Faces De Las Penas
Enviado por olbaid00 • 9 de Octubre de 2013 • 6.997 Palabras (28 Páginas) • 368 Visitas
FASES HISTORICAS DE LA PENA Christian Ramirez Fuentes Prof. Mario Minor Martinez Reporte 2 Grupo B 13
Emiro Sandoval Huerta
Abogado en derecho penal y Crítico del derecho colombiano. Fue profesor de la universidad externado de Colombia dictando cursos sobre especialización en ciencias penales, criminológicas y criminalística. Entre 1983 y 1984 fue becado por la fundación Alexander Von Humboldt de Alemania para hacer una investigación sobre ¨ el sistema punitivo en la república federal de Alemania y en la república de Colombia¨. Su mayor cargo en el país lo obtuvo al ser magistrado auxiliar. Murió el 6 de noviembre de 1985 en la toma del palacio de justicia a causa del grupo guerrillero M 19.
Sandoval Huerta nos menciona que existen cuatro faces históricas de la pena, las cuales son:
Fase Vindicativa: Históricamente se ubica en los llamados pueblos primitivos, iban orientadas a penas corporales, y el objeto principal de la sanción penal era la Venganza. El titular de la sanción penal o (Facultad de castigar) era el mismo ofendido o el grupo del ofendido. Fue aplicada de acuerdo a los postulados de la ley del talión y, posteriormente, en conjunto con las disposiciones que señalabala compositio.
Esta forma de justicia, compuesta por la ley del talión y la compositio, fue especialmente consagrada en el código de Hammurabi, que, segúnlos expertos, fue probablemente concebido entre los años 1792 A.C. y 1748 A.C.; así como también consagrada en la ley de las XII tablas, formadas durante el siglo IV A.C.; y en la partidas de Alfonso El Sabio, en las que al concebirse expresamente a la cárcel como un lugar para la custodia pacífica y no tormentosa ni martirizante de los prisioneros, nos enseña la finalidad vindicativa, compuesta por ese castigo que se aplicaba con posterioridad a ese encierro preventivo.
En cuanto a la ley del talión, debemos decir que consistía en la venganza por excelencia, pues el castigo a imponer al autor del daño consistí en la misma conducta nociva que él había realizado. Por lo que, en consecuencia, podemos afirmar que, bajo el imperio de esta forma de sancionar, operaba una completa deducción desde la conducta dañina hasta la materialidad del castigo a imponer.
En relación con la compositio )compensar con cosas el dano causado con el delito, prestacion que se hacia a la victima o a sus familiares por el ofensor o sus parientes), surgió con posterioridad a la ley del talión, podemos decir que constituyó un gran avance para la filosofía sancionatoria de la época. Esto, porque representó el reconocimiento de la superioridad de los intereses de la víctima de la conducta dañina por sobre los intereses del clan o de la tribu o de la organización social de imponer el castigo correspondiente a esa conducta. Así, bajo esta figura de la compositio, comienzan a operar otras como la de la posibilidad de la víctima de renunciar a su derecho de tomar venganza mediante una indemnización que debía sufragar el agresor.
Lo anterior, en ningún momento quiere decir que, como lo afirma Sandoval Huerta, no se hayan presentado estos rasgos vindicativos en otras etapas de la historia, e, incluso en la actualidad. En efecto, este mismo autor sostiene:”Y aún en nuestros días, la finalidad vindicativa aflora hasta ahora en los textos legales; nos referimos a aquellos delitos que para ser investigados y procesado su autor, exigen querella o solicitud de la parte ofendida, como quiera que una de las varias razones que explican el mantenimiento de esas conductas en las legislaciones penales es el reconocimiento, tácito pero inequívoco, de que frente a ellas sólo quien ha sufrido un perjuicio puede tener algún interés en reaccionar”.
Fase Expiacionista o Retribucionista: Expiacionista por el carácter divino. Se ubica históricamente, en el medio ero o edad media, llamada también fase de la venganza divina. El objetivo principal de la sanción penal va a ser la explotación oficial del trabajo del recluso.
En efecto, hacia el siglo XIV, cuando todavía se contaba con grandes niveles poblacionales que permitían el exitoso desempeño de las actividades productivas y degenerativas como la guerra, la política punitiva continuaba siendo principalmente la de la vindicta. Sin embargo, ya en las proximidades del siglo XVI, cuando la situación poblacional cambió radicalmente como consecuencia de las enfermedades y de las guerras que diezmaron la población, varió igualmente el pensamiento sancionador, que, como un sirviente de las clases poderosas, se orientó a la corrección de estos fenómenos poblacionales y a la disminución de sus nefastas consecuencias.
Los juegos militares de la realeza, aquellos que a través de los ejércitos y de sus enfrentamientos bélicos costaron un sinnúmero de vidas, comenzaron, por la gracia de la excesiva disminución poblacional, a sentir la ausencia de hombres y de mercenarios de bajo costo. Situación ésta, que por no ser ajena a las actividades productivas, ocasionó una guerra comercial en la demanda del elemento humano, que, por obvias consecuencias, como la tranquilidad y la seguridad, se resolvió a favor de la producción y del comercio.
La deserción de los ejércitos para la búsqueda de un trabajo en las actividades comerciales fue uno de los más característicos elementos de la época, por lo que los monarcas, tan necesitados de imponerse a sus vecinos mediante la conquista de nuevos territorios, se vieron obligados a aumentar la rentabilidad de la milicia mediante el pago de mejores y más oportunas retribuciones. Sin embargo, estas retribuciones, por el alto costo que implicarían para los recursos económicos de la realeza, no podían ser tan grandes como para evitar que el capital humano se concentrara en actividades más tranquilas y seguras como el comercio y la producción.
Otro factor que contribuyó a ensombrecer el panorama poblacional de la época pero que a la vez alentó con mayor fuerza los cambios punitivos que se desarrollaron para la corrección de este problema, fue el descubrimiento de América, que, habiendo ocasionado una demanda adicional del capital humano, tan requerido para la conquista, colonización y explotación de los nuevos territorios, aceleró la adopción de nuevas formas punitivas.
Contrariando las expectativas de quienes demandaban los elementos humanos, la sociedad de la época no era permeable a los cambios, que era de lo que se necesitaba para la solución de los problemas poblacionales. Sin embargo, esta misma sociedad sí era manejable a través de sus concepciones religiosas, por lo que, sin dudarse un solo momento, se entablaron alianzas entre las nuevas concepciones espirituales y las tradicionales formas de gobierno.
De estas alianzas, por ejemplo,
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