El Proteccionismo
Enviado por d90marin • 27 de Octubre de 2014 • 606 Palabras (3 Páginas) • 253 Visitas
El proteccionismo pretende sustituir los productos que se importan por productos nacionales sin atender a precios ni calidades para, de esa forma, mantener o aumentar el empleo en el país. Suele desencadenarse cuando los productos nacionales son más caros que los importados o, a igualdad de precios, resultan de peor calidad.
Habitualmente se pide la protección como medio para defender el empleo en los sectores amenazados por las importaciones. También para impulsar el desarrollo de industrias nacientes, pues les permitirá adquirir la experiencia y los conocimientos necesarios para, más adelante, competir libremente con las extranjeras, aunque nunca se sepa cuando realmente llegará ese más adelante.
El proteccionismo se practica elevando los aranceles o estableciendo normas que exijan requisitos que, de hecho, impidan o dificulten las importaciones. Otra forma de protección consiste en la devaluación de la moneda nacional, pues así resultarán encarecidas las todas importaciones mientras que simultáneamente se verán abaratadas todas las exportaciones.
Pero la devaluación hará también que todos los ciudadanos queden instantáneamente empobrecidos frente al exterior. Un “impuesto” del que resultará difícil librarse y que traducirá a términos patrimoniales el coste de la protección y el impulso a las exportaciones.
Las ventajas del proteccionismo son bien visibles, pues permite mantener o impulsar el empleo de los sectores protegidos y, además, excita con facilidad los sentimientos nacionalistas, por lo que tendrá gran predicamento entre quienes se beneficien directamente de esa protección y entre quienes no acierten a ver más allá del corto plazo. Sus inconvenientes suelen quedar más ocultos.
El proteccionismo y las devaluaciones reducen el bienestar general más que lo que aumenta el de las personas situadas en los sectores protegidos, pues todos soportarán costes más altos que los que tendrían que pagar por los productos libremente importados, lo que influirá muy negativamente sobre la capacidad de competir y de exportar frenando el crecimiento. Las devaluaciones impulsarán también las exportaciones, pero empobrecerán al país.
Desde hace casi dos siglos los economistas sabemos que un país resultará más pobre con una política proteccionista que con otra de apertura hacia el exterior. Incluso en el caso de la industria naciente el proteccionismo puede ser más costoso que otras alternativas. Nuestra propia historia es contraria al proteccionismo arancelario o normativo, pues España logró crecer con rapidez cuando abrió sus fronteras y se integró con libertad en espacios económicos más amplios que su propio territorio.
Las políticas aperturistas de 1959 (estabilización), 1986 (ingreso en la CEE) y 2002 (moneda única europea) así lo demuestran. Pero, además, desde 1986 nuestro arancel aduanero es el de la Unión Europea que se aprueba en Bruselas
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