Falsas Energías, Pseudociencia y Medios de Comunicación Masiva
Enviado por marialley • 7 de Febrero de 2022 • Ensayo • 4.113 Palabras (17 Páginas) • 93 Visitas
Falsas Energías, Pseudociencia y Medios de Comunicación Masiva
Arnaldo González Arias, Dpto. Física Aplicada, Universidad de La Habana
SUMARIO
Cuando los medios de difusión masiva se hacen eco de noticias presuntamente científicas, pero
que en realidad son ajenas a la ciencia, aportan un sabor de veracidad a afirmaciones totalmente
falsas, tendiendo más a confundir que a ilustrar al lector o televidente, entre los cuales obviamente
también se incluyen estudiantes y profesores. En nuestro país la mayoría de estos supuestamente “nuevos” resultados científicos se relacionan, de una forma u otra, con la aplicación del concepto
de energía en el campo de la medicina, y se nutren esencialmente de la ingenuidad y la ignorancia.
De ahí la necesidad de divulgar la realidad sobre este concepto, tanto en las aulas como fuera de
ellas.
Por estas razones, en lo que sigue se ha pretendido:
1) Analizar, en forma muy resumida, el significado del concepto “energía”.
2) Resaltar las falacias inherentes a expresiones tales como energía vital, energía piramidal y bioenergía.
3) Resumir las diferencias más significativas entre la ciencia y la pseudociencia, utilizando un
lenguaje lo más sencillo y popular posible para facilitar la comprensión del no especialista.
Examinando en conjunto las cinco características siguientes: escepticismo, mecanismos, referencias, magnitudes y reproducibilidad, es posible llegar a discernir con suficiente claridad cuando estamos en presencia de un resultado científico y cuando se nos intenta confundir con una terminología pseudocientífica.
Estas realidades deben ser divulgadas al máximo entre los estudiantes y profesores de la enseñanza media y universitaria, con el fin de contrarrestar la influencia nociva de los medios masivos
de comunicación cuando se hacen eco de estas falsas terminologías.
Introducción
Resulta un tanto preocupante la difusión que
en los últimos tiempos ha alcanzado la divulgación de la pseudociencia
I
en los medios de
comunicación, sin que nuestro país sea la excepción. Los que en las aulas universitarias
nos esforzamos en transferir a los alumnos el
conocimiento acerca de los métodos de la
ciencia y el significado de las leyes de la naturaleza, muchas veces chocamos con la influencia negativa de los medios de difusión
masiva. Cuando estos medios propalan noticias presuntamente científicas, pero que en
realidad nada tienen nada que ver con la ciencia, aportan un sabor de veracidad a afirmaciones totalmente falsas, y tienden más a confundir que a ilustrar al lector o televidente, entre los cuales obviamente también se encuentran estudiantes y profesores. Y la impresión
general que se recibe en estos casos es que
tiene mayor primacía el informe puntual de un
resultado aparentemente espectacular que el
brindar al público una información verídica y
objetiva desde el punto de vista científico.
I
pseudo: falso; pseudociencia equivale a “falsa
ciencia”
En nuestro país la mayoría de estos supuestos resultados científicos se relacionan con las
denominadas “terapias alternativas” en el
campo de la medicina. Así, hemos sido testigos de reportajes – que usualmente se repiten
una y otra vez - donde se afirma que un cierto
medicamento debe ser preparado con una “actitud energética” positiva o favorable por parte
de la persona que hace la preparación. Y
también de algún que otro escrito donde se
describe la transmisión hacia el paciente de
cierta “energía” benéfica, de dudoso origen,
con el auxilio de algún aditamento, que puede
ser un imán permanente o una pirámide hecha
de cualquier material
1
. Reportajes como éstos
son antieducativos, pues inducen a confusión
sobre la ciencia y sus métodos, no sólo a estudiantes de nivel universitario o preuniversitario, sino incluso a personas con educación
universitaria, pero que no son especialistas en
el tema específico considerado.
No corresponde a los educadores determinar
si éstas terapias efectivamente funcionan o no.
Pero sí nos corresponde, e incluso es nuestra
obligación, alertar sobre la omisión del empleo
del método científico en estos supuestos resultados, así como el uso incorrecto de la terminología científica, dada la gran cantidad de
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personas con posibilidad de ser afectadas por
la falsa información.
Como en la casi totalidad de los casos aparece involucrado el concepto de energía, parece
indispensable que todo profesor de ciencias
exactas o naturales deba contar con un criterio
actualizado acerca de éste concepto. Además, también es muy importante que todo
educador tenga suficientes criterios acerca de
las características que diferencian la verdadera ciencia de la pseudociencia.
No es suficiente conocer y difundir las características del método científico
I
, porque en el
campo de la pseudociencia también suelen
aparecer resultados experimentales (deformados) y teorías (falsas), donde lo real se mezcla con lo ficticio. Por otra parte, una de las
principales características de la pseudociencia
es que utiliza profusamente la terminología
científica, pero sin que los conceptos utilizados
estén realmente asociados al fenómeno que
se pretende describir.
Por estas razones, en lo que sigue se pretende:
1) Analizar, en forma muy resumida, el significado del concepto de energía.
2) Resaltar las falacias inherentes a expresiones tales como energía vital, energía piramidal
y bioenergía.
3) Resumir las diferencias más significativas
entre la ciencia y la pseudociencia, con la esperanza de que serán de utilidad a profesores
y alumnos para separar la información verdaderamente científica de la que no lo es.
1. El Concepto de Energía
Al igual que otros muchos conceptos y definiciones en la ciencia, el concepto de energía ha
ido evolucionando, ampliándose y perfeccionándose con el transcurso de los años. Si en
los textos de hace 50 años era posible encontrar definiciones tales como: “la energía de un
cuerpo puede ser definida, en sentido amplio,
como su capacidad
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