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El Debate Sobre La Evaluación: Del Homo Academicus Al Homo Economicus 
o La Urgencia De Echar A Los Mercaderes Del Templo Del Saber


Enviado por   •  7 de Julio de 2014  •  9.149 Palabras (37 Páginas)  •  364 Visitas

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El debate sobre la evaluación: del homo academicus al homo economicus 
o la urgencia de echar a los mercaderes del templo del saber

Eduardo Ibarra Colado 
y Luis Porter Galetar

Resumen

Existir en la Universidad Pública implica construir nuestra propia identidad, para revelar lo que somos a partir de una visión que nos permita asumir una posición crítica ante la realidad; muy diferente a la idea de producir en una universidad, que equivale a comprar capacitación para vender destrezas. En este artículo hablamos de las coerciones y presiones que sufre y seguirá sufriendo la Universidad Pública mexicana para dejar de ser la forjadora de nuevos hombres y mujeres libres, y transformarse en cambio, en una empresa mercantil presa en las reglas del mercado. Denunciamos la alarmante pobreza de miras que el nuevo gobierno manifiesta en sus primeras declaraciones, y reproducimos las ideas de una comunidad académica que llegando a sus límites, se debate entre una sumisión cada vez más denigrante y enajenante, que utiliza a la evaluación como su herramienta principal, y la actitud radical de recuperar su dignidad y firmeza para “echar a los mercaderes del templo del saber”.

Palabras clave: Compromiso, verdad, justicia.

Dr. Eduardo Ibarra Colado

Departamento de Estudios Institucionales

Universidad Autónoma Metropolitana-Cuajimalpa

Pedro Antonio de los Santos No. 84
Esquina con Gobernador Tornel, 
Col. San Miguel Chapultepec
Delegación Miguel Hidalgo
C.P. 11850, México, D. F.


Dirección postal: 
Apartado Postal 86-113
Villa Coapa 14391
México, D.F.

Tel: 5516 6733, ext 119

Correo Electrónico: eibarra@correo.cua.uam.mx y
desin@estudios-institucionales-uamc.org

Página web: http://estudios-institucionales-uamc.org Dr. Luis Porter Galetar

División de Ciencias y Artes para el Diseño

Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

Calzada del Hueso 1100

Col. Villa Quietud

Delegación Coyoacán

C. P. 04960 México, D. F.

Tel: 5483 7125 


E-mail: vlporter@yahoo.com

Página web: http://academia.uat.edu.mx/porter/

El debate sobre la evaluación: Del homo academicus al homo economicus

o la urgencia de echar a los mercaderes del templo del saber

Eduardo Ibarra Colado* 
y Luis Porter Galetar**

Introducción: más de lo mismo pero mucho peor

Tomamos de La Biblia los siguientes versículos (San Juan 2: 13-19) que parafraseamos así: “Y subiendo a la Universidad Pública, halló en el claustro y en las aulas y cubículos a los que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y a los cambiadores de puntos allí sentados. E hizo un azote con sus palabras para echar a todos del claustro universitario, junto a las ovejas y a los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas de dictámenes; y a los que vendían las palomas dijo: Quitad de aquí esto, y no hagáis la casa de conocimiento, casa de mercado.” Esta cita que remite a la Iglesia y a la palabra de Dios, es para enfatizar el hecho de que la Universidad Pública no es una institución de producción, sino una institución de existencia, de la misma manera que lo puede ser un hospital o un templo.

La formación de un individuo en su dimensión más humana no ocurre en instituciones de producción.1 Las organizaciones cuyo objetivo es producir pueden existir o desaparecer sin que ello tenga una consecuencia notable, mientras que “las instituciones que tienden a formar y a socializar a los individuos de acuerdo con un patrón específico, desempeñan un papel esencial en la regulación social global. Su finalidad principal es colaborar con el mantenimiento y renovación de las fuerzas vivas de la comunidad, permitiendo a los seres humanos ser capaces de vivir, amar, trabajar, cambiar y tal vez, crear al mundo a su imagen”.2

Una institución de existencia se centra en las relaciones humanas, en la trama simbólica e imaginaria donde ellas se inscriben y no en las relaciones económicas. Sus funciones no son comerciales sino de socialización, en tanto posibilitan la humanización en términos de lo humano, de ser reconocible como miembro de una sociedad, de lo psíquico, en tanto posibilitan el desarrollo de la identidad, y aun en funciones más básicas como la de posibilitar el desarrollo biológico y la sobrevivencia.

Todo esto no se hace efectivo sino en las tramas de instituciones como las dedicadas a fortalecer el tejido social (la familia), las dedicadas a preservar el bienestar físico y la salud (el hospital), o las dedicadas a preservar el espíritu (la iglesia). En todas ellas la educación cumple una función primordial que nada tiene que ver con el mercado y el comercio. Sin embargo, en los últimos años hemos visto recrudecer las políticas que afectan a la educación en general, y a la educación superior en particular, políticas que niegan su naturaleza de instituciones de templo existencial, para intentar convertirlas en “casa de comerciantes y ladrones”.

Los últimos meses, con su tremenda agitación política y encono social, han hecho más evidente este proceso. La disputa por el poder, entre quienes se encuentran decididos a manejar al país con más de lo mismo se enfrentan a sectores que saben que ello se traducirá en algo mucho peor. Los acontecimientos que enmarcaron el desafuero del Jefe de gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador, fueron sólo preámbulo o advertencia inimaginable de lo que vendría. El proceso electoral de 2006, marcado por la duda y la desconfianza, ha ubicado a México en una situación de inestabilidad en la que se confrontan dos polos hoy ya claramente dibujados: o neoliberalismo exacerbado o desarrollo social comenzando por los más pobres.

En este contexto, las disputas por la universidad reemergen como punto nodal del futuro de la nación.3 Por una parte, desde las posiciones del gobierno legalmente electo, pero socialmente repudiado, se reafirma en pocas líneas la continuidad de los criterios que han conducido a la llamada “modernización”, es decir, la privatización y comercialización de la educación superior impulsada desde el gobierno de Carlos Salinas,4 solo que ahora planteando nuevos énfasis que podrían conducir a una privatización más radical y un control más profundo.5 Baste una somera mirada a su escueta propuesta de “transformación” educativa en la que destaca, para la educación superior, la reafirmación de los siguientes ejes:6

El financiamiento a la educación superior garantizará que los subsidios para la educación se destinen a quienes más los necesiten y se dirijan a brindar oportunidades a los talentos mexicanos, así

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