Estructura de la comunidad de los hongos micorrízicos arbusculares asociados a vegetación de la duna costera del Sur de Quintana Roo
Enviado por mapaches costeros • 4 de Diciembre de 2016 • Documentos de Investigación • 5.477 Palabras (22 Páginas) • 341 Visitas
Instituto Tecnológico de Chetumal[pic 1]
Maestría en manejo de zona costera
Protocolo
Estructura de la comunidad de los hongos micorrízicos arbusculares asociados a vegetación de la duna costera del Sur de Quintana Roo
Presenta
Biól. Romeo A. Sánchez Zavalegui
Director (a)
M. en C. Caribel Yuridia López
Introducción
Antecedentes
Justificación
Objetivos
Objetivo general
Objetivos particulares
Hipótesis
Área de estudio
Ubicación del área de estudio
Descripción el área de estudio
Clima
Tipo de suelo
Vegetación
Vegetación halófila
Matorral costero
Manglar
Metodología
Trabajo de campo
Diseño de muestreo
Colecta de raíces
Colecta de raíces
Colecta de suelo
Introducción
En Mexico la conservación y preservación de los recursos naturales, juega un papel preponderante dado la gran riqueza biológica con la que cuenta (Rzedowski, 1978). Entre los ecosistemas que presenta el país, la vegetación costera resulta ser muy interesante debido a su desarrollo, en un ecosistema de características peculiares, debido a los diferentes factores abióticos a los que está sujeta, entre los que se pueden destacar el pH del suelo, las mareas, la humedad, la salinidad y la estructura arenosa; debido a los cuales la biota presente en este ecosistema desarrolla características especiales para su supervivencia lo cual deriva en especies únicas adaptadas a ecosistemas costeros.
En estado de Quintana Roo se presenta un solo tipo de duna a lo largo de su franja costera, conocida como duna frontal o planicie de duna frontal (Morreno-Casasola et al., 2012). Los estudios sobre la vegetación costera de Quintana Roo han sido abundantes a la fecha se ha documentado la existencia de 271 especies de plantas vasculares costeras, algo que resulta relevante es que se tiene registro en el estado de especies endémicas para la península de Yucatán como es el caso de (Nopalea inaperta y Neea croriophylla) y especies en sumo peligro de extinción como (Mammillaria gaumeri y Pterocereus gaumeri) (Morreno-Casasola et al., 1998; Duran et al., 2010).
Uno de los organismos que resulta sumamente importante para los ecosistemas vegetales son las micorrizas es el nombre que se le da a la asociación simbiótica entre un hongo y las células de las raíces de las plantas. Los hongos micorrízicos arbusculares le confieren beneficios al ecosistema por una parte mejoran la absorción de nutrientes a las plantas y por otra previenen la erosión del suelo mediante su red micelial además provén una mayor tasa de supervivencia a las plántulas en desarrollo (Pérez, 2011).
Gracias a la gran cantidad de trabajos que se han realizado sobre los beneficios que confieren las micorrizas a las plantas ya sean investigaciones de campo o bioensayos actualmente es irrefutable los beneficios que confiere a las plantas como: aumento del área radicular, mayor soporte al estrés hídrico así como salino y mayor resistencia a agentes patógenos (Zúñiga et al, 2011; Ruíz et al., 2012; Gil et al, 2013)
Además de las ventajas que la simbiosis micorrícica le confiere a las plantas, igualmente los suelos donde están presentes resultan favorecidos, ya que previenen la erosión del suelo, debido a los conglomerados de granos que se originan por la formación de la red micelial del hongo en torno a la raíz de la planta (rizósfera).
Una cuestión ambiental de gran importancia que realizan las micorrizas es la generación de agregados edáficos mediante su red micelial algo que resulta de gran beneficio para el suelo puesto que genera mitigación de la erosión de suelo, lo anterior resulta beneficioso para la vegetación pues facilita su establecimiento y mayor supervivencia de sus plántulas (Lozano-Sánchez, 2015).
Dada la naturaleza de la asociación simbiótica planta-hongo, las micorrizas pueden ser aplicadas en el mejoramiento de la supervivencia y adaptación de plántulas empleadas en programas de reforestación y restauración ambiental, inoculándolas con hongos micorrícicos. Asimismo, las micorrizas pueden ser utilizadas como indicadores directos e indirectos del estado de conservación del suelo y el ecosistema, además de ser organismos aplicables para la determinación del grado de fertilidad del suelo (Socarrás, 2013; Plata et al, 2015).
Se ha documentado además, que la diversidad de hongos micorrícicos arbusculares sufre un impacto severo por efecto de la perturbación y algunos géneros como (Scutellospora y Gigaspora) parecen ser más vulnerables que otras al hacer frente a las actividades humanas (Lovera y Cuenca, 2007) y otros más resistentes como (Glomus mosseae y Glomus proliferum) (Krishnamoorthy et al., 2014).
Factores abióticos como: salinidad, humedad, nutrientes (K, Ca, P, Mg entre otros minerales) y pH; usualmente restringen el establecimiento y desarrollo de la vegetación de tal manera que son parámetros edáficos que limitan la proliferación de HMA, además son factores sumamente cambiantes por la actividad antropogénica (Guo y Gong, 2014).
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