El Asteroide Asesino
Enviado por robertylizbeth • 30 de Marzo de 2014 • 372 Palabras (2 Páginas) • 281 Visitas
El asteroide asesino
que se descubrió
bajo la tierra
Como hay muchos telescopios apuntando al cielo se
descubren muchas cosas, incluso cuando ni siquiera se
buscan. Así, un equipo en el que participan investigadores
del Instituto de Astrofísica de Andalucía y del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas ha descubierto,
inesperadamente, que un pequeño asteroide tiene dos
anillos a su alrededor , como se ha dado recientemente a
conocer en la revista Nature . El asteroide, llamado Chariklo,
tiene 250 kilómetros de diámetro y su órbita se sitúa entre
Saturno y Urano, en la periferia del Sistema Solar.
Los paleontólogos que se dedican a los dinosaurios también
se encontraron inesperadamente con un objeto
extraterrestre que iba a protagonizar sus manuales de
paleontología a partir de entonces. Todo empezó hace casi
un cuarto de siglo, cuando en 1980 un equipo de
investigadores -liderado por un Premio Nobel y en el que
participaba su hijo geólogo- presentó las pruebas de que
una capa de sedimentos que se depósito justamente en el
momento en el que se extinguieron los dinosaurios (episodio
que caracteriza el final del Cretácico, hace unos 66 millones
de años) contenía una concentración de iridio
tremendamente superior a la habitual. Como el iridio es un
metal muy pesado resulta escasísimo en la corteza
terrestre, pues debió de hundirse cuando el planeta aún
estaba en formación para formar parte de su núcleo. Por lo
tanto, el origen de esa concentración tan elevada debía
provenir de otro lugar. Así se manifestaba en el título con el
que se publicó el artículo en la revista Science (que, sacado
de contexto, podría dar lugar a sensacionales titulares en
publicaciones paranormales): Extraterrestrial Cause for the
Cretaceous-Tertiary Extinction.
Dado que el tamaño del asteroide se estimó en unos 10
kilómetros de diámetro, debió de provocar tal desaguisado
en la corteza terrestre que muchos fueron escépticos al no
haberse identificado el lugar de tan colosal colisión. Pero, al
contrario de lo sucedido en la Luna, que conserva intactas
las cicatrices de su pasado remoto, los últimos 66 millones
de años han cambiado mucho el cutis de nuestro planeta. Y
el cráter no estaba a nuestro alcance visual, sino sepultado
bajo sedimentos que lo cubrieron con posterioridad en lo
que hoy es la Península de Yucatán, como se descubrió
durante unas exploraciones petrolíferas del subsuelo en el
área de Chicxulub.
Geólogos y geofísicos, interesados en las características de
las rocas y de las grandes estructuras
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