Elegi Vivir

ELEGI VIVIR

Daniela García

“El accidente fue terrible, pero son tantas las cosas lindas que han pasado después que si un hada madrina me ofreciera…no sería fácil la decisión. me daría pena perder tantas cosas que he ganado después del accidente y no sé si quisiera volver el tiempo atrás”

Daniela García es una mujer chilena que a los 22 años de edad, al ir a un congreso de medicina en otra ciudad por tren, cae por un agujero del piso y el tren le pasa por encima. Sus compañeros (iban en bola de un vagón a otro) no alcanzaron a ver el accidente, de repente uno pregunta ¿dónde está Daniela? Y es cuando comienzan a buscarla.

Daniela está viva, pero el tren le ha amputado sus dos piernas y sus dos brazos. No muere porque recibe la ayuda que necesita, aunque llega muy grave al hospital. Ella dice que cuando la iban llevando a cirugía le pregunta al médico ¿cómo estoy? Y este le repone “Vas a estar bien”. En ese momento, ella pierde la conciencia, pero cuenta que esas palabras le dieron fe y confianza en que estaría bien. Esto me dice a mi lo importante que es hablar con palabras de esperanza, positivas; y como es importante tener fe en que las cosas saldrán bien. Ella dice que está convencida de que haber escuchado esas palabras le permitió seguir viva durante las horas posteriores a su accidente.

El libro es una muestra de la fortaleza del carácter de esta muchacha (que escribe el libro a cinco años de su accidente). Tiene que someterse a varias operaciones, y en la actualidad usa prótesis de brazos y piernas y está estudiando para terminar su licenciatura en medicina, convencida de que es la carrera a la que quiere dedicarse. Dice que su sufrimiento, su dolor, la hace ver en los demás no a un paciente, sino a una persona; que sabe lo que es estar asustada ante un diagnóstico, ante la posibilidad de recibir malas noticias y lo importante que es que el médico de un diagnostico mirando a los ojos, tendiendo una mano, explicando en un lenguaje sencillo que el otro pueda entender. Ella tuvo médicos que no le miraban a los ojos, o que procuraban no mirarla a ella, sintió la frialdad de unos y la calidez de otros.

Lo que me impresionó más al leer el libro fue la fortaleza de su espíritu, seguramente proveniente de su fe católica. Ella tenía una certeza de que saldría adelante, de que tenía las herramientas para hacerlo, siempre vio con optimismo su futuro y realmente este libro es un ejemplo para cualquier persona que esté pasando por algo difícil porque digo, si miramos a Daniela, ninguno de nosotros a tenido que atravesar por algo que se le equipare siquiera. Y ella salió adelante…

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