Gnosis.
Enviado por Kevinoviodefer • 6 de Julio de 2015 • Informe • 497 Palabras (2 Páginas) • 149 Visitas
El nombre de “gnóstico” viene de la palabra griega
“gnosis” que significa conocimiento; gnóstico es por
tanto quien adquiere un conocimiento especial y vive
según él. El término “gnosis” no tiene por tanto
sentido peyorativo. Algunos Santos Padres como
Clemente de Alejandría y San Ireneo hablan de la
gnosis en el sentido del conocimiento de Jesucristo
obtenido por la fe: “la verdadera gnosis -escribe san
Ireneo- es la doctrina de los Apóstoles” (AdvHaer IV
33).
El término “gnóstico” adquirió sentido peyorativo
cuando fue aplicado por los mismos Padres a ciertos
herejes que tuvieron notable relieve entre los siglos II
y IV. El primero en designarlos así fue San Ireneo que
ve su origen en la herejía de Simón el samaritano (Hch
8,9-24), y dice que sus seguidores se propagaron por
Alejandría, Asia Menor y Roma dando lugar a “una
multitud de gnósticos que emergen del suelo como si
de hongos se tratara” (AdvHaer. I.29.1). De ellos,
continua diciendo San Ireneo, derivan los
valentinianos que son a los que él combate
directamente. Explica tal abundancia y diversidad de
sectas diciendo que “la mayoría de sus fautores -en
realidad, todos- quieren ser maestros; se van de la
secta que abrazaron y urden una enseñanza a partir de
otra doctrina, y luego a partir de ésta surge todavía
otra, mas todos insisten en ser originales y en haber
hallado por sí mismos las doctrinas que de hecho se
limitaron a compaginar” (AdvHaer. 1.28.1).
El nombre de
“gnóstico” viene de la
palabra griega “gnosis”
que significa
conocimiento; gnóstico
es por tanto quien
adquiere un
conocimiento especial
y vive según él.
De esas informaciones de Ireneo y de las de otros
Padres que también tuvieron que combatir a aquellos
herejes (especialmente San Hipólito de Roma y San
Epifanio de Salamina), se deduce que fue tal la
cantidad de grupúsculos (simonianos, nicolaítas, ofitas,
naasenos, setianos, peratas, basilidianos,
carpocratianos, valentinianos, marcosianos) y maestros
(Simón, Cerinto, Basílides, Carpócrates, Cerdón,
Valentín, Tolomeo, Teodoto, Heracleón,
Bardesanes…), que cayeron bajo la designación de
“gnósticos”, y que sólo de manera muy genérica se les
puede agrupar bajo un calificativo. De las obras
heréticas “gnósticas” descubiertas en 1945 en Nag
Hammadi (alto Egipto), en torno a unas cuarenta, se
saca una impresión parecida; cada obra contiene su
propia orientación doctrinal herética.
El término “gnóstico”
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