Frase: La naturaleza del ADN y la ingeniería genética puede ser la clave para todo, pero se tiene que saber ocupar para el progreso de las especies.

Frase: La naturaleza del ADN y la ingeniería genética puede ser la clave para todo, pero se tiene que saber ocupar para el progreso de las especies.

Cuando alguien menciona sobre un cambio importante en las actividades humanas actuales y como han generado un incremento de diferencias y rechazo de las sociedades no puede hacer falta el tema de los organismos modificados genéticamente conocidos como transgénicos ya que interviene en algo que es muy importante para todas las personas que es alimentarse, algo básico desde que nacemos y que desde hace mucho hemos ido cambiando las costumbres y tipos de esta, a pesar de la inmensa propaganda que las grandes empresas generan sobre esto la ciudadanía sigue oponiéndose a ellos cuando se trata de comida por tantos rumores de noticias como clonación o manipulación genética y secuenciación de ADN. Pero… ¿Qué es un transgénico? Es un organismo vivo que ha sido creado artificialmente manipulando sus genes, la técnica de esto es aislar segmentos del ADN de un ser vivo pudiendo ser de un virus, bacteria vegetal, animal o humana para introducirlos en el material hereditario de otro. Por ejemplo, algún alimento cultivable transgénico que lleva genes de bacteria que le permitan producir una sustancia insecticida, y el beneficio ante esto es que permiten superar las barreras entre especies para crear seres vivos que no existían en la naturaleza. Actualmente en el campo comercial se cultiva sobre todo maíz, soya, algodón y en ocasiones trigo, ya que estas plantas tienen dos tipos de modificaciones genéticas: la propiedad insecticida Bt o la tolerancia a los herbicida, las que contienen el gen bacteriano Bt son plantas que pueden producir una toxina insecticida mortal para algunos tipos de insectos y las que son tolerantes a los herbicidas pueden soportar los químicos que se vierten para matar las llamadas “malas hierbas” sin que mueran los cultivos transgénicos pero el resultado es mayor contaminación porque el suelo y las cosechas están sometidos a mayor cantidad de productos químicos. Las razones del rechazo a todo esto son muchas y por ello es importante tener en cuenta el no caer en la simplificación de que es por el miedo a lo nuevo o el rechazo a la tecnología. Una cosa si es clara, los organismos genéticamente modificados no son necesarios de ninguna manera para la humanidad, es una mentira absoluta que se necesiten para acabar con el hambre en el mundo, ya se plantearon estos argumentos en los años 60 con algo llamado “resolución verde” pero como hemos visto, el hambre en el mundo siguió aumentando. Hoy ya se sabe que este problema tiene sus raíces en la desigual distribución de riquezas y recursos que la sociedad posee. El planeta puede alimentar a todos los que sobre el vivimos, pero no puede satisfacer el ansia de apropiación y la sed de poder de algunos. También algo que no le gusta a nadie aceptar es que los científicos están jugando a ser Dios manipulando los virus y bacterias que en dado caso podría tener riesgos inimaginables para la creación de nuevos patógenos y enfermedades y sobre el ambiente ya se han visto las consecuencias por las semillas que se crean y han escapado a otros cultivos, una de las peores catástrofes en este sentido ha sido la contaminación del maíz en su propio centro de origen que fue en México además de la perdida de diversidad agrícola uniformando millones de hectáreas en el mundo con monocultivos y desplazando cultivos tradicionales y áreas silvestres. Ante las amenazas a la salud ya han aparecido en estados unidos productos contaminados con transgénicos no autorizados para el consumo humano y lo más grave es que al consumir esto estamos siendo expuestos a un experimento masivo de consecuencias imprevistas por lo que la sociedad civil ya ha tomado cartas en el asunto con el reclamo de: un mundo libre de transgénicos, junto a esto el poder proteger las semillas y el rechazo absoluto a toda forma de propiedad intelectual sobre la vida, ya que ni nosotros mismos hemos podido definir a ciencia cierta que es la vida y qué sentido tiene realmente.

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