Fauna colombiana
Enviado por Cristian David Serna Morales • 5 de Agosto de 2021 • Ensayo • 4.213 Palabras (17 Páginas) • 151 Visitas
La fauna silvestre colombiana:
una historia económica y social de un proceso de marginalización Luis Guillermo Baptiste-Ballera Sarah Hernández-Pérez Rocío Polanco-Ochoa María Paula Quiceno-Mesa Introducción Desde épocas precolombinas hasta la actualidad la fauna silvestre ha ocupado una posición fundamental en el desarrollo de los grupos sociales colombianos tanto en términos simbólicos como materiales. La gran riqueza faunística del país ha contribuido a construir un conjunto de variadas tradiciones culturales, en las cuales hay diferentes formas de verla, entenderla, manejarla y aprovecharla como recurso. Sin embargo, en las últimas décadas del siglo XX esta relación, que partía de una interacción cotidiana entre personas y animales silvestres, se ha transformado en un ejercicio de realidad virtual, en el que predomina una fauna idealizada por la sociedad día a día más urbana, con hábitos de consumo cada vez más uniformes y con tradiciones que se han disuelto y empobrecido por los mensajes globalizan tes de los medios de comunicación, entre otros factores. Este ensayo tiene por objeto explorar algunos aspectos de la historia económica y social colombiana para determinar las transformaciones que ha sufrido el uso de la fauna silvestre en la cultura mat erial y simbólica, con el fin de plantear sus efectos e implicaciones potenciales. Por esto, hemos realizado una reconstrucción histórica de algunas de las formas de relación entre grupos humanos y fauna silvestre en Colombia, y los ámbitos y procesos en los que se han desarrollado. Dicha reconstrucción se desarrolla a partir de los resultados de varios proyectos de investigación realizados por el “Instituto de Investigaciones en Recursos Biológicos Alexander von Humboldt” -Instituto Von Humboldt1- en cooperación con el Ministerio del Medio Ambiente, algunas Corporaciones Autónomas Regionales, organizaciones no gubernamentales y numerosas organizaciones de base. 1 En el texto se citará como Instituto Von Humboldt.
2 El texto se inicia con un breve recuento sobre la forma como la población nacional se relacio na con la fauna silvestre; a partir de las fuentes documentales disponibles en esta relación podemos decir que predomina la visión utilitaria. Posteriormente se hace un recuento sobre el uso que se le da a la fauna silvestre a escala regional, complementada con una discusión sobre las fuentes de valoración económica y no económica del recurso, que dan pie a la presentación y discusión del fenómeno del comercio ilegal. Como alternativa se plantea, la posibilidad de reinsertar la fauna en la cultura moderna del país, para lo cual se requiere un desarrollo técnico, revalorar el conocimiento tradicional, y crear el marco institucional que asuma todo este proceso. Cada uno de estos puntos se trata de una manera breve en apartes independientes, con una sección donde se consideran algunos ejemplos de proyectos productivos que, sin embargo, reiteran la imagen de que la fauna silvestre constituye una dimensión progresivamente marginal en la vida de la nación. Se propone como conclusión la idea radical que en Colombia, cuando menos, la fauna silvestre estorba. Por ello se relega, con suerte, a los museos2, en penosas exhibiciones vivas como en zoológicos y circos, a películas o fotografías publicitarias. Además de esto se considera que es de mal gusto consumirla, a menos que sea en casos de extrema pobreza. Aunque no son claros los motivos, es progresivamente inmoral plantear una relación de aprovechamiento y desarrollo basados en la fauna silvestre, como si la biodiversidad no fuera parte del capital natural y cultural más importante con el que contamos como país. Ejemplo de ello es que sea ilegal comerciar con esta, a menos de que pierda su carácter silvestre y se haga domestica. Sin embargo, propuestas tecnológicas como la zoocría están dentro de la legalidad. En la reflexión se hace énfasis en que una eventual desaparición de la fauna silvestre es posible si la sociedad sigue basando su construcción discursiva y práctica en el hecho de considerar a los animales únicamente como recurso económico. Paradójicamente, esta posición se contrapone a la propuesta de un sector particular del ambientalismo que aboga por la conservación de una naturaleza de forma idealizada mediante su sacralización: no se toca, no se come, no se aprovecha. Así, se 2 No se salvan ni los viejos ejemplares de fauna disecados de los museos puesto que no hay recursos económicos para mantener las colecciones históricas, catalogadas como patrimonio nacional, que atestiguan la visión propia de occidente que tenemos sobre nuestra naturaleza.
3 presenta a una fauna cada vez más intangible, más virtual, cuya virtualidad precede a la extinción física, llevada a cabo silenciosa y efectivamente porque los animales idealizados ya no están presentes. La fauna está desapareciendo rápidamente tanto de la cultura material, como de la realidad biogeográfica: queda su reaparición eventual cuando los medios de comunicación la requieran como símbolo o agregado publicitario, cuando se revela al público su valor comercial internacional con un decomiso y eventualmente -aspecto que sólo conocerán unos pocos- con los registros de los bancos de genes. Para los demás la fauna es virtualidad pura. Reconstruir una relación activa con la fauna es la única posibilidad para garantizar su sobrevivencia material. Una relación que se fundamente en las tradiciones históricas alternas a la colonización y el despojo, la investigación científica y tecnológica, que sustituya la visión expropiadora que traslada a la fauna al panteón místico de los movimientos importados del new age, alineados con un modelo de consumismo simplificado y homogéneo a escala planetaria. Fauna silvestre, estrategias de consumo e intercambio de los grupos humanos El consumo e intercambio de especies animales comenzó hace milenios y tiene su origen en las estrategias de subsistencia de los grupos humanos para obtener alimento, combustible, pieles y adornos, entre otros productos. Se cuenta con evidencia arqueológica de actividad de caza de 50.000 años para el viejo mundo y con evidencia de más de 15.000 en Colombia. En los grupos humanos el desarrollo material va unido al conceptual y simbólico, evidencia de esto se encuentra en la pictografía -entre otras formas- que expresa la construcción de un universo simbólico relacionado con la fauna (Castaño, 1999). Gonzalo Correal y Thomas van der Hammen registran datos sobre restos de fauna que permiten concluir que durante el Pleistoceno tardío hace aproximadamente 200.000 años y el Holoceno, 10.000 años, la sabana de Bogotá se encontraba habitada por cazadores recolectores, cuya subsistencia dependía de la cacería de mamíferos medianos y pequeños, y de la recolección de productos vegetales y de gasterópodos. Algunos moluscos tales como los caracoles sirvieron de alimento a muchos grupos indígenas, mientras que otros fueron empleados por sus pigmentos como colorantes. Muchos productos animales siguieron siendo económicamente importantes durante la colonia, como es el caracol de tinte del Pacífico (Ramírez-Perilla, 1996). Según documentación arqueológica inédita, en la región de Araracuara
...