El Alma De La Toga
Enviado por mary_isabel • 26 de Octubre de 2012 • 402 Palabras (2 Páginas) • 500 Visitas
Este libro nos habla un poco de lo que esta pasando con todos los abogados, de la inconsciencia que existe, del amor que le han perdido a la abogacía, un tanto para que hagamos conciencia y corrijamos todos esos errores que manchan la reputación del abogado y de la carrera de Derecho, ¿quien es abogado? Preguntamos hay que acabar con ese erróneo aspecto de nosotros y los próximos hacer abogados, algo muy cierto de este libro nos muestra que el hombre cualquiera que sea su oficio debe fiar principalmente en si, y mas así los abogados que son quienes tienen los argumentos suficientes, cito un pensamiento jurídico muy atinado que a la letra dice “si el derecho no existiera la humanidad solo viviera el tiempo para destruirse”, he ahí la fuerza interior del abogado, todo abogado tiene una sensación de justicia una sensación fidedigna de sus clientes, y si no fuere así que moral tendrían los abogados, que moral tendrían para poder alcanzar la ética que tan celosamente formaron en la aulas del saber, que día a día transcurrieron aprendiendo cosas nuevas como la de guardar el secreto profesional ese secreto que jamás revelaran. Dediquémonos a ser realmente abogados y no caigamos en lo que algunos abogados han caído, en la corrupción en la falta de ética profesional y más. Debe dedicar su vida a dar consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales. Y quien no haga esto será todo lo licenciado que quiera pero abogado no. Abogado es, el que ejerce permanentemente la Abogacía. Los demás serán solamente licenciados en derecho, pero nada más. La afirmación es que: en el hombre cualquiera que sea su oficio, debe creer principalmente en sí. La fuerza que en sí mismo no halle no la encontrará en ninguna otra parte. Da una recomendación para las agresiones y criticas de la gente: fiar en sí. Vivir la propia vida. Seguir los dictados que el mismo se imponga y desatender lo demás. En su Ser, hallase la fuerza de las convenciones, la definición de la justicia, el aliento para sostenerla, el noble estimulo para anteponerla al interés propio. Además menciona que el abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas en éste punto debe cambiar de oficio. Ser abogado no es saber el Derecho,
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