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FIPRONIL


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2019  •  Monografía  •  2.853 Palabras (12 Páginas)  •  171 Visitas

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FIPRONIL

¿QUÉ ES EL FIPRONIL?

El fipronil es un insecticida y acaricida cuya fórmula química es: C12H4C12F6N4O5. Su nombre IUPAC es : 5- amino-1- (2,6-dicloro-4- (trifluorometafenil)feni)-4-((1,r,5)-(trifluorometil)sulfinil)-1-H-pirazol- 3-carbonitrito. Pertenece a los fiproles (o fenilpirazoles). Es además, un sistémico bloqueador del paso de iones cloro a través de los canales clorados, regulados por el GABA (ácido gama aminobutírico), que con una dosis suficiente, es capaz de causar la muerte por hiperexcitación en individuos Apis mellifera (Gentile et al. 2004). Al ser capaz de llegar a los receptores neuronales e inhibir la transmisión de GABA, el cual es un neurotransmisor vital para el funcionamiento normal de los cuerpos pedunculados, y el aprendizaje complejo; además, de causar el mismo efecto con el glutamato, neurotransmisor encargado de la comunicación entre las neuronas, del aprendizaje olfativo y visual de las abejas. Se destaca por poder llegar a ocasionar afecciones relacionadas con daños fisiológicos, patrones en sus ciclos de vida y comportamiento (Sánchez, 2018).

USOS DEL INSECTICIDA FIPRONIL:

Los pesticidas y los metales pesados son factores que han sido muy utilizados en los últimos años, ya que lo primeros han ganado un gran uso debido a que se consideran altamente efectivos en la eliminación de plagas de insectos. Siendo capaces de llegar al sistema nervioso central interrumpiendo la memoria visuoespacial y la navegación (Sánchez, 2018). Según Gentile et al. (2004), el insecticida fipronil es usado para el control de muchos insectos del suelo y foliares, en numerosos cultivos, principalmente maíz. En el tratamiento de semillas, además, de ser formulado como cebo para cucarachas, hormigas y termitas. Su uso ha aumentado a lo largo de los años debido a que su eficacia es muy elevada contra insectos resistentes o tolerantes a insecticidas piretroides, organofosforados y carbamatos.

EXPOSICIÓN DE APIS MELLIFERA AL INSECTICIDA FIPRONIL

Según Greenpeace (2013), muchas flores, ubicaciones de colmenas y en general, el medio ambiente en torno a las abejas (incluido el polvo de las actividades agrícolas) se contaminan a menudo con sustancias químicas, en su mayoría, plaguicidas. Estos insecticidas, herbicidas y fungicidas se aplican a los cultivos, pero llegan a las abejas a través del polen, el néctar, el aire o el agua y el suelo. Tanto solos o en combinación, pueden ser tóxicos para las abejas. A corto plazo lo son de manera grave o en dosis bajas tener efectos crónicos que las debilitan y pueden llegar a matarlas. Sánchez (2018), expone los tipos de contaminación a los que se puede ver sometido un individuos de Apis mellifera al entrar en contacto con el pesticida. Siendo en primer lugar, por ingestión, en el cual se consume y recolecta el néctar y polen contaminado quedando así expuestas no solo a las abejas forrajeras, sino además las trabajadoras, los zánganos e incluso la reina. En segundo lugar, por contacto, en el cual el pesticida penetra el tegumento de las abejas forrajeras durante el vuelo. Se plantea la propiedad de que la mayoría de los pesticidas son solubles en grasas, incluyendo el fipronil, además de poseer una gran capacidad de acumularse en mayor medida en la cera que en la miel. (completar con el libro de nico)

Todos los insecticidas, a dosis altas o bajas, pueden afectar negativamente a los polinizadores, incluso cuando estos no son su objetivo específico. Según Greenpeace (2003), la exposición química tiende a ser continua en estos individuos por varias razones:

1. Hoy en día la agricultura a nivel global utiliza un mayor volumen de plaguicidas que en ningún otro momento de la historia .

2. Los residuos de insecticidas pueden alcanzar muchos lugares alrededor de los cultivos tratados, hábitat de numerosas especies polinizadoras, y quizá persistir en ellos. Por ejemplo, pueden, permanecer en suelos de labor, moverse con el polvo y el aire tras operaciones de siembra o fumigación, alcanzar cursos de agua alrededor de las explotaciones agrícolas, o estar presentes en el polen y el néctar de plantas cultivadas y malas hierbas próximas.

La contaminación de un solo individuo se puede extender hasta todo la colonia llegando a acumlarse este tipo de sustancias en la cera de las colmenas. La cutícula se compone de varios tipos de proteínas, componentes fenólicos y pigmentos. Se divide en epicutícula, exocutícula y endocutícula (Villalobos et al. 2010). Los insectos al ser artrópodos terrestres se encuentran muy bien adaptados al medio terrestre para evitar la pérdida de agua. Para ello, poseen una epicutícula se encuentra impregnada de compuestos céreos que reducen la superficie de evaporación (Ruppert y Barnes, 1996). Al estar la epicutícula rodeada de compuestos céreos y ser el insecticida fipronil soluble en grasas, ésta puede ser la afinidad que permite que el insecticida entre con gran facilidad primero por la cutícula y posteriormente por la epidermis, abriéndose paso por todas las estructuras que los componen. Además de causar diversos daños en ellas. Por otra parte Jean y Mérodi (2007), plantean que en el interior de una colonia, aquellas abejas conocidas como alimentadoras son las que transmiten el agente patógeno de una larva a otra. Pero a su vez estas mismas, están cumpliendo su función con el alimento recolectado por las abejas forrajeras que llegan de nuevo a la colmena. Por ello, la contaminación se hace en primer lugar por ingestión de esporas transmitidas por las alimentadoras a las larvas, pero también, se da por esporas presentes en el alvéolo, que contaminan directamente la cutícula de las larvas. Las obreras son quienes construyen con cera tabiques verticales y paralelos, en los panales que quedan recubiertos por ambas caras por pequeños alojamientos hexagonales, los alveolos o celdillas. Para ello utilizan la cera que secretan de sus glándulas cereras. Según Sánchez (2018), el insecticida fipronil posee además una gran capacidad de acumularse en mayor medida en la cera que en la miel, por lo tanto, este después de pasar por el tegumento debe llegar también a estas estructuras.

3. Algunos insecticidas son sistémicos, es decir, al aplicarlos, no se mantienen en el exterior de la planta, sino que entran en su sistema y se distribuyen por ella. Por ejemplo, algunos insecticidas neonicotinoides, de acción sistémica, se utilizan para recubrir las semillas (semilla en píldoras) y protegerlas al plantarlas. Cuando la semilla en píldoras comienza a germinar y crecer, los neonicotinoides se distribuyen por los tallos y las hojas de la planta, y pueden finalmente alcanzar el agua de gutación (las gotitas

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