Ensayo Maliche Tlaxcla
Enviado por vick_ca • 24 de Septiembre de 2012 • 3.235 Palabras (13 Páginas) • 417 Visitas
VISIÓN RETROSPECTIVA DE LA DEFORESTACIÓN EN EL P.N. “LA MALINCHE”
Introducción
El Parque Nacional La Malinche se encuentra en México, en los estados de Tlaxcala y Puebla. En 72 años, y aunque es un área natural protegida (ANP), ha sido deforestado en más del 50% de su superficie para convertir zonas en aptas para la agricultura y la ganadería, según denuncia la organización Greenpeace (2000).
La situación de deforestación se ha ido agravando en gran medida debido a que las autoridades de Puebla y Tlaxcala, estados que comparten el parque, no han diseñado un plan de gestión coordinado o acciones efectivas para que esta situación cambie. Además, no existe información oficial sobre la calidad o el estado de los bosques, ni sobre los porcentajes de uso del suelo en la región.
Un estudio realizado por investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM (Universidad Autónoma Nacional de México, 2007) indica que, de las 45.000 hectáreas de La Malinche, que en su mayoría estaban cubiertas por bosques y diferentes tipos de vegetación cuando fue nombrado como parque nacional en 1938, actualmente el 51% ha sido convertido para agricultura, asentamientos humanos y áreas sin cobertura vegetal aparente.
Deforestación
México es uno de los países con mayor biodiversidad en el planeta, y una gran parte de esa biodiversidad depende de los bosques y selvas. Esa riqueza natural ha tenido una expresión en el terreno cultural, donde múltiples culturas han creado formas sociales, culturales y artísticas en torno a este ecosistema. Hoy, esto está en riesgo.
La deforestación conlleva una drástica disminución en el suministro de agua a escala local y nacional. Asimismo, rompe el equilibrio climático a nivel regional e incluso planetario, lo cual exacerba la amenaza que representa el cambio climático global.
Importancia
La Malinche representa un gran interés para el estado de Tlaxcala, no sólo por los múltiples beneficios ecológicos que proporciona, sino también por la importancia socioeconómica que tiene para los habitantes de la región, ya que la montaña ha sido fuente de diversos recursos tales como la madera empleada en la construcción o para la fabricación de muebles y herramientas, plantas medicinales, usadas en la actualidad en la terapéutica tradicional, plantas comestibles, ornamentales y religiosas, resinas, animales y combustible, tanto en forma de leña como de carbón.
Esto ha ocasionado un deterioro a los recursos del volcán, ya que el hombre ha aprovechado su riqueza sin tomar en cuenta que la naturaleza opera como la base material de la sociedad a través de los procesos de producción, de tal suerte que toda acción que atente contra dicho sustrato, estará amenazando la existencia del propio organismo social (Toledo, 1994).
Antecedentes históricos
Las crónicas de la conquista relatan que todas las regiones montañosas y escabrosas de Tlaxcala estaban cubiertas por un tupido bosque. Se puede en consecuencia estimar que 2,600 de los 4,000 km2 del estado estaban ocupados por bosques de muy buena calidad, como aún se aprecia en aquellos lugares que por su extraordinaria fragosidad no han sido visitados por el hachero (Anónimo, 1933).
La Malinche antes de llegar los colonizadores se dice que contaba, en lo que corresponde al actual estado de Tlaxcala, con unas 75 000 hectáreas arboladas; actualmente con unas 15 000, lo que significa que a partir de la colonia hasta la fecha se han perdido 60 000 hectáreas de zona boscosa (INEA, 1995).
Esta pérdida de recursos forestales de la Malinche empezó desde la época prehispánica ya que, por ejemplo, la gran Tenochtitlán y otras ciudades de la triple Alianza del Valle de México, como Texcoco requerían mucha madera de buena calidad y vigas de grandes dimensiones, para sus techumbres y pilotes de templos, para obras hidráulicas y para construcciones defensivas, por lo que importaban esa madera, acelerándose la pérdida en la época colonial ya que los primeros en abastecerse de madera de una manera irracional fueron los españoles, que derribaron centenares de árboles con el fin de transportarlos a la ciudad Tenochtitlán para construir sus barcos o bergantines, con los cuales sitiaron y rindieron a esta ciudad (González, 1992).
A finales del periodo colonial se intensificó la explotación de la madera como efecto del incremento demográfico, la multiplicación de nuevos pueblos y la erección de haciendas y ranchos. Aldeanos y finqueros utilizaron los montes propios y ajenos para extraer la madera que requerían en la construcción y en la combustión, además de las cantidades que destinaban al comercio. Cabe mencionar que también se empezó a observar un paisaje agrícola en las cuencas y llanuras alrededor de la Malintzi, sobre todo cultivos de maíz y trigo, siguiéndole cebada y leguminosas como frijol, el alberjón y las lentejas.
Durante el Porfiriato, el consumo de la madera fue aún más elevado, pues a las anteriores causas se sumaron las necesidades impuestas por dos sectores de la economía en plena expansión: una , la periódica construcción de vías ferroviarias, por ejemplo la construcción del ramal Apizaco-Puebla del ferrocarril mexicano, generalizando la destrucción del bosque por el uso de la madera para los durmientes; la otra, la instalación de diversas fábricas textiles en la zona norte de la Malinche, como la de San Manuel, La Trinidad, San Bernabé y posteriormente San Carlos, con la que se identifica la quema de leña como combustible, aún cuando estas también hayan echado mano de la energía hidráulica.
Se explotaban principalmente árboles de oyamel, ocote, sabino, encino y pino con los cuales elaboraban una infinidad de productos: vigas para la construcción, tejamaniles para techos, durmientes para las vías ferroviarias, cabezas de arado, yugos, bieldos, utensilios de labranza, de carrocería, tablas y como combustible utilizaban leña y carbón.
La insuficiencia de ingresos obliga generalmente a los pobladores de esta área a sobreexplotar sus recursos naturales, por lo que la venta de los utensilios representaba siempre un importante ingreso complementario a la economía de grandes y pequeños propietarios y también a la de los pueblos, en especial en los tiempos de malas cosechas. Y dado que la venta de madera era frecuente, se afirma que la explotación de los bosques fue intensa, ejemplo de ello es lo que reporta el historiador Marciano Netzahualcoyotzin (citado por Gob. del Edo. de Tlaxcala 1991), quien señala que en diversos patrones municipales de habitantes de entre 1882 y 1892 se encontraban profesionales tales como carboneros, morilleros, tableros, resineros y raiceros; así cerca del 50% de la población ocupada en actividades primarias vivía directamente del
...