El alcoholismo

El alcoholismo es un fenómeno que responde a múltiples factores y ante el que, consecuentemente, deben adoptarse medidas de prevención.

A diferencia del simple consumo excesivo o irresponsable de alcohol, ha sido considerado en el pasado un síntoma de debilidad de carácter, estrés social o psicológico, o un comportamiento aprendido e inadaptado. Recientemente, y quizá de forma más acertada, el alcoholismo ha pasado a ser definido como una enfermedad compleja en sí, con todas sus consecuencias. Los primeros síntomas, muy sutiles, incluyen la preocupación por la disponibilidad de alcohol, lo que influye poderosamente en la elección, por parte del enfermo, de sus amistades o actividades. El alcohol se considera, cada vez más, una droga que modifica el estado de ánimo, y menos una costumbre social o un rito religioso.

Además de las motivaciones que inciden individualmente en la ingesta de alcohol (como falta de un proyecto de vida, crisis de identidad e ideales, fallas en la autoestima) intervienen otros fenómenos de tipo grupal que presionan fundamentalmente al adolescente, como la existencia de sub-culturas del alcohol, el permisivismo, las drogas, los modelos juveniles que hacen uso y abuso de sus libertades individuales, etc.

Una manera de prevenir el abuso del alcohol es asegurarse que la población esté informada al respecto para el fortalecimiento de las actitudes y, por lo tanto, de las conductas positivas.

La estrategia fundamental de prevención en la cual hemos centrado nuestra atención es la ESTRATEGIA EDUCATIVA, cuyo marco de referencia obligado es la EDUCACIÓN PARA LA SALUD.

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