El síndrome de inmunodeficiencia humana (SIDA)
Enviado por paularrojas • 7 de Octubre de 2018 • Documentos de Investigación • 2.651 Palabras (11 Páginas) • 166 Visitas
INTRODUCCIÓN
El síndrome de inmunodeficiencia humana (SIDA) es una enfermedad vírica transmisible descubierta en Estados Unidos en 1981, que ha ido apareciendo en todos los países y cuyo número de casos se ha incrementado de forma notoria en los últimos años. Su etiología se descubrió en el Instituto Pasteur de París (1983). Se debió al equipo de Luc Montagnier, que logró el aislamiento de un retrovirus a partir del ganglio infectado de un homosexual y que fue denominado en aquel momento virus asociado a linfadenopatía (LAV). Un año después (1984), Robert Gallo describió otro virus muy similar que denominó HTLV-III y Levy, ese mismo año, otro que llamó ARV (virus relacionado con el SIDA). Se demostró que los tres virus aislados eran iguales, por lo cual el Comité Internacional de Virus les denominó con un mismo nombre: VIH (virus de la inmunodeficiencia humana). Hasta el momento se han aislado dos tipos del VIH que se diferencian en la estructura de sus proteínas, fundamentalmente las de la envoltura, y en su distribución geográfica, y que se denominan VIH-1 y VIH-2. El VIH-2 aparece con mayor frecuencia en África, aun cuando se han descrito algunos casos en España; el VIH-1 es el responsable de la mayoría de los casos actuales de SIDA en nuestro país y es el que se estudiará en este capítulo. El SIDA es una enfermedad nueva, con una elevada tasa de mortalidad, que se ha extendido de forma rápida y que aparece preferentemente (aunque no de forma exclusiva) en individuos con prácticas de riesgo; todo ello ha llevado a que sea uno de los procesos con mayor trascendencia social dentro del campo de la medicina.
VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es el responsable del SIDA, una epidemia con una elevada tasa de mortalidad, que se ha extendido de forma rápida. El virus pertenece a la familia Retroviridae, cuya principal característica es la presencia de una transcriptasa inversa que, al cometer numerosos errores, es la responsable de la gran variabilidad genética
El sida es una enfermedad humana que progresa hacia la falla del sistema inmune, lo que permite que se desarrollen infecciones oportunistas y cánceres potencialmente mortales. Sin tratamiento, se estima que la sobrevida promedio después de la infección de VIH es de 9 a 11 años; dependiendo en el subtipo de VIH.
MORFOLOGÍA A Y ESTRUCTURA DEL VIH-1
El VIH pertenece a la familia Retroviridae, subfamilia Lentivirinae, que engloba a virus ARN con envoltura. Posee una enzima, denominada transcriptasa inversa (TI) que cataliza el paso de ARN monocatenario a ADN bicatenario, el cual se integra en el genoma de la célula hospedadora. Es un virus no transformador cuya partícula madura con una forma esfé- rica, de 80 a 100 nm, está compuesta por una serie de elementos.[pic 1]
- Envoltura lipoproteica
Derivada en parte de la célula hospedadora, en ella se insertan dos tipos de glucoproteínas: una, gp120, en forma de 72 proyecciones externas y otra gp41, o glucoproteína transmembrana que sirve a la primera de anclaje en la membrana lipídica.
- Matriz
Está formada por la proteína p17.
- Nucleocápside
En ella destaca la cápside, formada por múltiples copias de una proteína p24, y el genoma en su interior, constituido por dos hebras idénticas de ARN al que se asocia la TI y diversas proteínas (p9, p6).
SINTOMATOLOGÍA
Tras el contacto con el virus, en la mayoría de los casos no existe ningún tipo de síntomas, aun cuando a las 2-6 semanas pueda aparecer, como consecuencia de su diseminación, un síndrome mononucleósico inespecífico denominado síndrome retroviral agudo. Suele tratarse de un cuadro febril con cefalea, mialgias, dolor faríngeo y, en un 50-70%, un exantema que desaparece rápidamente. Suele acompañarse de una linfoadenopatía generalizada, con posible afectación hepática y esplénica y, aunque de forma rara, alguna alteración neurológica (p. ej., meningitis o mielitis), así como alguna infección de las más frecuentes en la fase final (p. ej., candidiasis esofágica o infecciones herpéticas). Durante la fase intermedia o crónica, los individuos permanecen asintomáticos aunque pueden presentar adenopatías, alteraciones en la coagulación (trombopenia) o mínimas lesiones de tipo neurológico. La posibilidad de evolución al SIDA, en pacientes sin tratamiento antirretroviral, es variable; se considera que en el caso de los adultos puede ser del 50% a los 7-10 años tras la infección, este porcentaje puede ser más alto en los niños. Cuando se produce el deterioro del sistema inmunitario, existe una gran alteración del estado general, con aparición de numerosas infecciones oportunistas, neoplasias o diversos trastornos neurológicos, todos ellos relacionados con la disminución del número de CD4 y la elevada carga vírica.
FACTORES DE PATOGENISIDAD
La patogenia del SIDA es extraordinariamente compleja, y está dirigida y mediatizada por diferentes factores, ya que, si bien el virus se replica de forma continua desde el principio, en cada paciente la evolución del proceso depende de la dosis infecciosa, de la virulencia intrínseca de la cepa y la capacidad de respuesta del hospedador.
- Primoinfección
Se caracteriza por niveles elevados de viremia; el virus se disemina por los órganos linfoides y existe asimismo una gran proporción de linfocitos CD4 infectados. Este período dura de 2-4 semanas y su resolución coincide con la detección de respuesta inmunitaria celular contra el VIH. - Fase de latencia o infección o replicación crónica asintomática
Tiene una duración media de 10 años y se caracteriza por niveles de células CD4 relativamente estables pero con tendencia a disminuir progresivamente. Se produce un descenso considerable de la viremia (que se mantiene más o menos estable) aunque el virus siga replicándose en el tejido linfoide y a pesar de que haya linfocitos T citotóxicos y anticuerpos contra el virus. Existe un grupo de individuos, denominados supervivientes a largo plazo, en los cuales la enfermedad evoluciona de una forma muy lenta, sin cuadro clínico alguno, con cifras de CD4 normales y viremia escasa incluso durante muchos años. - Fase de infección avanzada o SIDA
En esta etapa, el sistema inmunitario ha agotado toda su capacidad de actuación y, como consecuencia de ello, aumenta la capacidad replicativa del virus; no se reponen los linfocitos CD4 que descienden a niveles inferiores a 200/µl, y el individuo entra en un estadio irreversible en el que, clínicamente, comienzan a aparecer las infecciones oportunistas.
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