El Origen De Universo
Enviado por maybecevallos • 1 de Diciembre de 2013 • 1.539 Palabras (7 Páginas) • 280 Visitas
Origen del Universo
Se le llama Universo a todo el espacio y materia que existen. En él podemos encontrar conjuntos de materia llamados estrellas, agrupados por billones en galaxias, las que a su vez se agrupan en cúmulos.
El Universo posee también materia difusa constituida por gas y partículas de polvo diseminadas a través del espacio.
La teoría más aceptable para explicar el origen del universo es el big-bang. El Universo habría tenido la forma de una partícula con densidad y temperaturas infinitamente altas. En el tiempo cero, habría explotado, comenzando entonces la expansión del Universo.
¿Qué es el Universo?
La palabra universo proviene de un término en latín que significa «convertirse en uno». Es todo considerado como una unidad: toda la materia y la energía que existe.
Tenemos el inconveniente de estudiar el Universo desde dentro. Podemos ver las partes que están más cercanas a nosotros, pero las más lejanas se hacen progresivamente débiles y borrosas. Aun con todos nuestros instrumentos, buena parte del Universo está demasiado distante y oscuro como para poder observarlo, siquiera sin fijarnos en los detalles.
El Universo se asemejaría a una esponja hecha de luz. Las líneas curva y los trazos de luz están constituidos por cerca de cien mil millones de puntos de luz (algunos considerablemente más brillantes que otros). Cada uno de estos puntos es una galaxia.
El Universo tal como lo vemos sería muy notable por su calma. Aparentemente, no ocurriría nada. La razón es que ningún cambio progresivo, lo bastante grande como para ser percibido desde nuestra perspectiva universal, puede ocurrir a una velocidad mayor que la de la luz. La velocidad de la luz (360.000 kilómetros por segundo) puede ser inimaginablemente rápida para nosotros, pero a escala del Universo como una totalidad, la luz puede considerarse prácticamente inmóvil.
Supongamos, por ejemplo. Que como resultado de este hecho inimaginable, el punto central de una de las galaxias del Universo deje de emitir luz. Se pone negro. Supongamos que una oleada de esta oscuridad se esparce hacia el exterior de este punto central en todas las direcciones a la velocidad más rápida posible, la de la luz, Nosotros, mirando desde el exterior del Universo, podremos ver que la galaxia (para nosotros tan visible como un punto de luz) comienza a oscurecerse lentamente, pero necesitará decenas de años antes de que se apague por completo. Pasarían cientos de miles de años antes de que la oscuridad se extendiera a otros puntos vecinos. Tardaría unos 12.000 millones de años, como mínimo. Para oscurecer todo el Universo.
Si comenzamos a observar en cualquier nivel de este oscurecimiento universal no veremos absolutamente ningún cambio en el curso de nuestra vida, y muy poco en el curso de cien vidas (lo mismo ocurriría, por cierto, si el Universo fuera oscuro al comienzo y empezara a aclararse desde un punto central: la influencia se esparciría a la velocidad de la luz).
Somos tan prisioneros de nuestro tiempo y espacio como todo lo demás. No podemos, bajo ninguna de las circunstancias que conocemos, ir más deprisa que la velocidad de la luz. A esa velocidad, nos llevaría unos 160.000 años ir hasta el último punto de nuestra propia galaxia y regresar, y 4.600.000 años viajar a la galaxia de Andrómeda, nuestro vecino grande más cercano, y regresar. En realidad, yendo a la velocidad de la luz, la teoría de la relatividad de Einstein nos dice que el paso del tiempo llega a cero, y a los que viajásemos nos parecería que el tiempo se detiene. Sin embargo, en la Tierra, cuando retornásemos, descubriríamos que han pasado 160.000 años mientras estábamos visitando el punto más distante de la galaxia, o que han pasado 4.600.000 años mientras volábamos a Andrómeda y regresábamos.
Sin embargo, no es probable que podamos viajar a la velocidad de la luz. La velocidad máxima más práctica podrá llegar a ser de una quinta parte de la velocidad de la luz, en cuyo caso la disminución relativa del tiempo es insignificante para el viajero. En tiempo real, el astronauta tardaría 800.000 años en visitar la otra punta de la galaxia y regresar, y 23 millones de años en ir y volver de Andrómeda.
Puede ser, pues, que, con la mejor buena voluntad del mundo, un hombre pueda llegar a visitar únicamente las estrellas más cercanas, y desde la perspectiva universal esa distancia sería esencialmente igual a cero.
No obstante, considerando el Universo como una totalidad, supongamos que superamos su falta de movimiento aumentando nuestra velocidad un millón de veces. O, como alternativa, supongamos que una especie de superes ha tomado una fotografía detallada del Universo cada cien mil años y que ahora tenemos la oportunidad de pasar la película por un proyector a dieciséis fotografías por segundo.
A esta velocidad, las
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