Ensayo : Como manejar el enojo.

Como manejar el enojo

Hacer referencia a los términos de violencia y/o agresión, lleva a pensar casi de inmediato, en una serie de actos cotidianos a los cuales desgraciadamente nos estamos acostumbrando en forma desmedida. Si hacemos referencia al significado de ambos términos, nos encontramos que violencia se refiere a un acto que se lleva a cabo en forma brusca, mientras que agresión apunta a un acto en contra de alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño y contrario al derecho de la otra persona.

¿Qué cosas debemos considerar violencia y/o agresión? Por lo general y por la influencia de los medios de comunicación consideramos actos violentos y agresiones lo que ocurre en nuestras carreteras, asaltos de toda índole, secuestros, robos, corrupción generalizada, y en especial la violencia intrafamiliar y las agresiones contra las mujeres. Sin embargo deseo incrementar la lista incluyendo: los llamados chorizos, prostitución infantil, drogadicción, manifestaciones en contra del status quo, corrupción generalizada, niños y ancianos muriendo de hambre en África y en Latino América, discriminación por diferente escogencia del objeto sexual y por supuesto con toda razón lo que le ocurre a las mujeres en sociedades fundamentalistas musulmanas, y, en otras no tan fundamentalistas en apariencia.

Pero revisemos un poco lo que esta sucediendo en Costa Rica, la denominada Suiza Centroamericana, en donde supuestamente vivimos en paz – no tenemos ejército –, todo lo arreglamos “negociando”, pero en donde en los últimos tiempos, la agresividad de las personas se manifiesta cotidianamente.

Algo de lo que hemos venido sufriendo en los últimos años es de FRUSTRACION, entendiéndola como una sensación altamente desagradable producida por no alcanzar expectativas, por no satisfacerlas, por no conseguir lo que se pretende.

Es de esperarse que, cuando una persona tiene altas expectativas internas por conseguir algo, los niveles de frustración se incrementan pero por lo general, sacan esa problemática en forma individual o a lo sumo gritando y enojándose principalmente con ella misma.

Ahora bien, que ocurre cuando la frustración es provocada por lo social, cuando la misma es compartida por la gran mayoría de las personas, dicho de otra manera, cuando nuestro entorno nos frustra tanto que emerge la necesidad de sacar ese enojo en el mismo ámbito donde se produjo. De nuevo la respuesta es sencilla, actos como lo que ocurrió semanas atrás con la muerte de un conductor. Seria muy fácil encontrar causas a esa situación, pero yo quiero agregar que mientras nuestros gobernantes sigan preocupándose de sus cheques quincenales o sigan promoviendo con sus actuaciones la corrupción, y más ahora que vienen las elecciones, los niveles de frustración de nosotros los gobernados serán extremadamente altos con las consecuencias que la misma puede llegar a provocar.

¿Qué podemos hacer los simples mortales para bajar nuestros niveles de frustración? Existen diferentes metodologías que ayudan a manejar los niveles de frustración y por ende los enojos: meditación, yoga, ejercicios, deporte, etc. Y, también existen los talleres con metodología psicodramática que permiten en una sesión de tres horas, encontrar dentro de cada uno de nosotros herramientas que nos permitan el manejo de la ira provocada por la frustración.

Cómo Manejar La Frustración

En muchas ocasiones sucede que al revisar nuestros objetivos, nos damos cuenta de que no hemos logrado aquello que deseábamos, lo que nos habíamos propuesto lograr para determinada fecha, ya sea que nos hayamos quedado cortos, o ni siquiera estamos ni remotamente cerca de lo que pensábamos lograr.

Los objetivos más comunes que pueden generar frustración son: lograr un mayor ingreso, lograr un viaje, conseguir una pareja, formar una familia, cambiar de trabajo, bajar de peso, emprender un negocio, comprar una casa, etc.

La frustración de metas no alcanzadas puede ser muy intensa, y provocar ansiedad, depresión y baja autoestima. Nos atormentamos pensando en por qué no logramos lo que deseamos. Nos comparamos con otros que sí lo han logrado, y eso nos hace sentir peor, ¿cierto?

Bueno, la realidad es que si no has logrado lo que deseas al día de hoy, una sola cosa es definitiva: no has logrado lo que deseas hasta el día de hoy. No es ser redundante, sino que es un hecho. Lo que es, es. Si no lo has logrado, no lo has logrado y esa es la realidad. Por lo menos no lo has logrado hasta el día de hoy. Pero la verdad es que tienes dos alternativas al reconocer esta verdad: o la sufres, o la aceptas.

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