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FISIOLOGÍA EN HEMATÍES, FISIOPATOLÓGICAS EN ANEMIA


Enviado por   •  9 de Mayo de 2013  •  Examen  •  8.550 Palabras (35 Páginas)  •  312 Visitas

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FISIOLOGÍA EN HEMATÍES, FISIOPATOLÓGICAS EN ANEMIA

SANGRE

La función principal de la sangre circulante es transportar oxígeno y nutrientes a los tejidos y eliminar el dióxido de carbono y los productos de desecho. Igualmente la sangre también transporta otras sustancias desde su lugar de formación al de actuación, así como leucocitos y plaquetas a los puntos donde son necesarios. Además, ayuda a distribuir el calor, contribuyendo de este modo a la homeostasis, o mantenimiento del ambiente interno corporal.

HEMATÍES

La principal función de los hematíes, también conocido como eritrocitos, es trasportar hemoglobina, que lleva el oxígeno desde los pulmones a los tejidos. Cuando está libre en el plasma de los seres humanos, aproximadamente el 3% se escapa por la membrana capilar a los espacios tisulares o, a través de la membrana glomerular del riñón, al filtrado glomerular cada vez que la sangre pasa a través de los capilares.

Por tanto, para que la hemoglobina permanezca en el torrente sanguíneo debe estar dentro de los hematíes.

Los hematíes que tienen otras funciones, contienen una gran cantidad de anhidrasa carbónica, que cataliza la reacción entre el dióxido de carbono y el agua, aumentando la intensidad de esta reacción reversible varios cientos de veces. La rapidez con que se produce esta reacción hace posible que el H2O de la sangre reaccione con grandes cantidades de dióxido de carbono, y por tanto lo trasporte desde los tejidos a los pulmones en forma de ión bicarbonato (HCO3). Además la hemoglobina en las células es un excelente amortiguador ácido-básico, de forma que los hematíes son responsables de la mayor parte del poder amortiguador de la sangre completa.

Forma y tamaño de los hematíes

Los hematíes normales, son discos bicóncavos con un diámetro medio de

aproximadamente 7.8 micrómetros y un espesor en su punto más ancho de 2.5

micrómetros y en el centro de 1 micrómetro o menos. El volumen medio de los

hematíes es de 90 a 95 micrómetros cúbicos.

Las formas de los hematíes pueden cambiar mucho cuando atraviesan los capilares.

Además, debido a que el hematíe normal tiene un gran exceso de membrana celular para la cantidad de material que tiene dentro, la deformación no estira la membrana demasiado y, en consecuencia, no rompe la célula, como sería el caso de otras células.

Concentración de hematíes en la sangre

Los hematíes tienen la capacidad de concentrar la hemoglobina en el líquido celular hasta unos 34 g/dL de células. La concentración nunca se eleva por encima de este valor porque constituye un límite metabólico del mecanismo de formación de hemoglobina en la célula. Sin embargo, cuando la formación de hemoglobina en la médula ósea es deficiente, el porcentaje de hemoglobina en las células puede reducirse considerablemente por debajo de este valor, y el volumen de las hematíes reducirse también debido a la menor cantidad de hemoglobina que llena la célula .

Cuando el hematocrito (el porcentaje de sangre que está en las células, normalmente un 40 a un 50%) y la cantidad de hemoglobina de cada célula son normales, la sangre completa de los varones contiene una media de 16 gramos de hemoglobina por decilitro y las mujeres una media de 14 g/dL. Cada gramo de hemoglobina pura es capaz de combinarse con aproximadamente 1.39 mililitros de oxígeno.

Producción de hematíes

Áreas del organismo que producen hematíes: En las primeras semanas de vida

embrionaria, los hematíes primitivos y nucleados se producen en el saco vitelino.

Durante el segundo trimestre de gestación, el hígado es el principal órgano de

producción de los hematíes, aunque también se produce un número razonable de ellos en el bazo y en los ganglios linfáticos. Después, durante el último mes de gestación y tras el nacimiento, los hematíes se producen de forma exclusiva en la médula ósea.

Génesis de los hematíes

En la médula ósea hay células llamadas célula madre hematopoyéticas

pluripotenciales, de las cuales derivan todas las células de la sangre circulante. A medida que estas células se reproducen, lo que continúa a lo largo de toda la vida de una persona, una porción de ellas permanece exactamente igual a las células pluripotenciales originales y se retiene en la médula ósea para mantener un aporte de ellas, aunque su número disminuya con la edad. La porción mayor de las células madre pluripotenciales, sin embargo, se diferencia para formar las otras células que se muestran mas adelante. La primera descendencia puede todavía diferenciarse de las células madre pluripotenciales, aunque ya estén comprometidas en una línea celular particular, y se denominan células madre comprometidas.

Las diferentes células madre comprometidas, cuando crecen en cultivos, producirán colonias de tipos específicos de células sanguíneas. Una célula madre comprometida que produzca eritrocitos se llama unidad formadora de colonias de eritrocitos, y se utiliza la abreviación CFU-E para designarlas. De igual forma, las unidades formadoras de colonias que forman granulocitos y monocitos tienen la designación de CFU-GM y así sucesivamente.

La proliferación y reproducción de las diferentes células madre están controladas por múltiples proteínas llamadas inductores de la proliferación. Se ha descrito cuatro inductores principales, cada uno con características diferentes. Uno de ellos, la interleucina-3, promueve la proliferación y reproducción de casi todos los tipos diferentes de célula madre, mientras que los otros inducen proliferación de tipos específicos de células madre comprometidas.

Los inductores de la proliferación promueven ésta, pero no la diferenciación de las células. Esta es la función de otro grupo de proteínas, llamadas inductores de la diferenciación. Cada una de ellas hace que un tipo de célula madre se diferencie uno o más pasos hacia el tipo final de la célula sanguínea adulta.

La formación de los inductores de la proliferación y diferenciación está controlada por factores externos a la médula ósea.

Estadios de diferenciación de los hematíes

La primera célula que puede identificarse como perteneciente a la serie de hematíes es el proerotroblasto. Bajo una estimulación apropiada, se forma un gran número de estas células a partir de las células madre CFU-E.

Una vez que se ha formado el proeritroblasto, se divide varias veces más, formando finalmente muchas hematíes maduras. Las células de la primera generación se llaman eritroblastos basófilos porque se tiñen con pigmentos básicos; en este punto , la célula ha acumulado muy poca hemoglobina. Las células se llenan de hemoglobina

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