El ritmo del cerebro adolescente.
Enviado por YajairaRO • 30 de Septiembre de 2014 • Síntesis • 1.218 Palabras (5 Páginas) • 218 Visitas
El ritmo del cerebro adolescente.
Tanto la neurología como las ciencias sociales demuestran que la juventud es el momento vital donde las canciones dejan su huella
"Breakfast in America", un disco mítico de Supertramp
Cada año, el festejo de la fiesta de la Nostalgia los 24 de agosto hace repasar listas eternas de canciones, trae reflejos de bolas de espejo, luces de colores de discoteca y otras decenas de símbolos que se asocian al mundo del boliche, de la juventud, de la emoción. Pero bien cabe la pregunta: ¿por qué la música que nos emociona y que recordamos con candor en estas fechas se relaciona con nuestra adolescencia? La ciencia tiene una respuesta para esto. Según un artículo publicado en el sitio web de la revista Slate, esta relación se basa en múltiples causas, empezando por la conexión entre el cuerpo, la anatomía y la música. Cuando escuchamos una canción se producen varios tipos de estímulos en el neo córtex y convertimos los ritmos, las melodías y las armonías en un todo coherente. “A partir de ello, toda nuestra reacción hacia la música depende de cómo interactuamos con ella. Solo con cantar al unísono una canción mentalmente ya se activa el sistema pre motor, que ayuda a planificar y coordinar los movimientos. Con bailar una canción, ya las neuronas se sincronizan con el ritmo de la música. Al prestarle atención a las letras y a detalles de los instrumentos, se activa el córtex parietal, que permite mantener la atención a diferentes estímulos. Si escuchamos una canción que dispara recuerdos personales entra en acción el córtex pre frontal, donde se almacena información relevante de tu vida personal y tus relaciones”, dice el artículo de Slate. Pero la conexión intrínseca en estas fechas es sin dudas entre el recuerdo musical y la emoción. Varios estudios y experimentos científicos, como uno del Instituto Neurológico de Montreal (Canadá) de 2011, han demostrado que al escuchar nuestras canciones favoritas el circuito del placer del cerebro reacciona segregando dopamina, serotonina y oxitocina, que son algunos de los mismos neurotransmisores que provocan drogas como por ejemplo la cocaína. Cuando definimos la música que nos emociona y nos pone la piel de gallina casi invariablemente elegimos canciones que se conectan con nuestra adolescencia y nuestra juventud. ¿Por qué? No es que sea necesariamente música de la época en que somos adolescentes. Puede ser anterior, incluso muy anterior, pero la chispa que enciende la llama en el acto de escucha y que por lo tanto genera el recuerdo se produce básicamente entre los 12 y los 22 años. Es esa década la que en la mayoría de los casos define nuestros gustos y nos condiciona para el resto de nuestra vida en cuanto a los recuerdos. Pero, de nuevo, ¿por qué? En esa década el cerebro está realizando cambios intensos, acompañando los cambios que se producen en el resto del cuerpo. Existe una conexión directa entre las hormonas que genera un adolescente, las canciones que escucha y lo que está formando como capa en los recuerdos del cerebro. Uno de los investigadores que más ha experimentado en el campo de la psicología y la música es Daniel Levitin, autor del estudio This is your brain on music: the science of a human obsession (disponible a través de internet).Allí Levitin explicita que la música de nuestros años juveniles está entrelazada de manera fundamental con nuestra vida social. “En esa etapa estamos descubriendo la música por nosotros mismos cuando somos jóvenes, muchas veces a través de amigos y de las primeras relaciones. Escuchamos música como un escudo, como una forma de pertenecer
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