El sistema nervioso y la selección de comida

¿Cómo el sistema nervioso influye en la selección de comida?

Según indica el estudio de Tortora (2019), el sistema nervioso es el responsable de generar la sensación del hambre que es una respuesta natural a la falta de alimentos. El cerebro envía señales al hipotálamo, que controla el hambre y la sed, las respuestas neuroendocrinas también juegan un papel importante en el control del hambre, que es un impulso físico y psicológico de consumir alimentos. Es regulada por varios centros en el cerebro y puede ser causada por diferentes motivos, como el estrés emocional, la falta de sueño y los bajos niveles plasmáticos de ciertas hormonas. El cerebro libera mensajeros neuroquímicos, neuropéptidos, en respuesta a diversos estímulos, como la sensación de hambre. Estos neuroquímicos influyen en las actividades de las células cerebrales que controlan el hambre.

El hipotálamo es una pequeña estructura en forma de huevo ubicada en el cerebro y es responsable de controlar el hambre y otras funciones corporales como la sed, el metabolismo y las funciones reproductivas. Lo que sucede es que el estómago ha comenzado a sintetizar una hormona llamada grelina. La hormona viaja al hipotálamo, donde activa un grupo de neuronas que sintetizan diversas sustancias. Entre ellos, se encuentra, por ejemplo, el neuropéptido Y. Juntos, estos provocan sentimientos de hambre. Nos instruyen y nos advierten que debemos comer. Otro signo de aumento del hambre es la glucosa, que también bajan a esa hora del día. El hipotálamo recibe señales de varias partes del cuerpo, como el estómago, el intestino y el cerebro, procesa estas señales y envía instrucciones apropiadas a los otros órganos. La selección de la comida afecta al cuerpo de varias maneras.  Dependiendo de lo que se ingiera, esto puede ayudar a mejorar el estado de ánimo, aumentar los niveles de energía y estimular el sistema inmunológico, también puede ayudar a prevenir la obesidad, la diabetes y otros problemas de salud, por el contrario, demasiada comida podría provocar obesidad, problemas digestivos y otros problemas de salud.  Los núcleos hipotalámicos laterales son centros de alimentación ya que al ser estimulados desencadenan mucho apetito denominado hiperfagia. La alteración del hipotálamo lateral suprime los antojos de alimentos y conduce a una inanición progresiva, un estado caracterizado por una marcada pérdida de peso, debilidad muscular y reducción del metabolismo.

Cuando comemos una comida que nos gusta, como hacemos cualquier actividad placentera, se activa el sistema de recompensa en nuestro cerebro, que es parte del sistema dopaminérgico. El hambre se asocia con los antojos de alimentos y otros efectos fisiológicos, como las contracciones rítmicas del estómago y la agitación que impulsa la búsqueda de alimentos. El apetito es un antojo de alimentos que ayuda a determinar la calidad de los alimentos. Si la búsqueda de alimentos tiene efecto, se produce la saciedad. En conclusión, todas estas sensaciones dependen de factores fisiológicos que regulan centros específicos del cerebro.

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