervención. (Larsen, y otros, 2019)

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