Formación del Sistema Nervioso desde el punto de vista embriológico
Enviado por Zulennys Córdova Ramos • 24 de Julio de 2021 • Informe • 5.191 Palabras (21 Páginas) • 161 Visitas
República Bolivariana de Venezuela.
Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior.
Universidad de las Ciencias de la Salud "Hugo Chávez Frías".
Cumaná, Estado Sucre.
SISTEMA NERVIOSO
Lcdo. Gabriel Pens Realizado por:
Zulennys Del Valle Córdova Ramos
C.I. 28450094
1er año, Sección “A”
Cumaná, Febrero de 2021
SISTEMA NERVIOSO
Formación del Sistema Nervioso desde el punto de vista embriológico.
Durante el desarrollo embrionario del ser humano en el vientre materno, éste desarrolla gran parte de su anatomía final durante la gestación, y el proceso de formación del sistema nervioso no ocurre de forma repentina, sino que a lo largo de ésta, van apareciendo las diferentes estructuras que irán configurando el sistema nervioso del individuo. Principalmente tras la fecundación (la unión del espermatozoide y el óvulo, dejando el primero su cabeza dentro del segundo) se forma el cigoto, el cual durante las primeras 12 horas después de la concepción sigue siendo una sola célula, luego de 30 horas aproximadamente, se divide de una célula a dos, y al pasar 15 horas más, las dos células se dividen para convertirse en cuatro; al final del día 3, la célula del óvulo fertilizado se ha convertido en una estructura parecida a una mora integrada por 16 células, denominada mórula.
En los primeros momentos del desarrollo se produce un proceso de división celular, donde se llegan a diferenciar un total de tres hojas blastodérmicas. De dentro a fuera éstas son:
- Endodermo: De esta hoja se crearán los órganos internos que poseerá el futuro individuo.
- Mesodermo: De esta hoja se creará el tejido cartilaginoso, óseo y muscular, la dermis de la piel, el aparato circulatorio y excretor del individuo.
- Ectodermo: De esta hoja se crearán la epidermis de la piel y el sistema nervioso, el cual comienza su creación en los primeros inicios de desarrollo de la mórula.
El sistema nervioso comienza su desarrollo embriológico, específicamente en la tercera semana, 19 días de gestación (embrión de aproximadamente 1,5 mm. de longitud). Este proceso llamado neurulación ocurre en la región dorsal del embrión, entre la membrana bucofaríngea y el nodo primitivo.
Tras la diferenciación inicial en tres hojas blastodérmicas de la mórula, se producen una serie de avances que establecerán en el sujeto las distintas partes del sistema nervioso. En un primer momento, el ectodermo sufre una serie de transformaciones hasta que llega a convertirse en una placa oval plana, en la que aparece una hendidura formadora del surco neural y que dará lugar al juntarse los diferentes segmentos de la placa. De estas crestas neurales se desarrollará el sistema nervioso periférico, las cuales quedarán por fuera del tubo neural, luego a partir de éste surgirán grandes estructuras que formarán parte del sistema nervioso del individuo, tales como los ventrículos cerebrales y el canal medular, creando también a la vez el sistema nervioso central a partir de las paredes de dicho tubo.
En el primer mes de gestación de este tubo neural, se originarán tres divisiones que irán desarrollando, cada una de ellas, las diferentes partes de las que se compone el sistema nervioso humano. En la parte más anterior se originará todo lo que contiene el prosencéfalo: hemisferios cerebrales y el diencéfalo, el cual incluye el tálamo e hipotálamo, encargados de regular tanto la actividad de los sentidos como de la glándula hipófisis, al igual que de controlar el funcionamiento del sistema nervioso, también posee los ganglios basales, que desempeñan un papel importante en el control de la postura y el movimiento voluntario. La parte del medio dará lugar al mesencéfalo y el tronco cerebral, el cual es la mayor ruta de comunicación del cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Por último, en el segmento final conocido como rombencéfalo, aparecerán el cerebelo (centro de coordinación de postura y movimientos), puente y bulbo raquídeo, que se encarga de transmitir la información nerviosa sensorial y motora del resto del cuerpo.
Durante los próximos cuatro meses empieza el desarrollo neuronal, ya que ocurrirán una serie de acontecimientos configuradores de la estructura del sistema nervioso para el futuro: En el tubo neural se desarrolla, principalmente en su interior, toda la actividad de proliferación celular del sistema nervioso, de la cual saldrán miles de millones de células que todavía están por diferenciarse, y toda esta proliferación tiene como propósito hacer que éstas vayan a las distintas regiones del sistema nervioso y consoliden allí sus conexiones neuronales. De todo este conjunto de células indiferenciadas, las que migren serán las que acaben convirtiéndose en las neuronas, estableciendo sus conexiones, mientras que el resto de células serán parte del soporte neuronal, afianzando las redes neuronales para que puedan conectarse adecuadamente.
Una vez que los distintos grupos celulares han migrado y se han asentado en un punto específico del tubo neural, comienza un proceso de transformación de esas células indiferenciadas en neuronas de la región del tubo neural en el que estén, conocido como diferenciación. Adicionalmente, durante dicho proceso influyen e inciden en estas células factores tróficos y de crecimiento, los cuales les ayudan a hacer crecer y desarrollar, entre otras partes, las dendritas y los axones, partes primordiales en el desarrollo neuronal, porque permiten a las distintas neuronas sus conexiones entre sí para que puedan establecer las sinapsis adecuadas.
También se da un proceso conocido como mielinización en las neuronas que en un futuro serán parte de la estructura del sistema nervioso del individuo, donde son envueltas por diferentes tipos de células con vainas de mielina. Este hecho es crucial, debido a que la mielina es una sustancia de naturaleza lipídica, la cual permite acelerar la transmisión eléctrica del impulso y, a mayores, la conducción saltatoria (esto es, que la conducción se transmita de forma unidireccional sin posibilidad a que retroceda el impulso nervioso).
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