El Origen De La Vida

Resumen

A través de su hipótesis acerca del origen de la vida, con lo que culminó posteriormente en su obra del mismo nombre publicada aproximadamente en 1930, Alekansdr I. Oparin construye un gran tren de pensamiento en donde el autor trata de inferir el origen de las sustancias orgánicas más básicas para la vida, como lo son los hidrocarburos, proteínas, carbohidratos, etc. En un atmosfera muy diferente a la que conocemos ahora; con condiciones hostiles, como lo son la ausencia de oxígeno, una atmosfera compuesta principalmente por metano y amoniaco, además otros gases y compuestos con los cuales sería imposible concebir que cualquier forma de vida actual pudiera subsistir. A partir de éste razonamiento relativamente simple que consiste en buscar e inferir acerca del origen de las moléculas más primitivas y esenciales para desentrañar el dilema acerca del verdadero origen de la vida, Oparin va escalando a través de los distintos niveles de organización conocidos, como lo son atomos, seguidos por moléculas, hasta pasar por agregados de moléculas, en éste caso en particular los conocidos coacervados para después pasar a formar estructuras más complejas y funcionales, ya que, para Oparin, el origen de la vida se basa estrictamente en eso, precisamente, el ordenamiento sistemático de moléculas simples para formar sistemas tan dinámicos como lo son la gran variedad de organismos que conocemos hoy en día.

Introducción

Desde los tiempos más remotos de la humanidad, cientos de pensadores, científicos, filósofos, etc., unos conocidos por sus destacables contribuciones mientras que otros menos resaltables, tienen en cierta manera algo en común; todos ellos se han preguntado al menos en una ocasión acerca del origen de los organismos con los que coexistimos día con día, aunque cabe resaltar que ésta gran duda siempre ha sido abordada a través de dos grandes corrientes filosóficas con cierta rivalidad y tensión entre ellas a través de los siglos; el idealismo y el materialismo.

Totalmente opuestas en ideas y conceptos de la vida, estas 2 corrientes filosóficas son los “medios” por los cuales se ha abordado el problema del origen de la vida; el idealismo, por un lado, conceptualiza a la vida como algo totalmente inmaterial ya que considera que la vida está regida en su totalidad por un principio espiritual, “alma”, fuerza vital, etc., y cabe destacar que este es el principio por el cual cualquier religión conocida se rige, el cual consiste en afirmar que un ser supremo creó cierta partícula divina y a su vez ésta partícula divina es la responsable de que los seres vivos realicen sus funciones tales y como las conocemos.

Por otro lado, el materialismo adopta una posición mucho más cruda pero mucho menos simplista, ya que, a diferencia del idealismo, no parte de una concepción tan prematura como la cual es creer que el fenómeno de la vida fue creada por un ser supremo y a partir de la carne perecedera e inanimada, por el contrario, el materialismo, como su nombre lo explica claramente, parte de una explicación perfectamente material explicando que la vida no es más que la estructuración específica de la materia regida por leyes específicas de la física y la química.

Sin embargo, grandes filósofos, como Aristóteles, formulador de la famosa teoría de la generación espontánea, que si bien no eran hombres los cuales se destacaban porque sus contribuciones estuvieran influenciadas por la religión, también optaron por una explicación demasiado sencilla y realmente sin fundamentos para explicar el origen de la vida. Cabe destacar que la teoría de la generación espontánea fue enormemente apoyada por distintos personajes religiosos a través de los tiempos, además de que la religión cristiana, hasta hoy en día, sigue sosteniendo que los seres vivos surgieron por generación espontánea.

A pesar del hecho de que científicos verdaderos tomaron una postura materialista, algunos optaron por una postura un poco más simplista, esto fue el asumir que, por extraordinaria coincidencia, los átomos y moléculas se organizaron de manera prácticamente perfecta llevando a los organismos que hoy conocemos, con su perfecta organización. Oparin desmentiría esto con su teoría del origen de la vida y demostrando a través de la experimentación que cierta coincidencia tan perfecta es imposible y que el orden de las biomoléculas ocurrió de manera gradual.

Planteamiento de la hipótesis

La hipótesis sugiere que la vida como la conocemos hoy surgió a partir de una especie de evolución química, partiendo de simples átomos y moléculas simples hasta pasar a compuestos orgánicos un poco más complejos, como los hidrocarburos, pero de igual manera simples en comparación con otros compuestos. Esta “evolución química” presentó un cambio gradual a través del tiempo, ya que compuestos simples como los ya mencionados hidrocarburos fueron combinándose con distintos elementos clave para la vida, como el ya conocido carbono, hidrogeno, nitrógeno, azufre, fosforo, etc., para así formar proteínas sencillas, las cuales se aglomerarían para formar los conocidos coacervados y así dar paso a la evolución de lo que posteriormente sería un organismo vivo y funcional con cierto nivel de organización y complejidad.

Objetivo

Comprender los mecanismos por los cuales Oparin se basó para construir su teoría acerca del origen de la vida en nuestro planeta a través de una especie de evolución química de compuestos a base de carbono relativamente simples para pasar a formar moléculas más complejas las cuales, por diversos mecanismos adquirirían cierto grado de ordenamiento y dinamismo para poder formar seres vivos simples aunque complejos en ordenamiento.

Desarrollo del tema

La vida en la Tierra no hubiera podido existir de ninguna manera si no fuera por la intervención de un elemento sumamente importante y probablemente la base de todo organismo de carácter orgánico, dicho elemento es el carbono. Pero, ¿por qué es tan importante el carbono?, ¿qué lo hace ser componente vital en todos los seres vivos conocidos? La respuesta es simple, el carbono posee una enorme facilidad para combinarse con otros elementos, esto debido a su naturaleza tetravalente.

Sin embargo, podemos ver a nuestro alrededor que el carbono está en todas partes en forma de otros organismos de carácter orgánico, por esta lógica se puede deducir que los compuestos orgánicos solamente pueden ser producidos por organismos a su vez de carácter orgánico, por lo que, siguiendo

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