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Guia De Biologia


Enviado por   •  13 de Octubre de 2013  •  1.992 Palabras (8 Páginas)  •  264 Visitas

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constituyen entre el 50 y el 70% del total. Obtienen su nombre de las inclusiones granulares que poseen. De acuerdo a sus propiedades para tomar las tinciones estas células pueden clasificarse como neutrófilas, eosinófilas y basófilas. Los granulocitos juegan un rol importante en la respuesta inflamatoria. Los monocitos son un pequeño grupo de células circulantes que pertenecen al grupo de glóbulos blancos. Los monocitos, en respuesta a los compuestos químicos liberados por las células bacterianas y por las células corporales dañadas, se transforman en macrófagos. Los macrófagos son grandes células fagocíticas que consumen todo tipo de partículas extrañas, y que también juegan un rol importante al presentar antígenos extraños a los linfocitos B y a los linfocitos T colaboradores. Los linfocitos constituyen un gran grupo dentro de los glóbulos blancos (20 a 40% del total), y son los efectores de la respuesta inmunológica. Todos estos grupos de células, como así también los glóbulos rojos sanguíneos, son la progenie de las células que se autoregeneran en la médula de los huesos.

Un linfocito B es un tipo de glóbulo blanco que se diferencia en la médula del hueso, circula en el torrente sanguíneo, y cuando es estimulado por el antígeno apropiado es capaz de transformarse en una célula productora de anticuerpos en el plasma. Un linfocito T es un glóbulo blanco que se diferencia en el timo y participa en la respuesta inmunológica mediada por células. Diferentes tipos de linfocitos T están involucrados en la destrucción citotóxica de las células infectadas, en la activación de los linfocitos B y de las células T citotóxicas, y en la supresión de la actividad de los linfocitos B y T.

Un antígeno es una sustancia, tal como una proteína o un polisacárido extraño, que dispara una respuesta inmunológica, incluyendo la producción de anticuerpos. Un anticuerpo, o inmunoglobulina, es una proteína globular con forma de Y. Es sintetizado por un linfocito B, y es capaz de ligar antígenos de estructura tridimensional con sus propios dos sitios de unión. Una célula receptora T es una molécula superficial de un linfocito T capaz de unir un antígeno de estructura tridimensional con el sitio de unión del receptor, siempre que el antígeno CMH Clase I o II apropiado se encuentre presente.

Una molécula de anticuerpo está formada por cuatro cadenas polipeptídicas (dos copias de una cadena corta y liviana, y dos copias de una cadena larga y pesada). Cada una de las cadenas contiene una región variable y una región constante. Las moléculas de anticuerpo tienen dos sitios de unión para los anticuerpos. Cada uno de los sitios de unión está formado por la región variable de una de las cadenas cortas y por la región variable de una de las cadenas largas. Las regiones constantes permiten diferenciar las 5 clases de anticuerpos.

Un receptor T consta de dos cadenas polipeptídicas. Una de ellas es rica en aminoácidos ácidos (cadena alfa del receptor del linfocito T) y la otra en aminoácidos básicos (cadena beta del receptor del linfocito T). Cada cadena tiene una región variable y una región constante. El sitio de unión del receptor está formado por las regiones variables de las dos cadenas.

Una molécula T4 (también conocida como molécula CD4) es una glucoproteína que se encuentra en la superficie de los linfocitos T colaboradores, y que identifica a esas células como una población distinta. Trágicamente, la molécula T4 es complementaria a las moléculas de la superficie del virus del HIV, para el cual funciona como receptor. Una molécula T8 (también conocida como molécula CD8) es una glucoproteína que se encuentra en la superficie de las células T citotóxicas y de las células T supresoras, y que las identifican como una población distinta.

Los antígenos CMH son glucoproteínas determinadas genéticamente que se encuentran en la superficie de todas las células nucleadas del cuerpo, y que permiten la autoidentificación. Los grupos sanguíneos AB0 son el resultado de antígenos genéticamente determinados que pueden estar presentes o ausentes en la superficie de los glóbulos rojos (los cuales en su madurez carecen de núcleo), y de los anticuerpos naturales en el plasma. El factor Rh es otro antígeno determinado genéticamente que puede o no estar presente en los glóbulos rojos. Las transfusiones o transplantes de tejidos que contengan un factor Rh “ajeno” generan respuestas inmunológicas.

Los antígenos CMH Clase I, que se encuentran en las células nucleadas en todo el cuerpo, son necesarios en la presentación de los antígenos extraños a las células T citotóxicas por las células infectadas del cuerpo. Los antígenos CMH Clase II, que se encuentran en las células macrófagas y en los linfocitos B, son necesarios en la presentación de los antígenos extraños a los linfocitos T colaboradores.

2. Un linfocito B precursor se diferencia y madura en la médula de los huesos. En el transcurso de su diferenciación, los genes que codifican para las regiones variables, constantes, de unión, y de diversidad de sus anticuerpos son ensamblados y unidos juntos, transcriptos a RNA y traducidos a cadenas polipeptídicas que forman las cadenas de sus moléculas de anticuerpo. Estos anticuerpos aparecen en la superficie de las células. Luego de su liberación de la médula del hueso, el linfocito B puede circular en el torrente sanguíneo o puede alojarse en el tejido linfático, en los ganglios linfáticos, en el bazo y otros tejidos linfoides, o en cualquier otro lado. Las células permanecen inalteradas hasta que encuentran un antígeno extraño con una estructura complementaria a la del sitio de unión de los anticuerpos expuestos. Ese anticuerpo puede circular por la sangre, en la linfa o puede ser presentado al linfocito B por otra célula, como una macrófaga. La unión del antígeno desata una serie de cambios, de los cuales uno de los más tempranos consiste en la exposición del antígeno en la superficie de la célula, en conjunción con los antígenos CMH Clase II del linfocito B. Los linfocitos T colaboradores, con un receptor complementario a esta particular combinación antigénica, se une al linfocito B y lo activa. La activación completa requiere también de la presencia de interleuquinas (proteínas semejantes a las hormonas, liberadas por los linfocitos T colaboradores).

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