El Cerebro Y La Televisión

Cualquier persona saludable, en el sentido social, ah escuchado en otros certeros comentarios que nos ayudan a modificar la voluntad y a atar nuestros propios cabos. Comentarios que se dan en cualquier parte del mundo social y que son la recompensa de nuestro pensar y pensar. Como una especie de respuestas universales a las cuales estamos atados desde el día que nacemos en este mundo causal.

Que “el ser humano es único en su especie“; o que “sólo el hombre sea el posesor de la razón”, o incluso “tú puedes cambiar el rumbo de las cosas” son respuestas precisas para nuestra naturaleza, pero lo son aún muy básicas. Si usásemos las respuestas precisas-básicas para seguir obteniendo respuestas más avanzadas; nos aseguraríamos de encontrar lo más próximo a la verdad, eso que nos define como homo sapiens (el humano sabio). La televisión ayuda a deteriora este proceso reflexivo, ya que proyecta en nuestros sentidos con audios y videos programados que únicamente ejercitan el hemisferio derecho de nuestro cerebro; encargado de las emociones, el reconocimiento de imágenes, formas y colores, entre otras cosas. Dejando de lado al otro hemisferio que se hace cargo de nuestro razonamiento, lenguaje, análisis y abstracción.

Uno de los maestros en el manejo del hemisferio izquierdo fue René Descartes. Este francés del Siglo XVII demostró mediante sus reflexiones, a las cuales nombro Meditaciones Metafísicas en su libro de 1641 bajo ese mismo nombre, la independencia que guardaba la mente con el cuerpo y la relación intima con la que confluyen. Descartes hace un particular y preciso análisis filosófico de la manera en cómo el hombre es abordado y afectado por luces que generan calor en la materia y le ayudan a que prevalezca la vida. Este fenómeno ocurre en cualquier proceso mecánico y es indispensable para le evolución no solo del hombre si no de cualquier especie.

Las conclusiones a las que llego Descartes no solo respaldan la cosmovisión indígena Mexica del Quinto Sol, la cual señala que un indio llamado Nanahuatzin, se arrojó a la hoguera como muestra de devoción y respeto hacia sus cuatro dioses ahí presentes Quetzalcóatl, Huitzilopochtli, Xipetotec y Tezcatlipoca, y que entrego su vida a cambio de ser el nuevo sol de esta era. Además, encontró que la luz es la primera habitante, la que busca proyectarse, la prima creadora. Se podría decir que es la madre primera, nuestro origen.

Este principio creador es el que orillo a Thales de Mileto a escribir sobre los minerales magnéticos, hizo que Faraday relacionara al magnetismo con la electricidad y dejo después que Edison y Franklín tuvieran la imaginación para llevar a la práctica tanta teoría. Esto se hermano con el descubrimiento telescópico de Galileo que al igual de varias contribuciones por parte de Paul Nipkow (Disco de Nipkow), Vladimir Zworkyn y , culmino en la primera retransmisión de

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