El Origen De La Vida
Enviado por Reg83 • 7 de Abril de 2015 • 6.578 Palabras (27 Páginas) • 273 Visitas
Capítulo 1.
El panorama histórico.
1.1 Los primeros antecedentes.
Para los primeros recolectores de frutos, para los cazadores y los agricultores primitivos, eta una experiencia común observar cómo los animales podían engendrar descendencia semejante a los progenitores, o cómo de las semillas surgían nuevas plantas; pero también observaron que la vida parecía surgir constantemente, en orillas de ríos y lagos, lugares donde almacenaban sus alimentos y aun en las heridas de los mismos hombres.
De estas observaciones surgió la generación espontánea, que habría de resultar una explicación útil, no solo para comprender un fenómeno que era observado cotidianamente, sino que incorporado a los sistemas religiosos, se convirtió en el instrumento de creación de la vida en la Tierra.
Estas ideas creacionistas fueron enriquecidas por las culturas mesopotámicas y egipcia, y transmitidas a los filósofos.
Las teorías de la generación espontánea fueron desarrolladas por los griegos, fundaron o pertenecían a las corrientes materialistas del pensamiento suprimieron de ellas los elementos místicos, o intentaron reducirlos a su mínima expresión. Para Tales de Mileto, Anaximandro, Jenófanes y Demócrito, la vida podría surgir del lodo, de la combinación del agua con el fuego, del mar, o de cualquier otra combinación de los elementos; en este proceso los dioses no intervenían, habían sido suprimidos a planos de menor importancia.
Plantearon la generación espontánea como el resultado de la interacción de la, materia no viva con fuerzas naturales.
Platón no se preocupó demasiado por las ciencias naturales, en cambio Aristóteles de Estagira, habría de convertirse en una influencia importante en el desarrollo posterior de la ciencia.
Algunas de las observaciones de la obra de Aristóteles no solo subsistieron durante toda la antigüedad, sino que siguen siendo válidas hasta nuestros días. Sus ideas sobre el origen de la vida fueron menos acertadas y reflejan el carácter idealista. Postuló un origen espontaneo para gusanos, insectos, peces, cangrejos y salamandras, a partir del rocío, del sudor, del agua de mar y de los suelos húmedos. Según Aristóteles, este proceso era el resultad de la interacción de la materia inerte con lo que él llamó entelequia, era u8na fuerza supernatural capaz de dar vida a lo que no la tenía.
1.2 Redi y Spallanzani contra los vitalistas.
En 1667, un médico holandés, Johann B. van Helmont, dio una receta que permitiría la generación espontánea de roedores.
Francesco Redi, Preocupado por el origen de los gusanos que infestaban la carne, logró demostrar que eran sino larvas que provenían de los huevecillos depositados por las moscas en la misma carne. Colocó trozos de carne en recipientes tapados con muselina. No solamente no se agusanó la carne, sino que al examinar la tela pudo observar en ella los huevecillos que no habían podido atravesarla.
Concluyo que los gusanos no aparecían espontáneamente en la carne, pero no objetó en su totalidad la teoría de la generación espontánea, ya que la siguió aceptando como la explicación del origen de otros insectos y de los gusanos intestinales.
Anton van Leewenhoek logró perfeccionar el microscopio óptico y empezó a descubrir un mundo, insistió en que los microorganismos que observaba habían llegado a sus cultivos a través del aire. Dio nuevos ánimos a los propugnadores de la generación espontánea.
Needham intentó demostrar la existencia de una fuerza vital mediante experimentos, llenaba botellas con caldos nutritivos, los hervía durante dos minutos y luego los sellaba. Pero a pesar de todo, los caldos se infestaban de microorganismos. Concluyó que la generación espontánea de microorganismos era el resultado obligado de la materia orgánica en descomposición, al ser animada por una fuerza vital.
Lazzaro Spallanzani no aceptó las conclusiones de Needham. Lazzaro repitió los experimentos hirviendo sus medios de cultivo durante lapsos mayores, y en ningún caso aparecieron microbios en ellos.
A mediados del siglo XIX la controversia en torno a la generación espontánea se mantenía un poco menos exacerbada.
1.3 Pasteur y la generación espontánea.
Pasteur había trabajado en los problemas de la acidificación de la leche, de la fermentación del jugo de uva y de la transformación del vino en vinagre. Esto le permitió diseñar una serie de experimentes sencillos que acabaron por negar por completo la idea de la generación espontánea. Demostró que en el aire había una gran cantidad de microorganismos. Para ello, filtró aire a través de algodón, que luego disolvió, y pudo así observar en el residuo sólido que obtenía una gran cantidad de microorganismos.
Diseño sus famosos matraces de cuello de cisne, en los que colocó soluciones nutritivas que hirvió hasta esterilizarlas. Al enfriarse las soluciones, el aire volvía a entrar al matraz, pero los microorganismos o esporas quedaban atrapados en el cuello del matraz sin entrar en contacto con el caldo nutritivo, que permanecía inalterado. Cuando este cuello se rompía, el líquido rápidamente se descomponía, mostrando así que el hervor no lo había dañado. Y como el aire había estado siempre en contacto con la solución, los vitalistas no podían alegar que éste también se hubiese estropeado.
Fig. 1.3. Los matraces de cuello de cisne
Capítulo 2.
La alternativa materialista.
2.1 Mecanismo y panspermia.
Algunos científicos que pertenecían a las escuelas mecanicistas, trataron de resolverlos, al proponer que en el pasado había surgido gracias a una “molécula viviente”. Postulaban que fue capaz de reproducirse y convertirse así en el ascendiente común de todos los seres vivos.
Otra posible solución fue sugerida por Arrhenius en 1908, quien propuso la teoría de la panspermia. De acuerdo a ésta, la vida habría surgido en la Tierra desarrollándose a partir de una espora o una bacteria que llego del espacio exterior, y que a su vez se habría desprendido de un planeta en el que hubiese vida. Era fácil oponer dos argumentos: las condiciones del medio interestelar y que Arrhenius no solucionaba el problema del origen de la vida.
2.2 Darwin, Engles y el evolucionismo.
A partir de la segunda mitad de la segunda mitad del siglo XIX, el pensamiento científico había sufrido una transformación revolucionaria con la aparición de la obra de Charles Darwin.
Darwin no habla explícitamente del problema del origen de los seres vivos, pero daba un marco referencial estrictamente materialista para estudiarlo, restando con ella toda validez al pensamiento vitalista.
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