Filosofia del conocimiento. La intencionalidad
Enviado por Martin Flores • 4 de Abril de 2025 • Resumen • 2.362 Palabras (10 Páginas) • 45 Visitas
UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM
ESCUELA DE FILOSOFÍA
FILOSOFÍA DEL CONOCIMIENTO II Profesor: Pbro. Dr. Próspero Alfredo Vargas Alonso
Presenta: Flores Guerrero Martin, SCM. 4° A
Tlalpan, Ciudad de México a 20 de marzo de 2025
Resumen
Naturaleza del conocimiento.
No es fácil comprender que es conocer es algo tan cercano tan primario que difícilmente se puede expresar. Por otro lado, es tan complejo que escapa una comprensión fácil y simple quizás es por eso que es lo primero que se nos ocurra decir es que conocer es conocer.
En primer lugar, hay que decir que conocer es un acto hay que definirlo así si es que el acto es el primer sentido del ser, y la verdad un sentido derivado o segundo. Conocer es un acto especial distinto del acto en perfecto o movimiento.
Las actividades que tienen término ninguna es fin, sino que tiende hacia él por ejemplo del acto adelgazar el fin es la delgadez, pero cuando uno llega a la delgadez el movimiento se detiene en cambio aquello que posee el fin es actividad por ejemplo se ve y a la vez se ha visto se piensa y se ha pensado punto así a esto se llama acto y aquello movimiento.
Aristóteles distingue entre movimientos transitivos y acciones inmanentes el movimiento que es un acto imperfecto se caracteriza por dos cosas: en primer lugar, requiere tiempo y en segundo lugar no posee nunca su fin pues cuando éste se consigue en ese mismo momento el movimiento cesa.
Con el conocimiento ocurre lo contrario en primer lugar no requiere tiempo además siempre posee el fin el cual es intrínseco al propio acto de conocer.
El conocimiento es un acto perfecto Por ejemplo cuando se piensa y se ha pensado se sigue pensando porque este acto no es medio para otra cosa, sino que es el fin en sí mismo. Para conocer no hay que hacer otra cosa previa, no hace falta utilizar medios o realizar operaciones o movimientos transitivos, sino que directamente se conoce.
Se ha dicho en segundo lugar que conocer es poseer no hay actos fallidos no puede decirse por ejemplo que se ha visto pero no se ha visto nada dicho de otro modo no puede haber actos sin objeto ni objeto sin acto.
La intencionalidad.
La posesión es intencional en el acto de conocer este término intencional es clave para comprender bien en qué consiste el conocimiento punto en primer lugar conocer siempre es necesariamente conocer algo, es decir, el conocimiento no se refiere a sí mismo sino a lo conocido punto lo conocido no es nunca directamente el propio acto de conocer ni el objeto porque este no es más que el mismo acto de conocer en cuanto ejercido.
Lo intencional en el conocimiento no es el acto sino el objeto en cuanto que el objeto es lo que se posee se conoce algo aquello a lo que remite el objeto en la tradición aristotélico tomista, se dice de este hecho que la especie inteligible, la idea, es un signo formal, de otra manera es puro significado sin significante.
Llamamos signo a una realidad que remite a otra, conocer un signo es conocer su significado, no detenerse en el significante, pues en ese caso desconoceríamos lo que le constituye en cuanto signo. Se dice que todo signo consta de significante y significado punto el significante es el soporte material del significado, por ejemplo, un cartel, un sonido, pero si la tensión se detuviera en él, si no se moviera uno hacia el significado, dejaría de conocer lo más importante, lo que le hace tener sentido.
En el conocimiento el objeto es puro significado sin significante sin soporte de ningún tipo punto no hace falta significante, en caso de que lo hubiera, habría que conocerlo primero como camino hacia aquello a lo que remite.
No es extraño que el objeto sea un puro signo un remitirse insignificante. Gracias a que conocer es eso, es posible, luego, dar significado a otras cosas, o sea, construir signos punto si el conocimiento constará de significante y significado, el significado debería ser aportado por otra instancia distinta del propio conocimiento, lo que es absurdo.
De esta forma el objeto hace presente lo conocido sin ser el mismo conocido punto para conocer el objeto hace falta, en cambio, prescindir de su intencionalidad y hacerlo a él mismo objeto de conocimiento.
Otra nota de intencionalidad es que entre el acto de conocer y lo conocido no hay nada intermedio, llámesele idea, especie inteligible, representación, etcétera. Lo que se aparece el conocimiento no son las ideas o las imágenes, sino aquello que se conoce.
Conocer no requiere medios o instrumentos, sino que, como se ha visto, logra simultáneamente su fin punto esto es una consecuencia del tipo de acto que Aristóteles llama acto perfecto.
Conocer es algo que siempre ocurre en presente; En realidad conocer es saber algo en presencia, porque el acto mismo se oculta, y lo que aparece es siempre lo conocido punto en la filosofía moderna es frecuente entender el conocimiento como una relación entre sujeto y objeto, pero no es así. Quien conoce no es inmediatamente el sujeto del acto de conocer, sino la facultad es decir el sentido la vista, el oído o la inteligencia. Pensar que la persona sola es un sujeto es un error grave punto no somos una res cogitans, Como decía Descartes, porque la persona no se reduce al acto de pensar, y porque la persona no aparece en dicho acto.
Conocer no es otra cosa que ejerce el acto de conocer. Conocer no es ejercer un acto que gracias a su actividad hace presente cosas o ideas punto no hay acto de conocer más otra cosa, sino que el acto se identifica, el mismo con lo conocido en acto.
Inmaterialidad del conocimiento.
Otra consecuencia de la intencionalidad es la inmaterialidad de todo acto de conocimiento. Conocer es poseer, pero esa posesión no es física punto para ver una cosa no hace falta que sea poseída físicamente por el ojo; Más aún, si lo conocido estuviera físicamente, el ojo no vería nada porque se destruiría.
Cuando vemos una cosa poseemos su color, su tamaño, su figura, pero no su realidad material. Captamos sus cualidades, sus formalidades, sin la materia. Quien conoce algo sabe algo que ignoraba antes y, gracias a ese conocimiento, puede dirigir su conducta, puede actuar de un modo u otro. Santo Tomás dice: los que conocen se diferencian de los que conocen en que los que no conocen solo poseen su propia forma, mientras que los que conocen pueden poseer, además de la suya la forma de otra cosa, pues la especie de lo conocido está en él cognoscente.
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