Ensayo de Accidente cerebrovascular
Enviado por nenita163 • 27 de Octubre de 2015 • Resumen • 5.774 Palabras (24 Páginas) • 227 Visitas
1. ¿Qué es un accidente cerebrovascular? El cerebro humano, al igual que el resto de los órganos de nuestro cuerpo, necesita oxígeno y nutrientes aportados por la sangre que llega mediante las arterias que alcanzan el cerebro. Es necesario que ese aporte sea constante y permanente, ya que el sistema nervioso tiene la particularidad de carecer de sistemas de almacenamiento de energía. La disminución del flujo sanguíneo al cerebro por la obstrucción brusca de una arteria provoca la aparición de síntomas neurológicos asociados a la falta de oxigeno. Si la circulación se restablece rápidamente, las funciones cerebrales se recuperan y los síntomas tendrán una carácter transitorio, habitualmente minutos; si por el contrario la obstrucción se prolonga, se desencadenan los procesos irreversibles del infarto cerebral. Para resumir, se denomina isquemia a la falta de oxígeno y nutrientes en las células cerebrales cuando no existe un flujo adecuado de sangre que, de mantenerse en el tiempo, conduce finalmente a un infarto, es decir a la muerte de células cerebrales. Cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro, algunas células cerebrales mueren inmediatamente, mientras que otras permanecen en riesgo de morir. Estas células dañadas pero aún recuperables, constituyen la penumbra isquémica y pueden permanecer en este estado por varias horas. Con tratamiento oportuno, estas células pueden salvarse. Cuando una arteria que suministra sangre al cerebro se obstruye y se reduce o interrumpe repentinamente el flujo de sangre a una región del sistema nervioso, se producen síntomas de déficit neurológico conocidos como ataque cerebrovascular isquémico. Si la obstrucción es transitoria y los síntomas desaparecen antes de una hora, se denomina ataque isquémico transitorio (AIT); si se genera un infarto cerebral los síntomas persisten y se denomina accidente cerebrovascular isquémico (ACV). En caso que la arteria se rompa, la sangre invade el tejido cerebral y genera una hemorragia cerebral, cuadro conocido como accidente cerebrovascular hemorrágico. En este caso el cerebro también sufre la falta de oxígeno ya que la arteria dañada no lo aportará. Los coágulos de sangre son la causa más frecuente de obstrucción arterial y de infarto cerebral. El proceso de coagulación es necesario y beneficioso en todo el organismo, debido a que detiene las hemorragias y permite reparar las áreas dañadas de las arterias o de las venas. Sin embargo, cuando los coágulos de sangre se forman en el lugar incorrecto dentro de una arteria cerebral, ocasionan una lesión devastadora al interferir con el flujo normal de sangre. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 5 Los coágulos de sangre pueden ocasionar isquemia e infarto por dos mecanismos: - Un coágulo que se forma en una parte del cuerpo fuera del cerebro puede trasladarse a través de los vasos sanguíneos viajando con el flujo de sangre y quedar atrapado en una arteria cerebral. Este coágulo libre se denomina émbolo y en general se forma en el corazón como consecuencia de una arritmia específica (la fibrilación auricular) o luego de un infarto agudo de miocardio. Cuando el accidente cerebrovascular es ocasionado por un émbolo se denomina accidente cerebrovascular embólico. - La segunda clase de ataque cerebrovascular isquémico, llamado accidente cerebrovascular trombótico, es ocasionado por la formación de un coágulo en una de las arterias cerebrales que permanece fijo a la pared arterial aumentando progresivamente de tamaño hasta bloquear el flujo de sangre al cerebro. Los ataques cerebrovasculares isquémicos también pueden ser ocasionados por estenosis, o estrechamiento de una arteria debido a la formación de una placa aterosclerótica (una mezcla de sustancias grasas, de las que la más importante es el colesterol) que ocasiona aumento del espesor, endurecimiento y pérdida de elasticidad de la pared arterial con reducción progresiva del flujo sanguíneo. La estenosis puede ocurrir tanto en las arterias grandes como en las pequeñas y, por tanto, se llama enfermedad de grandes arterias o enfermedad de pequeñas arterias, respectivamente. Cuando ocurre un accidente cerebrovascular debido a una enfermedad de arterias peque- ñas, se desarrolla un infarto muy pequeño llamado infarto lacunar, de la palabra francesa "lacune" que significa "laguna" o "cavidad". ¿Qué estudios se realizan para determinar la causa de un accidente cerebrovascular? Inicialmente el médico realizará un examen clínico, preguntará sobre los factores de riesgo, la medicación y los antecedentes familiares de enfermedad vascular (cardíaca o cerebrale). Los primeros estudios son un análisis de sangre, un electrocardiograma y un estudio por imágenes del cerebro, generalmente una tomografía y en algunos casos una resonancia magnética. Esto permite diagnosticar si se trata de un ACV hemorrágico o isquémico. La primera tomografía puede ser normal cuando se trata de un infarto isquémico; la resonancia puede mostrar la lesión antes, pero es un estudio que requiere que el paciente se quede muy quieto, demora más que la tomografía y no se encuentra disponible en muchos hospitales, por lo cual se usa con menor frecuencia como estudio inicial. Posteriormente, se realizarán estudios para ver el corazón (ecocardiograma) y para visualizar las arterias que llevan sangre al cerebro, mediante eco-Doppler o angiografías por tomografía o resonancia. Con menor frecuencia se necesitan técnicas invasivas como el cateterismo. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 6 ¿Qué estudios visualizan el cerebro? Son dos: la tomografía y la resonancia; la diferencia es que en uno se utilizan rayos X (tomó- grafo) y en el otro un campo magnético (resonador). El primero se realiza en una camilla (es más abierto) y el segundo en un compartimiento cerrado (tubo) por lo cual puede ser un estudio dificultoso en pacientes que tienen claustrofobia. Diferencias entre el accidente cerebrovascular isquémico y el hemorrágico La enfermedad cerebrovascular isquémica representa aproximadamente el 85% de los casos y es la resultante de la disminución del metabolismo energético como consecuencia de la disminución del aporte sanguíneo total (isquemia global) o parcial (isquemia focal). De acuerdo a la duración e intensidad de dicho trastorno energético la isquemia se manifestará con un signo focal transitorio (AIT) o como un signo focal con daño irreversible por evolución al infarto cerebral. En el caso de la hemorragia, que representa aproximadamente el 15% de los accidentes cerebrovasculares, los síntomas son también manifestación de daño del tejido cerebral pero en este caso por la ruptura de un vaso arterial y la formación de una colección de sangre ya sea dentro del cerebro (hemorragia intraparenquimatosa), dentro de las cavidades del sistema ventricular cerebral (hemorragia intraventricular) o en el espacio subaracnoideo (hemorragia subaracnoidea). ¿Qué es un accidente cerebrovascular isquémico? El accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando se interrumpe la llegada de sangre al cerebro. La sangre lleva oxígeno y nutrientes a las células cerebrales, si no puede fluir a una parte del cerebro, las células pueden empezar a morir. Si las células solo resultan dañadas parcialmente pueden mejorar, pero las que mueren no pueden volver a la vida. Es por eso que alguien que haya tenido un ataque cerebral puede tener problemas para moverse, hablar o caminar. Figura 1- Obstrucción de una arteria cerebral, que provoca accidente cerebrovascular isquémico. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 7 Existen diversos tipos de infartos cerebrales, los más frecuentes son: Los infartos pequeños, técnicamente llamados lagunas, que son lesiones menores a 1 centímetro y que pueden ser únicas o múltiples. En algunos casos estas lesiones no dan síntomas clínicos, pero en otros se manifiestan como dificultades para hablar, moverse o caminar. El principal factor de riesgo para las lagunas es la hipertensión arterial Los infartos por coágulos o émbolos provenientes del corazón generalmente son lesiones más grandes y casi siempre dan síntomas. Existen múltiples afecciones cardíacas que favorecen la formación de estos coágulos, como los trastornos del ritmo del corazón (fundamentalmente la fibrilación auricular), el haber tenido un infarto cardíaco, que el corazón no se contraiga en forma uniforme o este agrandado (miocardiopatía dilatada), las patologías de las válvulas cardíacas o la presencia de comunicaciones anormales entre las cavidades cardíacas, como el foramen oval permeable. Los infartos por obstrucción de arterias grandes, como la carótida, también suelen ser de gran tamaño y producir síntomas. Los principales factores que predisponen a este tipo de lesiones son la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes y el tabaquismo, que favorecen la formación de placas de colesterol dentro de las arterias. Estas placas pueden obstruir las arterias o romperse y desprender fragmentos a la circulación cerebral. En raras ocasiones los infartos cerebrales pueden ser causados por trastornos genéticos, debilidad de la pared de los vasos o problemas en la coagulación que predisponen a la formación de trombos. Esto es más frecuente en pacientes muy jóvenes que tienen infartos cerebrales y no tienen los factores de riesgo que mencionamos antes. En algunas circunstancias, a pesar de todos los estudios diagnósticos efectuados, no se puede llegar a detectar la causa que generó el infarto. En tal caso se habla de accidente cerebrovascular de causa desconocida o criptogénico. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 8 Arterias tapadas en el cerebro. Coágulos de arterias grandes que se desprenden al cerebro. Esto es frecuente en las arterias del cuello y en la aorta a nivel del tórax Infartos pequeños (lacunares) Placas de colesterol en las grandes arterias Trastornos del ritmo del corazón Problemas valvulares Trombos en el corazón Mecanismos involucrados en la producción de los accidentes cerebrovasculares isquémicos (infartos cerebrales). ¿Qué es un accidente cerebrovascular hemorrágico? Un accidente cerebrovascular hemorrágico o “derrame cerebral” ocurre cuando una arteria dentro del cráneo se rompe; solamente el 15% de los ACV son hemorrágicos. Para entender como un sangrado afecta el cerebro hay que tener en cuenta que en el adulto, la cavidad craneana se comporta como una caja no extensible (continente rígido) por lo que cualquier situación que aumente el contenido intracraneal (sangre o edema cerebral cuando la injuria isquémica es extensa) producirá un aumento de la presión dentro de la cavidad, situación denominada hipertensión endocraneana. Hay dos tipos principales de accidente cerebrovascular hemorrágico: la hemorragia intracerebral y la hemorragia subaracnoidea. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 9 Hemorragia intracerebral (sangrado dentro del cerebro) En este caso se rompe una arteria del cerebro (pequeña y profunda) y aumenta la presión directa sobre una parte específica del cerebro, dando síntomas que dependerán de la perdida de la o las funciones cerebrales normalmente a cargo del área afectada. Aunque hay muchas causas posibles de hemorragia intracerebral, la más frecuente es el daño que la hipertensión arterial no controlada provoca en las pequeñas arterias del cerebro. Muchos años de hipertensión constante causan que las paredes de las arterias cerebrales peque- ñas se debiliten y en algunos casos se rompan. El mejor modo de prevenir una hemorragia intracerebral es el control periódico de la presión arterial con su médico. Con menor frecuencia es causada por la presencia de tumores, alteraciones de la coagulación con tendencia a sangrar, el uso de ciertos medicamentos como los anticoagulantes o la ruptura de malformaciones localizadas dentro del tejido cerebral, como las malformaciones arteriovenosas o los cavernomas. Las primeras se ven como ovillos conformados por arterias y venas dentro de la circulación normal del cerebro y los cavernomas son vasos anormales que no pertenecen a la circulación normal. La tomografía de cerebro permite realizar el diagnóstico rápidamente y la sangre se ve de color blanco. Hemorragia subaracnoidea (sangrado bordeando el cerebro) En este tipo de accidente cerebrovascular la hemorragia se produce en el fluido cerebroespinal alrededor del cerebro. La mayoría de las veces se presenta como un dolor de cabeza repentino y muy intenso, rigidez del cuello, náuseas, vómitos y somnolencia. La mayor parte de las hemorragias subaracnoideas son causadas por la ruptura de un aneurisma, que es un área debilitada en la pared de una arteria y forma una especie de globo que protruye de la pared. La pared del del aneurisma esta dilatada, adelgazada y es muy propensa a romperse. Sangrado cerebral en tomografía Imagen de un aneurisma Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 10 Cuando un aneurisma se rompe, las consecuencias suelen ser graves ya que la mortalidad es elevada (cercana al 50%). En la mayoría de los casos no hay forma de saber con anterioridad si una persona esta en riesgo ya que, salvo raras excepciones, la búsqueda de aneurismas asintomáticos no es una indicación de rutina en el contexto de un examen periódico de salud. El tratamiento de las hemorragias intracerebrales consiste en controlar la presión arterial y disminuir la inflamación del cerebro (edema). Las malformaciones vasculares muchas veces requieren tratamientos múltiples: cirugía, taparlas por vía de un cateterismos de las arterias con alambres o sustancias especiales (embolización) o la aplicación de rayos. ¿Cuales son los síntomas de un accidente cerebrovascular? 1) Dificultades para mover una mitad del cuerpo (brazo y pierna del mismo lado) 2) Disminución de la sensibilidad en una mitad del cuerpo (brazo y pierna del mismo lado). Se puede presentar como disminución del tacto o de la sensación al dolor, o como sensaciones anormales (parestesias) como hormigueo o adormecimiento, similar a cuando uno le colocan anestesia para sacar una muela. 3) Problemas para hablar, ya sea dificultades para emitir la palabra, que no se entienda lo que dice o que hable normalmente pero su pronunciación no sea adecuada. En otros casos el paciente no comprende cuando se le habla o se le pide que cumpla ordenes simples (cerrar los ojos, apretar la mano, etc.), esto puede causar excitación o confusión dada la ansiedad que puede sentir la persona al percibir sus dificultades para comunicarse. 4) Trastornos visuales, que pueden manifestarse como disminución de la visión en un solo ojo, generalmente como un telón que baja e impide la visión. Otras veces el problema puede estar en ambos ojos y el paciente no ver hacia un lado u otro del campo visual, o ver doble (diplopía). Pocas veces la pérdida de la visión es total y el enfermo estar ciego. 5) Inestabilidad o falta de equilibrio al caminar o moverse sin que haya pérdida de fuerza de las piernas. 6) Mareos, que es sensación de que las cosas oscilan, o vértigos, cuando la sensación es que las cosas o el paciente giran, lo que puede ocasionar caídas. 7) Dolor de cabeza, que puede ser de intensidad leve a moderada. Esto puede verse en pacientes con infarto cerebral extenso o sangrado cerebral (hematoma). Otras veces el dolor es muy intenso (el peor de su vida o como que “se rompe algo en la cabeza”), puede aparecer luego de un esfuerzo físico y ser secundario a la ruptura de una arteria con volcado de sangre en el espacio meníngeo (hemorragia subaracnoidea). 8) Mala coordinación para realizar algunas tareas, como por ejemplo tomar un objeto; este síntoma se denomina técnicamente ataxia. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 11 Durante la instalación de un accidente cerebrovascular los síntomas del paciente pueden empeorar, o mejorar hasta recuperarse por completo en pocos minutos u horas. Es muy importante tener en cuenta que estos síntomas transitorios anuncian que existe un problema vascular grave, en el cual la arteria comprometida se destapó espontáneamente: pero si no se detecta la causa el coá- gulo se puede volver a formar y dejar un infarto establecido, en cuyo caso los síntomas persisten en el tiempo. 2. Factores de riesgo para accidente cerebrovascular El riesgo de desarrollar enfermedad en las arterias del cerebro sucede simultáneamente, en mayor o menor grado, que en otras arterias del cuerpo. Por ello hablaremos de “riesgo de enfermedad vascular”, definido como la probabilidad que tienen todas las arterias de desarrollar enfermedad aterosclerótica. Todas las personas tienen algún riesgo de tener un accidente cerebrovascular o enfermedad coronaria. Las más propensas serán aquellas que tengan mayor número de factores de riesgo. Llamamos factor de riesgo a aquellas enfermedades, situaciones o hábitos que incrementan la posibilidad de presentar una enfermedad determinada; por ejemplo, el cigarrillo aumenta el riesgo de tener cáncer de pulmón. Algunos factores de riesgo son inevitables o inmodificables, como la edad y los antecedentes familiares de enfermedad vascular; otros son modificables y, finalmente, existe un grupo de factores de riesgo que son evitables o erradicables. (Cuadro 1) Tabla 1. Factores de riesgo vascular Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 12 La probabilidad de tener un accidente cerebrovascular aumenta con la cantidad de factores de riesgo presentes en un individuo y la gravedad o falta de control de ellos, por lo que la población puede ser clasificada en varios grupos, desde “bajo riesgo” hasta “muy alto riesgo”. Por ejemplo, un hombre de 50 años sedentario y con ligero sobrepeso tiene un riesgo mucho menor que un hombre de la misma edad que fuma, tiene la presión arterial alta y es diabético. Dado que muchos de estos factores de riesgo no producen síntomas durante años, las personas pueden tener una falsa percepción de salud y bajo riesgo. Esto hace necesario realizar exámenes periódicos de salud para que el médico detecte y controle los factores de riesgo vascular, con el objetivo de disminuir la probabilidad de tener un accidente cerebrovascular. Factores de riesgo inmodificables • Edad El riesgo de tener un accidente cerebrovascular aumenta con la edad, y este riesgo se duplica cada 10 años a partir de los 55 años. Es por ello que a medida que envejecemos, y aumenta inevitablemente el riesgo, cobra mayor importancia el buen control de los factores de riesgo modificables y erradicables. • Antecedentes familiares El riesgo de tener cualquier enfermedad vascular (cerebral o cardíaca) aumenta en las personas cuyos familiares directos han tenido enfermedad coronaria a edades muy precoces, antes de los 45 años en el padre o los 55 años en la madre. Asimismo, el antecedente de accidente cerebrovascular en el padre o la madre a cualquier edad aumenta las probabilidades en los descendientes. También es importante la historia familiar de hipertensión, diabetes y colesterol alto, ya que aumentan las posibilidades de que la persona las padezca. • Sexo masculino Los hombres tienen mayor riesgo de tener un accidente cerebrovascular, lo que no significa que las mujeres estén “protegidas”, ya que 10 años después de la menopausia su riesgo comienza a ser similar al de los varones. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 13 Factores de riesgo modificables • Hipertensión arterial La elevación de la presión arterial aumenta el riesgo de cualquier enfermedad vascular, pero especialmente de las arterias del cerebro. De acuerdo a los valores sugeridos por las guías internacionales de prevención y tratamiento de esta enfermedad como el “JNC -7 (Séptimo Informe del “Joint Nacional Committee sobre Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial”)1 - , se considera objetivo de control adecuado de la hipertensión a valores sostenidos < 140 mmHg de presión arterial sistólica o máxima (PAS) y/o < 90 mmHg de presión arterial diastólica o mínima (PAD). En poblaciones especiales de mayor riesgo como los diabéticos o los pacientes con insuficiencia renal, la presión arterial deseable es aun mas baja (120 mmHg para la PAS y 80 mmHg para la PAD). Mitos - ¿Es normal que la presión aumente con la edad? No, aunque la presión aumenta a medida que envejecemos, cuando alcanza los valores de hipertensión arterial debe ser tratada, ya que estos valores no son “normales” sino que denotan el inicio de una enfermedad. - ¿Existe la presión nerviosa? No, lo que existe es la variación de la presión influida por estados de estrés, ansiedad, tensión psíquica, etc. En realidad es una respuesta normal del organismo que puede ser más notoria en las personas hipertensas. En caso de que esta situación se repita con frecuencia, se debe consultar al médico. - ¿La presión alta provoca dolor de cabeza (cefalea)? En muy contadas ocasiones la presión arterial elevada es la causa de la cefalea y, en general, no es el único síntoma (por ejemplo: cefalea y dificultad para hablar, cefalea y visión doble, cefalea y confusión). En la mayoría de los casos es el dolor, de cualquier causa o localización, lo que provoca al aumento de la presión arterial, fenómeno denominado “aumento reactivo de la presión arterial o alerta”. -¿La presión alta provoca sangrado de la nariz? No, al igual que en la presencia de un dolor o malestar físico, cuando se registra presión elevada durante el sangrado estamos en presencia de un fenómeno o reacción de “alerta” provocado por el temor y la ansiedad de la situación. -¿Se debe dejar la medicación cuando se alcanzan los valores normales? No, la hipertensión arterial no se cura con el tratamiento, se controla. Por lo tanto, si se abandona el tratamiento la presión aumentará nuevamente. -¿Se debe tomar una dosis extra de medicación si se realiza una medición domiciliaria y la presión está aumentada? No se deben modificar las dosis indicadas por el médico, lo correcto es ser evaluado por un médico y él tomará la conducta adecuada para cada caso. 1.- http://www.femeba.org.ar/fundacion/quienessomos/Novedades/7jointhtacastellano.pdf Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 14 • Alteraciones de las grasas (lípidos) A diferencia de la presión arterial, en el caso de los lípidos las cifras “normales” o “ideales” son diferentes en cada individuo (sano o enfermo, joven o viejo, hombre o mujer, etc.), por lo que el mé- dico será quien evalúe el riesgo individual de cada paciente y recomiende los valores de colesterol óptimos para cada caso. Existen muchas formas de calcular el riesgo de tener una complicación coronaria o cerebrovascular; entre las más aceptadas se encuentra la clasificación del Programa Nacional de Evaluación del Colesterol – Panel de Tratamiento para el Adulto III (NCEP-ATP III, por sus siglas en inglés), que tiene en cuenta el número de factores de riesgo presentes en el individuo, su edad y el antecedente de haber tenido una complicación cerebro o cardiovascular (tabla 2). Tabla 2. Cálculo del riesgo cardiovascular NCEP-ATP III Categoría de riesgo Alto Riesgo previsible de complicación en 10 años > 20% Personas incluídas en esta categoría Antecedentes de enfermedad vascular o diábetes Moderadamente Alto 10 - 20 % Dos o más factores de riesgo Moderado < 10 % Dos o más factores de riesgo Bajo < 10 % 0 - 1 Factor de riesgo Calculadora electrónica del riesgo disponible en red: www.nhlbi.nih.gov/guidelines/cholesterol A partir de la estimación del riesgo de que suceda alguna complicación en los próximos diez años (riesgo previsible de complicación) se determina cual es el valor ideal de colesterol total, LDL, HDL y triglicéridos. Se recomienda empezar a controlar el colesterol a partir de los 35 años en los hombres y los 45 años en las mujeres. El médico puede decidir realizarlo en pacientes más jóvenes cuando tengan alguna situación que aumente su riesgo vascular: diabetes, hipertensión arterial, antecedentes familiares de infarto, etc. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 15 La frecuencia con que se realizan los controles también depende del riesgo del paciente, pero en personas con valores normales y bajo riesgo global, un control cada 5 años sería suficiente. • Diabetes El diagnóstico de diabetes se realiza cuando el paciente tiene valores de glucosa en sangre con 8 horas de ayuno de 126 miligramos por decilitro (mg/dL) o más, en más de una ocasión. La "pre-diabetes" es una afección en la que los niveles de glucosa en sangre son más altos de lo normal, pero todavía no alcanzan la diabetes. Las personas con pre-diabetes tienen mayor riesgo de transformarse en diabéticos y de tener enfermedad cardiaca y ataque cerebral. Hay dos situaciones clínicas que se pueden presentar en los pacientes con pre-diabetes: • glucemia aumentada en ayunas: glucosa en sangre de 100 a 125 mg/dL. • intolerancia a la glucosa: glucosa en ayunas menor de 126 mg/dL, pero que a las dos horas de ingerir 75 g de glucosa anhidra (prueba de tolerancia oral a la glucosa o curva de glucosa) tienen una glucemia entre 140 y 199 mg/dL. Si este valor es mayor a 200 mg/dL en al menos dos pruebas el individuo debe ser considerado diabético. Los antecedentes familiares de diabetes pueden aumentar significativamente el riesgo de aparición de la enfermedad. Las complicaciones médicas más frecuentes de la diabetes no tratada o tratada inadecuadamente son la ceguera, la insuficiencia renal, la lesión de los nervios o neuropatía diabética (que provoca trastornos en la percepción de la temperatura, el tacto, etc.), lesiones en los pies que pueden terminar en la amputación de extremidades y enfermedad vascular. ¿Qué relación existe entre la resistencia a la insulina, la diabetes y la enfermedad vascular? La pre-diabetes y la diabetes son tratables pero, aunque los niveles de glucosa en sangre estén bajo control, igualmente aumentan de forma considerable el riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular. Cuando coexisten con otros factores de riesgo vascular (hipertensión arterial, tabaquismo, obesidad, colesterol aumentado, etc.) esta probabilidad aumenta aún más. La resistencia a la insulina se asocia a la aparición de aterosclerosis y a la enfermedad de los vasos sanguíneos, incluso antes del diagnóstico de diabetes; por eso es importante prevenir y controlar la resistencia a la insulina y la diabetes. La obesidad y la falta de actividad física son factores de riesgo importantes para tener resistencia a la insulina, diabetes y enfermedad vascular. Las personas que tienen diabetes pueden evitar o retrasar la enfermedad vascular si controlan adecuadamente los demás factores de riesgo, especialmente el sobrepeso, el aumento de los lí- pidos y el aumento de la presión arterial. Es importante realizar actividad física aeróbica regular y no fumar. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 16 • Alteraciones del ritmo cardíaco (arritmias) En la evaluación de los latidos del corazón se tienen en cuenta dos aspectos muy importantes: el ritmo cardíaco, que puede ser regular o irregular, y la frecuencia cardíaca o número de pulsaciones por minuto, que puede ser normal (60 a 100 latidos por minuto), aumentada (taquicardia) o disminuida (bradicardia). Las alteraciones del ritmo cardíaco (arritmias) se pueden presentar en diferentes combinaciones de frecuencia y ritmo, pero la arritmia que más aumenta el riesgo de un accidente cerebrovascular es la fibrilación auricular, arritmia originada por alteraciones en la aurícula izquierda y que provoca irregularidad del pulso. La fibrilación auricular provoca alteraciones en el flujo de la sangre en las aurículas, que aumentan el riesgo de formación de trombos intracavitarios (coágulos) que pueden migran hacia el cerebro y obstruir el flujo de sangre. El riesgo de accidente cerebrovascular en un paciente con fibrilación auricular no depende de que la frecuencia (número de pulsaciones) sea normal o alta, sino de la arritmia en si misma. Factores de riesgo erradicables • Tabaquismo Los problemas que provoca el hábito de fumar son muy variados, desde alteraciones graves de la salud, hasta problemas sociales (tabaquismo pasivo, etc.) y ambientales. Las enfermedades más graves relacionadas con el tabaquismo son algunos tipos de cáncer, la enfermedad pulmonar crónica (bronquitis crónica y enfisema) y la enfermedad en las arterias de cualquier sitio del organismo. El tabaco es una de las causas más importantes de la disminución de la esperanza de vida, y se relaciona con la cantidad de cigarrillos fumados por día y la edad (tabla 3). Tabla 3. Reducción de la esperanza de vida (en años) en fumadores Edad (en años) Consumo de cigarrillos por día 30 40 50 60 30 40 50 60 30 40 50 60 30 40 50 60 30 40 50 60 < 10 10 a 20 20 a 40 > 40 Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 17 El tabaco es uno de los principales factores de riesgo erradicables para la cardiopatía isqué- mica, la enfermedad de las arterias de las piernas y el accidente cerebrovascular, tanto en hombres como en mujeres. No hay evidencias de que el consumo de cigarrillos bajos en nicotina reduzca el riesgo, de hecho los calificativos “bajos en nicotina”, “light”, “ultralight”, etc., no indican una reducción del riesgo para la salud de quienes los consumen. Dejar de fumar es esencial, el objetivo es la abstención total y definitiva. No es fácil, pero tampoco tan difícil. Es importante saber que el síndrome de abstinencia física dura solo unas semanas, y existen formas de contrarrestarlo (parches o chicles de nicotina y algunos fármacos antidepresivos aprobados para este uso). El aumento de peso que se puede observar en el proceso de abandono del tabaco nunca llega a agregar tanto riesgo vascular como el que implica seguir fumando, y se puede evitar con dieta adecuada y ejercicio físico. • Obesidad El sobrepeso aumenta el riesgo de tener enfermedad de las arterias coronarias, diabetes, colesterol alto, hipertensión arterial, etc. Asimismo, en las personas que tienen estas enfermedades el sobrepeso agrava el daño que ellas provocan. En lo que se refiere a riesgos de salud relacionados con el peso, existen tres variables que se deben considerar: - el peso - el índice de masa corporal (IMC) - el perímetro de la cintura. El IMC es una relación entre el peso y la estatura (peso/altura2). Un IMC entre 25 y 30 se define como sobrepeso, y un IMC de 30 o más se considera obesidad. Mientras más alto sea el IMC, mayor será el riesgo de desarrollar las enfermedades mencionadas previamente. La grasa corporal que se acumula en el abdomen (obesidad abdominal) constituye un riesgo de salud mayor que la grasa que se acumula en otras áreas. Por esta razón, la medida de la cintura proporciona información valiosa con respecto al riesgo vascular. Se consideran valores normales hasta 102 cm en los hombres y 88 cm en las mujeres. El síndrome metabólico es la combinación, observada con muchísima frecuencia, de varios factores de riesgo vascular (tabla 4). Es importante saber que esta combinación potencia la capacidad de dañar de cada uno de sus componentes por separado y que, independientemente de los tratamientos farmacológicos establecidos, la reducción del peso y el ejercicio frecuentes son los pilares del tratamiento del síndrome metabólico. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 18 Tabla 4. Componentes del síndrome metabólico 1- Obesidad abdominal 2- Hipertensión arterial 3- Aumento de triglicéridos (más de 150 mg/dL) 4- Disminución de colesterol HDL (menos de 40 mg/dL para los hombres y 50 mg/dL para las mujeres 5- Resistencia a la insulina (pre-diabetes o diabetes) • Sedentarismo Hacer ejercicio todos los días (o al menos tres veces por semana) proporciona no sólo sensación de bienestar general, sino que además desciende las cifras de colesterol y de glucosa en sangre, disminuye la presión arterial y ayuda a mantener un peso adecuado. Se aconseja realizar ejercicio a todas las personas. Su intensidad deberá ser proporcionada al estado de salud, por lo que es importante consultar al médico antes de comenzar a realizarlo. Se recomienda realizar ejercicio aeróbico (caminata, bicicleta, trote, baile, natación) al menos 150 minutos por semana. La frecuencia cardíaca máxima deseable a alcanzar durante el ejercicio debe oscilar alrededor del 70% de la máxima teórica, que se calcula mediante la cuenta: Frecuencia cardíaca máxima teórica = 220 - edad Por ejemplo, para un individuo de 65 años, la frecuencia adecuada durante el ejercicio sería: Frecuencia cardíaca máxima teórica: 220 – 65 = 155 latidos por minuto Frecuencia cardíaca máxima deseable: 70% de 155= 108 latidos por minuto Algunos consejos para disminuir el sedentarismo en la vida diaria: - Ir a pie en lugar de movilizarse en auto o transportes públicos. - Estacionar el auto o bajarse del transporte público a cierta distancia del lugar donde se pretende ir y terminar el trayecto caminando. - Subir y bajar por las escaleras en lugar de usar el ascensor. - Usar bicicleta en las ciudades o lugares donde sea posible - Realizar labores de jardinería, compras, trámites, etc. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 19 3. Tratamiento agudo del accidente cerebrovascular isquémico Varios síntomas deben alertar sobre la posibilidad de un accidente cerebrovascular, para solicitar ayuda en forma inmediata. ¿Qué síntomas no se deben pasar por alto? • Entumecimiento repentino o debilidad en la cara, en un brazo o en una pierna, especialmente si se presentan todos del mismo lado del cuerpo. • Dificultad para hablar o para comprender. • Problemas repentinos para ver con uno o con ambos ojos. Visión doble. • Mareo repentino, pérdida del equilibrio o de la coordinación o dificultad para caminar. • Dolor de cabeza muy intenso y repentino sin causa conocida Lo importante!!!! Nunca ignore los síntomas de un accidente cerebrovascular. Llame al Servicio de Urgencia si tiene cualquiera de los síntomas mencionados previamente, aunque no duren mucho tiempo y se recupere. Algunas veces los síntomas de un accidente cerebrovascular sólo duran unos cuantos minutos y luego desaparecen (ataque isquémico transitorio o AIT). Esto debe ser considerado como un accidente cerebrovascular pequeño, por lo que es esencial estudiar la causa para prevenir un nuevo evento, que podría tener mayor magnitud y dejar una secuela definitiva. Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 20 Para pensar!!!!! El estudiar los síntomas transitorios muchas veces previene problemas mayores El médico realizará el diagnóstico basándose en los síntomas, el historial médico y los exámenes auxiliares, como una tomografía o una resonancia para ver el cerebro. Las personas que han tenido un accidente cerebrovascular isquémico pueden ser tratadas con un medicamento llamada rt-PA o activador tisular del plasminógeno, que desintegra los coágulos sanguíneos y puede reducir el daño. Es esencial realizar este tratamiento en las primeras 4,5 horas de producido el infarto cerebral, para reducir la incapacidad y mortalidad de esta patología. Llegar al hospital lo más pronto posible dará tiempo para que se haga una tomografía computarizada del cerebro, que es necesaria para saber si la destrucción de los coágulos (fibrinólisis) es la opción correcta como tratamiento. No todos los pacientes pueden recibir este tratamiento, en muchos casos el rt-PA no se puede usar porque el riesgo de un hematoma (sangre en el cerebro) luego de administrarla es muy alto. Entre las situaciones que limitan el uso de un medicamento para destruir coágulos se mencionan: • La presencia de sangre en el cerebro • Lesiones muy grandes o extensas en la tomografía • Haber transcurrido más de 4,5 horas desde el inicio de los síntomas • Tener alteraciones en la coagulación de la sangre • Traumatismos en la cabeza recientes • Operaciones recientes • Que los síntomas mejoren espontáneamente • Pacientes muy graves (en coma) • Pacientes con enfermedades terminales (cáncer) ¡Todas las personas que han tenido un accidente cerebrovascular se benefician si el tratamiento médico es inmediato! Campaña: “Ataque Cerebral, llegue a tiempo” Pág. 21 El accidente cerebrovascular es una emergencia médica y siempre debe ser asistida en forma rápida. El pronóstico del paciente mejora si la atención es inmediata, independientemente de usar o no un tratamiento para disolver el coágulo. El médico en la sala de emergencia, controlará su presión, la oxigenación de la sangre, corregirá problemas metabólicos como la glucosa y el sodio, realizará medidas para disminuir complicaciones clínicas e indicará los estudios necesarios para determinar la causa.
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