El Secreto
Enviado por sechaco • 14 de Agosto de 2012 • 7.453 Palabras (30 Páginas) • 373 Visitas
EL SECRETO
Entra SILVINA, una gotica de agua
SILVINA: Pobrecita yo, una gotica de agua, solita y aburrida. Mi papá y mi mamá y mis hermanos están todos afuera trabajando y no tengo con quien jugar. Voy a salir a ver si encuentro algo divertido.
Camina SILVINA haciendo sonidos agudos mientras brinca por todos lados. De repente se para. Entra SR. MAÍZ, SR. FRIJOL y SR. YUCA.
SILVINA: Mira esa cosecha tan tostada y fea. Esta cubierto en polvo y todas las hojas están marchitas. (Mira mas de cerca) Maíz, Yuca y Frijol. Todos durmiendo. Debe ser porque está haciendo mucho calor. Ya tengo que hacer! Voy a ayudar a todos estos cultivos. (Coge el brazo de SR. MAÍZ). Sr. Maíz, Sr. Maíz, despiértase!
SR. MAÍZ: (Despertándose) ¿Que es esto? Yo estaba soñando en un aguacero y no sentía nada de sed. ¿Ahora, quien me despertó?
SILVINA: Yo, Silvina la gotica. Sr. Maíz, vengo a ayudarles.
SR. MAÍZ: ¿Tu, una gotica tan chiquita, para ayudarnos en esta sequía? No me haga reír, Ja, ja, ja.
SR. YUCA: Pero, ¿que es esa bulla? Que pasa aquí? Yo estaba durmiendo, soñando en que se había desbordado el Río Magdalena y no sentí nada de sed. ¿Por qué me despertaron?
SR. MAÍZ: Sr. Yuca, disculpe, pero es esta gotica de agua. Ella tiene la culpa. Ella quiere ayudarnos a todos nosotros.
SR. YUCA: ¿Una gotica para todo ese cultivo? Ja, ja. Me toca reír porque no tengo aguita para llorar. Ja, ja, ja.
SR. FRIJOL: Qué escándalo! No dejan a uno en paz, y yo soñando que estaba flotando en una sopa con todos mis amigos y no había ni calor ni sed. ¿Por qué se ríen?
SR. YUCA: Eh, Sr. Frijol. Esta gotica tiene la culpa. Quiere ayudarnos a todos nosotros.
SR. FRIJOL: Mejor que se vaya. No puede hacer nada aquí sino molestar.
TODOS: Vete, vete!
SILVINA empieza a caminar, toda triste. Entra EL POLVO.
EL POLVO: Ja, ja, ja. Mira lo grande que soy yo. cubro todas las hojas que hay por aquí. ¿Que puedes hacer tu? Una pequeña gotica contra mí?
Empuja a SILVINA. Entra EL CALOR.
EL CALOR: ¿Y qué puedes hacer contra mi, un calor tan fuerte? Si no te vas, voy a secarte a ti también.
Empuja a SILVINA.
SILVINA: Todos tienen razón. Qué puedo hacer yo tan pequeñita contra el polvo y el calor para aliviar el sufrimiento de todas las siembras? (Empieza a llorar)
Entra LA TIERRA
LA TIERRA: Silvina, ven acá. Soy la Tierra. Soy muy vieja y he visto muchas cosas. Tengo un secreto. Ven, acércate y te diré como puedes ayudar.
SILVINA se acerca a LA TIERRA. Escucha el secreto y se va corriendo para la casa. Entra una multitud de goticas. Forman una gran nube y juntos van hacía SR. MAÍZ, SR. YUCA y SR. FRIJOL. Las goticas bailan entre ellos y todos se bañan. EL POLVO y EL CALOR salen asustados.
SR. MAÍZ: Nunca en mi vida he visto un aguacero tan bueno! Pero qué poder tienen las goticas! Nosotros no debemos haber echado a pobre Silvina. Vamos a llamarla. Silvina! Silvina!
SILVINA: (Acercándose al SR. MAÍZ) Aquí estoy. ¿Como se sienten todos?
SR. MAÍZ: Pues, todos estamos muy felices, Silvina. Queremos agradecerte mucho por este aguacero. Nos bañamos lo más de rico.
SILVINA: Pues, yo solo quería ayudarles y realmente no era difícil. Yo reuní a todos mis hermanos y vecinos y así vencimos la sequía.
SR. MAÍZ: ¿Pero qué fue el secreto que te contó la Tierra?
SILVINA: Bueno, la Tierra me dijo que cuando se unan todas las goticas se puede formar ríos y mares, que tan fuerte es el poder de la unidad que puede transformar la tierra.
FIN
LOS SOLIDARIOS
En el pueblo
COMPADRE esta sentado. Entra HOMBRE
HOMBRE: Eh, compadre. Te estaba buscando. (Se sienta a su lado)
COMPADRE: Hombre, saludo. De qué se trata?
HOMBRE: Es que... tu sabes como está la situación. Tengo un poco de deudas y cuatro hijos en el colegio. Tu sabes como es.
COMPADRE: Amigo, si estas pensando lo que pienso que estas pensando, los únicos ahorros que tengo son los piojos en el pelo de mis pelados.
HOMBRE: No, compadre. No vengo para prestar. Vengo a hablarte de una idea. Es que estoy pensando que de pronto debemos unir las fuerzas para empezar algo juntos.
COMPADRE: Como qué?
HOMBRE: No sé, pero estoy cansado de esta lucha. Nada me da resultado. De pronto si tu y yo y otro compadre, si hacemos un negocio juntos...
COMPADRE: Y qué otro compadre?
HOMBRE: Estaba pensando en el compadre Alfredo.
COMPADRE: Pero no es él que te quedó mal?
HOMBRE: Pues, si. Le presté plata y nunca me lo devolvió. Pero él esta en peores condiciones que yo. Tantos hijos. Por lo menos mi mujer tiene trabajo. El no tiene ningún ingreso.
COMPADRE: No sé. Todos tan apurados, en quién se puede confiar?
HOMBRE: También está el compadre Pedro.
COMPADRE: No, hombre. Él me debe a mí. Hace rato le presté el Betamax y nunca me lo devolvió.
HOMBRE: Bueno, ya pa' qué? Está obsoleto.
COMPADRE: Verdad. Y aunque me comprara el V.H., no tengo para alquilar películas.
HOMBRE: Entonces, qué dices? Hacemos un negocio?
COMPADRE: Pero con qué y con quién? No se puede confiar en nadie y nadie confía en uno. Entonces cómo?
HOMBRE: Pero no se puede quedar quieto mientras el agua le sube hasta la nariz.
COMPADRE: Bueno, déjame quieto aquí. De pronto la situación cambia.
HOMBRE: De pronto, pero yo no puedo quedarme quieto. Hasta luego, compadre.
COMPADRE: Hasta luego. (Se queda dormido).
(Entra DONCELLA, muy elegante)
DONCELLA: Buenas tardes.
COMPADRE: (Se para) Buenas tardes. La conozco?
...