El Agua.

La comunicación es un elemento fundamental en todas las relaciones interpersonales y se expresa mediante un lenguaje verbal y no verbal. Dentro de una comunidad común, existen diversos códigos o reglas que se manejan, para que el proceso de socialización sea más fluido, eficaz y afectivo.

Por lo tanto, es primordial entender la lengua como el caudal que está a disposición de todos y todas y que a dicho caudal se recurre para poder construir un mensaje, bien sea a través del habla o no. Es el habla, entonces, una acción y un producto individual, pues cada persona en particular realiza sus propios actos, utilizando la lengua que conoce; por esto, el habla no es algo estático, sino libre, variable y por supuesto, puede evolucionar. Lo antes mencionado se basa en que cada persona combina libremente, discriminando lo necesario, los elementos que el idioma le ofrezca y que se adapten a sus necesidades e intereses, es decir, esta acción, no sólo es una elaboración psíquica, sino también es un proceso fisiológico y físico.

Es por ello que vale la pena mencionar el concepto de dilecto, definido por la Real Academia Española como el “Sistema lingüístico derivado de otro, normalmente con una concreta limitación geográfica, pero sin diferenciación suficiente frente a otros de origen común”. Es la manera muy particular de expresarse en una determinada región, es la forma de hablar que tiene un grupo representado de individuos generalmente localizados en lugares geográficos concretos que no han abandonado totalmente la norma general de su lengua tampoco.

Ahora bien, el Venezolano tiene una forma de expresarse muy coloquial, un lenguaje muy propio, a esta realidad no escapa el “Coriano”, que prefiere una comunicación impregnada de informalismos. Con la utilización de expresiones “a

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