GRAVITACION - ENSAYO

GRAVITACION

Tan cierto es que la luz de las estrellas y de las nebulosas nos llega desde los más lejanos rincones del Universo, que empleamos su velocidad de propagación para establecer las fantasías distancias celestes.

En efecto, el kilómetro, que puede utilizarse todavía dentro del sistema solar, aunque resultan ya números formidables, es significante para las distancias universales; como consecuencia, se ha tomado como unidad para establecer las distancias celestes el año luz, que es el espacio recorrido por la luz en un año, equivale, en números redondos, a 9 billones y medio de kilómetros.

Ahora, piensa que la longitud de la Vía Láctea es de 300,000 años luz, y que el Sol dista 60.000 del centro de la galaxia, en cuyos senos vivimos. ¡Imagina cuales serán las distancias que nos separan de los límites del Universo conocido!

Y bien, ¡cómo se sostienen los millones de estrellas que se mueven en estas extensiones inconcebibles? En los tiempos antiguos creían que el cielo estaba formado por varias bóvedas, de cristal en las que estaban colgadas o adheridas los luceros; pero esta inocente creencia fue abandonada hace siglos y aunque se  ignoraba como podía ocurrir, se sabía que los astros se hallaban suspendidos libremente en el espacio. La gloria de hallar la explicación cupo al inmortal físico y matemático ingles Isaac Newton, en 1685.

 Según esa explicación, los cuerpos celestes se mantienen en equilibrio en virtud de una ley que se llama ley de gravitación, universal, según la cual los cuerpos se atraen en razón directa de sus masas y en razón inversa del cuadrado de sus distancias. Tú ya sabes, por los estudios de Aritmética, que esto significa que cuando más grandes son los astros se atraen con más fuerza, y que esa fuerza disminuye a medida que se alejan; pero no debes olvidar que la proporción por el alejamiento se establece, no con el numero que mide la distancia, sino con su cuadrado.

Como los astros se hallan a distancia tan enormes, la fuerza de atracción queda muy disminuida y no alcanza a precipitar los unos sobre los otros. Además, cada astro solicitado en todas las direcciones y las fuerzas opuestas lo mantienen en equilibrio; pero este equilibrio no es absoluto, sino que los más grandes y cercanos ejercen mayor atracción sobre los menores  y les obligan a girar alrededor de ellos. Sin  embargo, puede acaecer  y sin duda ha acaecido, que un astro caiga sobre otro mayor. Y luego acontece constantemente que fragmentos mayores o menores de materia cósmica caen sobre los astros en virtud de la gravitación.

En nuestra Tierra observamos como los cuerpos abandonados a cualquier altura se precipitan sobre el suelo. Esta fuerza de atracción de la Tierra sobre los cuerpos que existen en su campo de gravitación se llama gravedad; pero es la gravitación misma, que actúa a corta distancia y a base de una enorme desproporción entre las masas. De fuera del campo de la  Tierra también vienen a ella sin cesar fragmentos de materia cósmica a los que llamamos estrellas fugaces, bólidos y aerolitos, o bien con el nombre común de meteoritos. Una vez que estos fragmentos quedan atrapados en el campo de atracción del planeta, caen indefectiblemente al suelo.

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