Fenologia

El término fenología deriva de la palabra “phaino” que significa mostrar o aparecer y “logos”, fue propuesto por el botánico belga Carlos Morren en 1853 por lo que se le conoce como el “Padre de la Fenología”. Sin embargo, los primeros trabajos fenológicos se remontan al siglo XVIII, con el botánico sueco Carolius Linnaeus en 1751, quien estableció métodos de observación sobre la producción y caída de hojas, ausencia o presencia de flores y frutos y su comparación con eventos climáticos (Hopp, 1974).

La fenología se define como el estudio de la duración y temporalidad de los eventos o fases (fenofases) del ciclo de vida de los organismos y su relación con los factores bióticos y abióticos (Lieth, 1974; Ewusie, 1980, Carabias-Lillo y Guevara-Seda, 1985; Newstrom et al., 1994), evolutivos y genéticos (Millar-Rushing y Primack, 2008; Rich et al., 2008). Las observaciones fenológicas constituyen uno de los enfoques más útiles para conocer la dinámica estacional de las comunidades vegetales y de las poblaciones que las componen para acercarse al entendimiento de los factores que influyen en los ritmos biológicos (Castillo y Carabias Lillo, 1982; Rich et al., 2008).

Los estudios de fenología muestran los diferentes cambios por los que atraviesan los seres vivos, que se pueden representar a través de la identificación de patrones fenológicos que se caracterizan por la fase y etapa: (1) la fase, se define como cada uno de los estados individuales del ciclo de vida de una especie; por ejemplo: la floración, la fructificación, la dispersión de semillas, etc. y (2) la etapa, que es el intervalo que ocurre entre fases sucesivas (De Cara, 2006).

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