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Emociones Y Sentimientos De Los Perros


Enviado por   •  13 de Febrero de 2014  •  1.453 Palabras (6 Páginas)  •  380 Visitas

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Emociones, sentimientos e inteligencia en los perros

¿Son inteligentes los perros con quienes convivimos?; ¿tienen imaginación?; ¿pueden ellos actuar racionalmente?; ¿pueden pensar?; ¿tienen sentimientos?

Es muy frecuente escuchar tanto en el ámbito científico como en el popular respuestas contundentemente negativas a estos interrogantes. Para quienes sostienen esta postura los seres humanos somos los únicos seres inteligentes sobre nuestro planeta, los únicos que actuamos racionalmente, los únicos que podemos pensar y aún más los únicos que tenemos sentimientos (amor, odio, celos, culpa). Un exponente de esta corriente del pensamiento fue el filósofo francés René Descartes (siglo XVII). Descartes sostenía que los animales carecían de estado consciente, de inteligencia y de cualquier proceso mental análogo al del ser humano. Muchos psicólogos y fisiólogos compartieron, e incluso comparten en la actualidad, este concepto. Para ellos los procesos mentales superiores que rigen el comportamiento humano están gobernados por principios distintos de aquellos que rigen el comportamiento animal. Suelen afirmar que los comportamientos de los animales son de dos tipos: instintivos y producto del condicionamiento. Si bien es cierto que el movimiento de la cola y el ladrido en los perros son comportamientos instintivos, la risa, la sonrisa y el llanto de los humanos también lo son. Evidentemente no sólo los animales son portadores de este tipo de patrones de comportamiento.

Sin embargo, los perros no manifiestan los comportamientos instintivos en cuestión, en forma indiscriminada sino que ellos deciden cuándo y hacia quien dirigirlos. Dicha capacidad de discriminación implica un grado rudimen tario de razonamiento inteligente, más aún cuando los perros suelen utilizar estos comportamientos para influir e incluso manipular a sus dueños para obtener atención, comida o un paseo.

Por otro lado muchos propietarios de perros, haciendo caso omiso de las opiniones que niegan la capacidad de pensar, imaginar y sentir de sus animales, no dudan en afirmar: "A mi perro sólo le falta hablar", "mi perro es sumamente inteligente, mucho más que muchas personas que conozco", "mi perro es tan inteligente que cuando quiere salir a pasear me trae la correa y cuando quiere jugar me trae su pelota", son comentarios corrientes entre estos propietarios. Si bien la mayoría de estas personas no son imparciales producto de que tienen un vínculo sumamente estrecho con sus animales y además no poseen los conocimientos para realizar estudios objetivos, ellos no dudan en afirmar que sus animales son inteligentes, pueden pensar y desde ya tienen sentimientos.

¿Cuál de estas dos visiones acerca de estos temas es la correcta? ¿Dentro del ámbito científico existen opiniones que avalen las afirmaciones recién mencionadas?

Para contestar el primer interrogante es necesario aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de inteligencia, pensamiento, imaginación y sentimientos. Tomemos como ejemplo a la inteligencia. Una definición que tiene consenso entre la mayoría de los científicos es aquella que dice que la inteligencia es la capacidad de enfrentar símbolos, relaciones y nuevas situaciones o problemas y resolverlos de una manera adecuada. A partir de esta definición muchos sostienen que la inteligencia de los perros es más un mito que una realidad.

Sin embargo, desde la filosofía Aristóteles (384-322 a.C.) sostenía que la razón de los animales difería de la nuestra no por su naturaleza sino del más al menos. A su vez un científico prominente como Charles Darwin en su libro "La descendencia del hombre" sostenía que la diferencia entre la inteligencia de los seres humanos y la de muchos animales era cuestión de grado y no de clase. Más aún Darwin afirmaba que "las distintas emociones y facultades - como el amor, la memoria, la atención, la curiosidad, la imitación, etc.- de las que se jacta el hombre, se encuentran en forma incipiente y a veces bien desarrolladas en los animales inferiores". Otras autoridades científicas comparten esta visión de los hechos. El Profesor Donald Griffin (autor del libro Animal Awareness), el Dr. Stephen Walker (autor del libro Animal Thought) y especialmente una de las autoridades más conocidas y reconocidas en cánidos, el Dr. Michael W. Fox (autor de innumerables artículos científicos y varios libros) concluyen que los animales poseen, en grado variable, capacidad de razonamiento, sentimientos y comportamiento inteligente.

Veamos cómo algunos ejemplos cotidianos, que todo dueño de perro reconocerá haber observado en algún momento de la convivencia con sus animales, parecen demostrar que es posible afirmar que los seres humanos

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