Fabrica de transcripción a traves del universo

La percepción y visualización de cómo funcionan los procesos biológicos de todos los individuos a nivel celular, nuclear e incluso pero no menos importante del ADN ha ido cambiando radicalmente. Actualmente se ha ido descubriendo con ayuda de experimentos, la realidad de algunos procesos que se llevan en la célula, específicamente hablaremos del núcleo eucariótico y el proceso de las fabricas transcripción.

El concepto preconcebido que tenemos del núcleo celular, en el que solo hablamos de un pequeño organelo de la célula en donde se guarda el ADN no podría estar más alejado del concepto al que se ha llegado en los últimos años con los avances en el campo de la biología molecular. Sin embargo, aún con todo ello, nuestra visión del mismo es un asunto completamente distinto, es decir, sabemos sobre el núcleo, pero no lo podemos visualizar y, por lo tanto, no podemos comprender como funciona.

Y entonces ¿Qué percepción se tenía del núcleo y cual se tiene actualmente? Se pensaba que el núcleo era un recipiente donde todas las enzimas, proteínas estructurales e histonas, interactuaban libremente con un ADN el cual permanecía inmóvil. Pero esta percepción ha cambiado durante estos últimos años, como “un sistema de estado sólido altamente organizado, rígido y flexible al mismo tiempo, con enzimas que participan en fábricas complejas que procesan y desplazan ADN”1.

Ahora imaginamos por un momento a la célula como un universo formado por materia y energía y gobernada por leyes físicas en el que cada organelo es una galaxia y enfoquémonos en el núcleo, en el que los elementos que lo conforman, no se encuentran solo tirados en el vacío, sino que forman parte de un sistema organizado en el que sus interacciones no son específicas, pero tampoco son al azar. Si el núcleo es una galaxia, entonces las estrellas serían la cromatina que darán paso a moléculas de mayor tamaño, es decir a nuevos planetas.

Ahora bien, hablemos de las fábricas de transcripción las cuales representan microambientes dentro del núcleo, anclados a una matriz nuclear, este microambiente tiene las “condiciones” necesarias para que una transcripción pueda activarse, es decir; posee conjuntos de proteínas especializadas para este proceso como la son las ARN polimerasas II (Pol II) y más conjuntos de proteínas que favorecen la activación o la eficiencia de la transcripción. Y al igual que el ADN, se tenía una percepción de estas fábricas como conjuntos de proteínas que se movilizaban hacia sus sitios de reconocimiento en el ADN para activar la transcripción. Pero como hemos mencionado estas percepciones tienen que cambiar. Evidencia científica ha revelado que estas proteínas no son del todo móviles, si bien forman un microambiente para favorecer la activación de la transcripción estas mismas proteínas favorecen el movimiento de la cromatina, es decir; el ADN es el que se estaría movilizando hacia las proteínas, un gran porcentaje de estas proteínas son inmóviles y un pequeño porcentaje de estas proteínas pueden difundir hacia otros microambientes nucleares o regiones de cromatina. Entonces la interacción de genes con la fábrica de transcripción no es aleatoria, conlleva a una cierta organización espacial y temporal dentro del núcleo e incluso son relativamente estables, es decir, la transcripción puede ser interrumpida e incluso silenciada pero las estructuras pre-ensambladas de proteínas permanecen igual.

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